El obispo de Amberes, impulsor de las bendiciones a homosexuales, se siente apoyado por el Papa Monseñor Johann Bonny: "No todo el Vaticano es ‘cum petro et sub petro’”

Johan Bonny, obispo de Amberes
Johan Bonny, obispo de Amberes RD/Captura

“Ninguno de los obispos de Bélgica queremos ser desobedientes al Papa. Eso sería lo último que queremos. Por eso tuve dos conversaciones con Francisco. Fueron conversaciones personales. No diré públicamente qué y cómo dijo nada, pero sé que ni yo ni el resto de obispos vamos contra el Papa. Esto es muy importante para mí y para los demás”, reconoce Johan Bonny, obispo de Amberes

“No todos los hombres en Roma son el Papa. He hablado personalmente dos veces con el Papa sobre estos temas. De mis conversaciones, sé cómo es mi relación con Francisco -hablamos ‘cum petro et sub petro’-. Pero no todo el Vaticano es ‘cum petro et sub petro’”, indica el obispo de Amberes

“También en Roma deberían escuchar mejor en algún lugar y no ser tan críticos"

“Ninguno de los obispos de Bélgica queremos ser desobedientes al Papa. Eso sería lo último que queremos. Por eso tuve dos conversaciones con Francisco. Fueron conversaciones personales. No diré públicamente qué y cómo dijo nada, pero sé que ni yo ni el resto de obispos vamos contra el Papa. Esto es muy importante para mí y para los demás”, reconoce Johan Bonny, obispo de Amberes, en entrevista con Katholisch, a propósito de las bendiciones a parejas homosexuales.

Como se recordará, en otoño de 2022, los obispos belgas publicaron una carta titulada "Ser pastoralmente cercanos a las personas homosexuales - Por una Iglesia acogedora que no excluya a nadie", que luego el propio Bonny expuso en Fráncfort ante los delegados del Camino Sinodal alemán. Sin embargo, Roma se mostró mucho más crítica con la postura alemana que con los obispos belgas, que vienen realizando este tipo de bendiciones sin que el Vaticano les haya llamado al orden.

'Cum petro et sub petro’

“No todos los hombres en Roma son el Papa. He hablado personalmente dos veces con el Papa sobre estos temas. De mis conversaciones, sé cómo es mi relación con Francisco -hablamos ‘cum petro et sub petro’-. Pero no todo el Vaticano es ‘cum petro et sub petro’”, indica el obispo de Amberes.

Johan Bonny, obispo de Amberes
Johan Bonny, obispo de Amberes

En cuanto al diferente trato a los obispos alemanes por la misma cuestión de las bendiciones a parejas homosexuales, Bonny lo achaca al número y al ruido. “Somos una pequeña conferencia de obispos. Somos sólo ocho obispos diocesanos. Eso es menos. Y en estos temas estamos completamente de acuerdo entre nosotros. Hablamos con una sola voz. No hay divisiones o subgrupos en este tema. El Papa también preguntó que en Roma si todos estamos de acuerdo. Y dijimos que sí”.

En este sentido, subraya que entre los obispos belgas “no tenemos la dinámica y las tensiones entre Roma y Alemania sobre el camino sinodal”, aunque apostilla que “también en Roma deberían escuchar mejor en algún lugar y no ser tan críticos. Eso no ayuda a nadie. Hay más prejuicios que juicios en esta discusión. Hay más prejuicios e historias personales también de los obispos y cardenales alemanes en Roma. Esta es una mezcla de sus experiencias personales y heridas personales con cuestiones teológicas y diversidad teológica”.

El Papa, con los obispos belgas
El Papa, con los obispos belgas Rome Reports

Por ello, Bonny destaca que, “si queremos ser una iglesia misionera que presente las buenas nuevas de Jesús de una manera nueva, aquí, en Occidente, entonces también debemos encontrar una solución al problema de la homosexualidad”, aunque reconoce que esta no es una cuestión que se plantea ahora ni en África ni en Asia. “Ciertamente sucederá, pero aquí se debe encontrar una solución a esta pregunta que se base en la ciencia humana y la Biblia, así como en la teología moral y las consideraciones pastorales”.

“El Papa también lo sabe -añade-. Debe ser pastor o padre de todos. Lo entendemos. No siempre tiene que decir sí o no a todas las preguntas. El papado no está para decir sí o no a todas las preguntas, como en la Edad Media, sino para ser un buen pastor, un buen padre para toda la comunidad, para mantener unida a la comunidad. Es un ministerio de unidad en la Iglesia, unidad en la diversidad. Y él debe mantener a la familia unida”.

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