La familia de la misionera asesinada en Centroáfrica relata los últimos momentos de su vida "Inés dejó escrito que si moría en África la enterrasen allí"

Violencia en Centroáfrica
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Gana fuerza la tesis del asesinato tras un robo por parte de saqueadores

Arzobispo de Pamplona: "Son nuestros mártires"

"Hasta las diez de la noche no la localizan, lo hacen en la selva, a poca distancia de su casa, escondida entre los matorrales"

Sor Inés (nombre adoptado por Blanca Nieves Sancho al profesar) fue asesinada por un grupo de saqueadores que asaltaron su casa. Al menos, esta es la tesis de su hermano, Juan Antonio Sancho, que defiende que "dejó escrito que si moría en África la enterrasen allí".

En declaraciones a El Mundo, Sancho rescata algunos de los últimos momentos de la religiosa: "Nieves había ido muy temprano a preparar la eucaristía. Después, como todos los domingos, comen en grupo tras la santa misa; cada uno pone lo que puede llevar o tiene. Por la tarde había quedado en ayudar a una familia a cargar unos enseres en un vehículo. Al finalizar la comida dijo que se retiraba para descansar un rato en su casa, que dista como un kilómetro de allí. A partir de ahí, se desconoce qué pasó".

Sobre las cinco de la tarde, el hombre que vive al lado de ella encontró el interior de la casa de Nieves totalmente revuelto. "Comenzó a buscarla en los alrededores. En la parte de atrás tenían un huerto y animales, que parece que han desaparecido. Al no encontrarla, fue al centro de la población y vio a la familia con la que Nieves había quedado", relata su hermano.

"En vista de que no aparecía se organizaron patrullas en el pueblo. Hasta las diez de la noche no la localizan, lo hacen en la selva, a poca distancia de su casa, escondida entre los matorrales".

Grupo de saqueadores, habitual en la zona

"No sabemos si al llegar a su casa se encontró a gente robando y se escondió... Es lo que suelen hacer cuando hay un grupo de saqueadores, algo habitual en la zona, tienen sitios en la selva donde se esconden, dejan pasar el problema y vuelven a su casa. O bien se topó con ellos dentro de su casa", cuenta Sancho.

Su hermana fue enterrada en Berbérati, a 150 km de Nola, pues su deseo era "morir y enterrarse en África".. Así lo dejó por escrito, y así lo comentó a la familia: "Cuando estuvimos con ella en julio en Toulouse nos dijo que su vida aquí realmente no tenía sentido".

Sor Inés, en su juventud

Por su parte, el director de Obras Misionales Pontificias (OMP) en España, José María Calderón, ha expresado se "dolor" y "tristeza" tras la muerte de la misionera española Inés Nives Sancho, de 77 años, quien ha sido decapitada en República Centroafricana, al tiempo que ha destacado "la grandeza de una vida entregada".

"Hay hombres y mujeres que nadie conoce y están trabajando por hacer el bien, pasan desapercibidos a los ojos de esta sociedad y entregan su vida día a día por un amor que es Cristo, por un amor que es la Iglesia, y el pueblo al que ellos han ido a servir. Y, ahora, con este dolor y sufrimiento se reconoce lo que están haciendo y se descubre la dignidad y la grandeza de una vida entregada"

, ha señalado en declaraciones a Europa Press.

Calderón, que ha recordado que en lo que va de año ya son tres los misioneros españoles asesinado, ha explicado que esta mañana, durante un encuentro organizado por la Comisión Episcopal de Misiones y Cooperación entre las Iglesias y Obras Misionales Pontificias, durante la celebración de la eucaristía han recordado a la misiones. "Es terrible, pero a la vez es la vida que ella eligió para entregarla del todo", ha recalcado.

"Tratando de ayudar a los más pobres y desfavorecidos"

Al encuentro ha asistido también el Arzobispo de Pamplona, Obispo de Tudela y presidente de la C. E. de Misiones y Cooperación entre las Iglesias, Francisco Pérez, quien ha destacado que "trabajó dispuesta siempre a dar la vida" ya que esa es "la labor de los misioneros".

"Están allí por verdadero amor a Jesucristo", ha dicho. Según ha defendido, la misionera "ha dado su vida, porque estaba allí tratando de ayudar a los mas pobres y desfavorecidos".

"El odio no entra en la vida del misionero, la respuesta nuestra siempre es de perdón. Por ello estoy seguro de que ella habrá dicho 'perdónales porque no saben lo que hacen", ha agregado respecto a su asesinato, recordando que muchos misioneros sufren persecución y maltrato. "Son nuestros mártires, y la sangre de mártires es semilla para nuevos cristianos", ha remarcado.

"Estamos muy dolidos porque se sufre cuando pasa una cosa de estas, pero también orgullosos porque mueren perdonando, y esa es la gran labor de la paz: sin perdón no hay paz"

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