"Enterradas sin nombre ni apellido" lamenta el cardenal polaco El horror de la guerra, a través de la mirada del Limosnero papal: Krajewski encuentra una fosa común con 80 cuerpos en Borodianka

Krajewski encuentra una fosa común con 80 cuerpos en Borodianka
Krajewski encuentra una fosa común con 80 cuerpos en Borodianka

"Faltan las lágrimas, faltan las palabras. Menos mal que hay fe, y que estamos en Semana Santa, Viernes Santo, cuando podemos unirnos a la persona de Jesús y subir con Él a la Cruz, porque después del Viernes Santo..."

"Lo sé, lo sé: habrá el Domingo de Resurrección, y quizás Él nos explique todo con su amor y cambie todo también dentro de nosotros, esta amargura y este sufrimiento que llevamos desde hace unos días, pero particularmente a partir de hoy”

"Hemos encontrado muchos muertos y una tumba de al menos 80 personas, enterradas sin nombre ni apellidos". A su regreso de Borodianka, donde presidió el Via Crucis, el limosnero papal, Konrad Krajewski, se detuvo a rezar frente a las tumbas y cadáveres encontrados. El polaco pudo así comprobar, de primera mano, el horror de la guerra. 

Antes, se había detenido para rezar frente a un cuerpo medio desgarrado, al que tocó, arrodillado, para darle una última bendición. Ataviado con un brazalete rojo, Krajewski viajó con el Nuncio hasta Bucha, y de ahí a Borodianka, donde presidió el Vía Crucis con la muerte más presente que nunca.

Krajewski, en Bucha
Krajewski, en Bucha

"Ahora regresamos a Kiev, desde estos lugares difíciles para todas las personas del mundo", relató el limosnero. "Hemos encontrado muchos muertos y una tumba de al menos 80 personas, enterradas sin nombre ni apellido", subrayó. 

"Faltan las lágrimas, faltan las palabras. Menos mal que hay fe, y que estamos en Semana Santa, Viernes Santo, cuando podemos unirnos a la persona de Jesús y subir con Él a la Cruz, porque después del Viernes Santo...", reflexiona Krajewski. "Lo sé, lo sé: habrá el Domingo de Resurrección, y quizás Él nos explique todo con su amor y cambie todo también dentro de nosotros, esta amargura y este sufrimiento que llevamos desde hace unos días, pero particularmente a partir de hoy”, concluye su mensaje, reenviado por la Sala Stampa vaticana.

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