El activista chiíta recibió permiso para tener contacto físico con su esposa Zainab y sus hijos Gesto humanitario en Bahréin con un detenido tras la visita del papa Francisco

Mohammed Ramadhan
Mohammed Ramadhan

La familia del activista chiíta Mohammed Ramadhan pudo tener por primera vez en años contacto físico con su pariente durante una visita, sin la barrera de cristal

Su caso había sido uno de los planteados durante el viaje del pontífice: su condena a muerte estaba supuestamente vinculada a una confesión obtenida bajo tortura

Desde hace años, las asociaciones internacionales de derechos humanos denuncian la práctica en Bahréin de las detenciones basadas en la violación de la libertad de expresión y la marginación de cualquier oposición política por parte de las autoridades

Su mujer sigue preocupada por su salud

En Bahréin, Mohammed Ramadhan -un activista chiíta encarcelado en el corredor de la muerte desde 2014 por estar acusado de un asesinato cuya confesión fue supuestamente extraída bajo tortura- recibió permiso para tener contacto físico con su esposa Zainab y sus hijos durante una visita a la prisión esta semana.

Un pequeño gesto que llega después de que los focos volvieran a centrarse en la cuestión de los derechos humanos en el país durante la visita del Papa Francisco. Por primera vez en años, la reunión tuvo lugar sin la barrera de cristal que solía separar a Mohammed de su familia, un detalle que sorprendió a Zainab que, al mismo tiempo, sigue preocupada por su salud ya que cree que no está recibiendo la atención médica adecuada.

"Desde hace años, las asociaciones internacionales de derechos humanos denuncian la práctica en Bahréin de las detenciones basadas en la violación de la libertad de expresión y la marginación de cualquier oposición política por parte de las autoridades"

La familia de Mohammed Ramadhan fue una de las que recurrió al Papa Francisco durante la visita del pontífice al país: le pidieron que interviniera sobre la pena de muerte y que defendiera a los presos políticos. Incluso durante la visita del Papa, los familiares de los presos que esperan la pena capital se habían reunido con pancartas mientras la caravana del pontífice se dirigía a una escuela de Isa Town. En el primer discurso de su viaje de cuatro días, Francisco se dirigió a las autoridades, planteando expresamente la cuestión de los derechos humanos y el respeto a los presos.

Desde hace años, las asociaciones internacionales de derechos humanos denuncian la práctica en Bahréin de las detenciones basadas en la violación de la libertad de expresión y la marginación de cualquier oposición política por parte de las autoridades. En el punto de mira de las críticas están, en particular, las leyes especiales promulgadas en 2018, que son discriminatorias y retroactivas y que, de hecho, pretendían ahogar lo que quedaba de la sociedad civil local.

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