Skomarovsky: "Era imposible prever las consecuencias de este crimen" La Iglesia de Ucrania reza por los afectados de la destrucción de la presa Nueva Kajovka

Colapso de la presa  de Nueva Kajovka
Colapso de la presa de Nueva Kajovka

Tras la destrucción de la central hidroeléctrica de Kajovka, decenas de localidades ucranianas y la ciudad de Jersón fueron inundadas por el río Dniéper

(AICA).- “Oremos por las personas cuyas vidas corren peligro debido al rápido aumento del nivel del agua, por todos los que se han visto obligados a evacuar ante el peligro”, es el llamamiento del presidente de la Conferencia Episcopal de Ucrania, monseñor Vitaly Skomarovsky con motivo de las trágicas consecuencias tras la voladura de la represa de la central hidroeléctrica de Kachowka. 

Monseñor Skomarovsky dirigió unas palabras a los fieles y afirmó que era imposible prever “las consecuencias de este crimen cometido por los ocupantes rusos” y señaló que “amenaza la vida y la seguridad no solo de los ucranianos, sino también de toda Europa”.

Colapso presa Ucrania
Colapso presa Ucrania

Oremos por aquellos cuyas vidas corren peligro debido al rápido aumento del nivel del agua, por todos los que se vieron obligados a evacuar ante el peligro. Apoyemos también con nuestras oraciones al Servicio de Salvamento del Estado y a los rescatistas, voluntarios y nuestras organizaciones benéficas que llevan todo tipo de ayuda a los damnificados. ¡Que el Señor nos dé la fuerza para soportar todas las pruebas!” 

“¡No nos rindamos al sentimiento de miedo! -expresó- Que la oración y las obras de misericordia sean nuestras armas contra las fuerzas de las tinieblas en medio de diversas pruebas. Si uno es capaz, puede hacer una ofrenda de ayuno o soportar el sufrimiento con paciencia. Que la oración sea un apoyo para los defensores que luchan por la liberación de nuestras tierras. ¡En tiempos de pruebas difíciles y peligros, acudamos una y otra vez a la protección de la Virgen, nuestra Amada Madre Ucrania.

La represa de la central hidroeléctrica fue volada el martes 6 de junio a las 2.50. Esto provocó la inundación de las áreas, principalmente del Óblast de Jerson junto con su capital. Al mismo tiempo, cientos de miles de personas perdieron el acceso al agua potable, que quedó almacenada en el embalse creado por la represa. 

"Ihor Syrota: 16 compuertas de esclusa, el edificio de la central hidroeléctrica y la represa entre el edificio de la central y la esclusa fueron dañados. La planta hidráulica no podrá ser restaurada"

Ihor Syrota, director de la sociedad anónima Ukrhydroenergo, dueña de la instalación explicó a los medios que "16 compuertas de esclusa, el edificio de la central hidroeléctrica y la represa entre el edificio de la central y la esclusa fueron dañados. La planta hidráulica no podrá ser restaurada", aseguró.

Las fuerzas rusas afirman que los bombardeos ucranianos dañaron parcialmente la central hidroeléctrica. De acuerdo con el Gobierno en Kiev, como consecuencia de la destrucción, unas 80 localidades podrían ser inundadas.

Asimismo, las autoridades ucranianas advirtieron que, con las masas de agua liberadas, minas rusas puedan llegar a las localidades inundadas. "Las barricadas de minas, que el enemigo construyó en la orilla izquierda, fueron destruidas por el agua. Las minas explotan de manera descontrolada y flotan en el río", sostiene Natalya Humenyuk, portavoz de las fuerzas de defensa en el sur del país.

Por su parte el ministro de Medio Ambiente de Ucrania, Ruslan Strilets, habló de un "ecocidio". En su opinión, la destrucción de la represa es "un acto barbárico" y una "catástrofe humanitaria". Según Strilets, hasta un millón de personas podría perder su acceso al agua dulce.

Shevchuk: “Otro crimen de guerra más”

"Otro crimen de guerra más, una terrible catástrofe ecológica y tecnogénica y un pecado contra Dios el Creador, que llamó al hombre a desarrollar, no a arruinar, el mundo que creó", escribió el arzobispo mayor de la Iglesia Greco-católica de Ucrania, Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk sobre los rusos que volaron la presa en Nowa Kakhovka. 

"Shevchuk: Otro crimen de guerra más, una terrible catástrofe ecológica y tecnogénica y un pecado contra Dios el Creador, que llamó al hombre a desarrollar, no a arruinar, el mundo que creó"

Arzobispo Shevchuk
Arzobispo Shevchuk

Shevchuk, aseguró que "miles de personas están en peligro de muerte, que sigue aumentando", porque se amenazan más daños en otras represas en Nowa Kakhovka. Agradeciendo todo el apoyo a las víctimas, el líder de los greco-católicos llamó a la comunidad internacional a que condene las acciones rusas y responda en consecuencia.

El obispo católico romano, monseñor Vitaly Kryvitsky, calificó la voladura de la represa hidroeléctrica como "otro acto terrorista contra la humanidad".

"La situación en Jersón es crítica, quizás no tanto en la ciudad como en la región, en las zonas costeras del Dniéper, porque el agua sube constantemente", dijo por su parte el padre Ignacy Moskaliuk, OSBP, abad del monasterio basiliano de Calle, en una entrevista con Radio Vaticano.

La gente está siendo evacuada del área. Los Ferrocarriles de Ucrania también están ayudando al proporcionar trenes de evacuación a Jersón para que se pueda llevar a la gente”, dijo, y agregó que se están haciendo esfuerzos para evitar las multitudes “porque es peligroso: las tropas rusas pueden golpear a los civiles”.

Cuando se le preguntó cuáles podrían ser las consecuencias de la explosión de la represa, el padre Moskaliuk dijo que "las consecuencias ambientales serán muy graves, porque la naturaleza, los cultivos, los animales sufrirán". Según él, existe la amenaza de que muchos asentamientos se queden sin agua ni electricidad.

Imagen satélite de la destrucción

El padre Moskaliuk, junto con uno de sus hermanos, no ha dejado su monasterio desde el comienzo de la invasión a gran escala, incluso cuando Jersón estaba bajo la ocupación rusa y compartió cómo están viviendo estos trágicos hechos: "Siempre recuerdo las palabras del Papa Francisco quien dijo que no te puedes acostumbrar a la guerra. Pero la psicología humana es tal que la gente tiende a acostumbrarse incluso a las explosiones.

"La gente que vive aquí, como yo, ya no reacciona ni a los tiros, ni a todo lo que está pasando. La gente aquí no sabe si vivirá para ver el amanecer o no. Desde un punto de vista psicológico, esto es deprimente"

La gente que vive aquí, como yo, ya no reacciona ni a los tiros, ni a todo lo que está pasando. Tal vez esté mal, pero eso es psicología humana. Por supuesto, existe una amenaza constante para la vida, y la gente aquí no sabe si vivirá para ver el amanecer o no. Desde un punto de vista psicológico, esto es deprimente. Pero al mismo tiempo, nos ayuda a confiar más en Dios y a poner todo en manos de la misericordia de Dios. Así vivimos en el convento, poniendo todo en manos de la misericordia de Dios.

Colapso presa en Ucrania
Colapso presa en Ucrania

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