La población sufre la represión Gaza: a pesar de la pandemia la comunidad cristiana sigue unida

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Lo afirma el padre Gabriel Romanelli, párroco de lLa comunidad católica, junto a los cristianos y a los musulmanes, no ha dejado que el COVID-19 los detenga y ha aprovechado los espacios abiertos y el tiempo libre para fortalecer las relaciones con todos los grupos sociales

"La comunidad católica, junto a los cristianos y a los musulmanes, no ha dejado que el COVID-19 los detenga y ha aprovechado los espacios abiertos y el tiempo libre para fortalecer las relaciones con todos los grupos sociales"

Estas palabras del padre Gabriel Romanelli provienen de la parroquia latina de Gaza donde acostumbrados a vivir confinados y bajo embargo, los habitantes de la Franja se enfrentan ahora a los primeros brotes de una pandemia que afecta principalmente a los más pobres. La comunidad católica, junto a los cristianos y a los musulmanes, no ha dejado que el COVID-19 los detenga y ha aprovechado los espacios abiertos y el tiempo libre para fortalecer las relaciones con todos los grupos sociales.

Sorpresas inesperadas a nivel humano

Incluso anoche, los cielos de Gaza fueron atravesados por el fuego cruzado entre israelíes y las posiciones de Hamas. Represalias que se han venido sucediendo desde principios de mes de manera casi continua y “ordinaria”, comenta el padre Romanelli. El párroco de la Iglesia de la Sagrada Familia, desde hace más de un año, conoce toda la zona y cuenta cómo la población vive meses especialmente difíciles, aunque llenos de sorpresas inesperadas a nivel humano.

Política y economía

La crónica habla de un enfrentamiento militar y de tensiones económicas que llevaron al enviado qatarí al enclave palestino para reunirse con los dirigentes locales de Hamas, el movimiento que controla el territorio, y para prestar apoyo a una población de dos millones de personas, la mitad de las cuales vive por debajo del umbral de pobreza. Esta ayuda forma parte del acuerdo de tregua entre Israel y Hamas, facilitado el año pasado por la ONU, Egipto y Qatar. El acuerdo también prevé una serie de medidas económicas para reducir la pobreza y estabilizar el territorio palestino. Pero las tensiones no disminuyen y los bienes a menudo no pasan, el desplazamiento de la población está bloqueado y la única central eléctrica, cerrada la semana pasada, podría tener “efectos devastadores”, según las Naciones Unidas.

Esta es la realidad que la población de la Franja de Gaza tiene que enfrentar cada día, y es la emergencia que los miembros de la comunidad católica, un centenar de ellos, unidos en torno al padre Gabriel Romanelli, encuentran cada día.

Cómo viven y qué esperan

Hoy a la pobreza, el desempleo y la inactividad ligada al encierro, se añade el coronavirus que hasta ahora había permanecido fuera de los Territorios y que hoy en cambio causa miedo. 

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