Clamor de las Iglesias por la reconciliación en Siria Vicario apostólico de Alepo, tras las masacres de Suwayda: "Solo el diálogo puede salvar a Siria"

(AsiaNews).- Según las palabras del vicario apostólico de Alepo, Hanna Jallouf, también la Iglesia latina «sigue con profunda preocupación y tristeza la rápida escalada de los acontecimientos» que se están produciendo en la provincia meridional de Suwayda, escenario desde hace una semana de enfrentamientos entre tribus drusas, beduinas y fuerzas gubernamentales, pero en los que también se han visto involucrados civiles cristianos y de otras minorías religiosas. Uno de los episodios más violentos se produjo en la aldea de al-Qarah, donde varias familias cristianas habrían sido masacradas. Entre las víctimas se encuentra el pastor Khalid Mezheri, procedente de una familia drusa pero convertido al cristianismo. Era el líder de la Iglesia Evangélica del Buen Pastor de Suwayda y fue asesinado junto con su esposa e hijos.

«La violencia y la contraviolencia que se están produciendo no sirven a nadie. Al contrario, inflaman y complican el camino hacia una solución, oscureciendo el lenguaje de la razón y la sabiduría», se lee en el comunicado firmado por el obispo Jallouf. «Las crisis solo pueden resolverse mediante el diálogo, la escucha y la apertura dentro de la única familia siria».

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El domingo 20 de julio entró en vigor una frágil tregua mediada por Estados Unidos e Israel, que en los días anteriores había bombardeado la región de Suwayda y el Ministerio de Defensa sirio en Damasco como advertencia al Gobierno, hoy dirigido por el presidente (exyihadista) Ahmed al-Sharaa. Tel Aviv había justificado sus acciones afirmando que quería proteger a la minoría drusa, presente también en Israel y Líbano. 

No faltan las acusaciones de injerencia extranjera en la declaración del vicariato apostólico de Alepo: «Invitamos a la comunidad internacional a asumir sus responsabilidades con respecto a las violaciones externas a las que está sometido nuestro país y que amenazan la unidad y la integridad de nuestro pueblo».

La violencia comenzó el 13 de julio tras el presunto secuestro de un comerciante druso por parte de las tribus beduinas, a las que luego se sumaron las actuales fuerzas gubernamentales. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (SOHR), con sede en el Reino Unido, en una semana han sido asesinadas más de 1120 personas, entre ellas 427 combatientes y 298 civiles drusos, 194 de los cuales fueron «ejecutados sumariamente por personal del Ministerio de Defensa y del Interior». También murieron 354 miembros de las fuerzas de seguridad sirias y 21 beduinos suníes, tres de ellos civiles, según la organización, «ejecutados por combatientes drusos». Otros 15 militares murieron en los ataques israelíes. Según la Organización Internacional para las Migraciones de las Naciones Unidas (OIM), al menos 128 000 personas han sido desplazadas de la provincia a causa de los enfrentamientos armados. 

"En una semana han sido asesinadas más de 1120 personas, 194 de los cuales fueron ejecutados sumariamente por personal del Ministerio de Defensa y del Interior … Al menos 128 000 personas han sido desplazadas de la provincia"

En los últimos días se han alzado voces críticas y acusadoras contra el actual Gobierno por parte del prior de la comunidad monástica de Mar Musa, el padre Jihad Youssef, que ha denunciado la violencia perpetrada por las milicias que apoyaron el ascenso de Ahmed al-Sharaa contra el anterior régimen de Bashar al-Assad: «¿Cómo pueden humillar a sus conciudadanos, a sus hermanos en Siria? Esta barbarie y esta venganza ciega no pueden construir un Estado, aunque quienes la practican se queden solos después de haber eliminado a todos los que no son como ellos. Estaban en contra de la injusticia de Assad y ahora están practicando la injusticia sobre las mismas personas y con el mismo espíritu sectario. ¿Cuál es la diferencia entre ustedes y él?». 

"Padre Jihad Youssef, prior de la comunidad monástica de Mar Musa: Esta barbarie y esta venganza ciega no pueden construir un Estado"

Afirmaciones duras, pero acompañadas también de declaraciones de solidaridad con todas las personas involucradas en los enfrentamientos: «Nos solidarizamos con la gente de la ciudad y de la gobernación de todas las afiliaciones: musulmanes, cristianos y, sobre todo, drusos, todos aquellos que sufren por la violencia. Vuestros bigotes son una corona sobre nuestras cabezas». La referencia es a la violencia de cortar los bigotes, símbolo religioso y de reconocimiento, a los hombres pertenecientes a la comunidad drusa.

Además de la Seguridad General, las nuevas fuerzas del orden sirias, siguen existiendo en Siria milicias extremistas descontentas con el Gobierno de al-Sharaa, considerado demasiado moderado. Algunos de estos elementos extremistas se han separado de Hay’at Tahrir al-Sham (HTS, el grupo liderado por al-Sharaa) y han creado un nuevo grupo terrorista, llamado Saraya Ansar al-Sunna, que en junio perpetró un atentado contra la iglesia de Mar Elias en Damasco.

"El viernes 18 de julio, grupos de hombres armados agredieron a activistas que protestaban pacíficamente, con una sentada silenciosa, contra la violencia en Suwayda y a favor de la reconciliación nacional"

El viernes 18 de julio, grupos de hombres armados agredieron a activistas que protestaban pacíficamente, con una sentada silenciosa, contra la violencia en Suwayda y a favor de la reconciliación nacional. Entre las víctimas de agresiones verbales y físicas se encontraba Zeina Shahla, activista y periodista siria detenida durante el régimen de la familia Assad por sus actividades de oposición política, y que hoy trabaja como asesora del Comité Nacional para las Personas Desaparecidas, creado por Sharaa en mayo de este año. 

También el patriarcado greco-ortodoxo de Antioquía y de todo Oriente, con sede en Damasco, ha lanzado un llamamiento urgente a la comunidad internacional y ha pedido el fin de la violencia: «Desde hace días, ante los ojos del mundo entero, la violencia aflige a nuestro pueblo en Suwayda. Desde hace días se intenta en vano resolver y calmar la situación. Lo que está sucediendo en Suwayda es una vergüenza para la humanidad».

El patriarca Juan X Yazigi se ha mantenido en contacto con el metropolitano Antonios Saad, jefe de la arquidiócesis de Bosra, Hauran y Jabal al-Arab, quien a su vez había lanzado varios mensajes de paz: «Gloria a Dios en todas las cosas. Dirijo este mensaje al mundo entero y les invito a intervenir urgentemente para detener las masacres de los terroristas en Suwayda. Dirijo este llamamiento humanitario a aquellos que tienen una mente sana y aman la paz. La guerra que se libra en la provincia de Suwayda es una guerra de exterminio que mata a jóvenes y ancianos. Por lo tanto, alzo mi voz ante la comunidad internacional y las Naciones Unidas para que nos ayuden. Espero que este grito llegue a todo el mundo». 

"Lo que está sucediendo en Suwayda es una vergüenza para la humanidad"

La Œuvre d'Orient también ha expresado su preocupación por la situación, subrayando que «la iglesia melquita de la aldea de Sara ha sido incendiada y varios cientos de personas se refugian actualmente en la parroquia melquita de Shorba, en la iglesia de los padres capuchinos y en el arzobispado greco-ortodoxo de Suwayda, sin agua, comida ni electricidad».

La Iglesia melquita pide además a las partes implicadas «que respeten el alto el fuego», pero también que «se lleve a cabo una investigación independiente sobre las ejecuciones de civiles» y que «los autores del asesinato del pastor Khaled Mazher sean juzgados y castigados».

Y se vuelve a pedir la intervención de la comunidad internacional, cuyo «apoyo a las nuevas autoridades de Damasco» debería estar condicionado al «respeto de los derechos y la protección de la población civil siria, en particular de los miembros de las minorías drusa, alauita y cristiana».