Llamamiento de la COMECE en el Día contra la trata de personas Manuel Barrios: "La trata de personas es una fuente de vergüenza que Europa no debe seguir tolerando"

Manuel Barrios,  secretario general de la COMECE
Manuel Barrios, secretario general de la COMECE

Recuerda las Orientaciones Pastorales sobre la Trata de Seres Humanos elaborada por la Iglesia y aprobadas en 2018 cuya meta final es desmantelar y erradicar esta empresa tan malvada y pecaminosa de engaño, trampa, dominación y explotación

La Iglesia trabaja hoy denodadamente contra el comercio y la trata de seres humanos, verdadero rostro de la esclavitud moderna

(Ecclesia).- Hoy, 18 de octubre, se celebra en la Europa comunitaria el Día contra la trata de personas. Por tal motivo, la Comisión de Episcopados de la Unión (COMECE) ha hecho un llamamiento a la UE y a sus Estados miembros para que den «prioridad a la lucha contra la trata de seres humanos, a fin de prevenir el delito, enjuiciar y castigar a sus autores y proteger y apoyar a las víctimas, en particular a las mujeres y a los niños».

En la declaración de su secretario general, el español Manuel Barrios, puede leerse: «La trata de personas y otras formas contemporáneas de esclavitud son un problema mundial que la comunidad internacional debe tomar en serio. Representa una de las manifestaciones más dramáticas de la comercialización del otro, un crimen que desfigura tanto a las víctimas como a quienes lo llevan a cabo, y una fuente de vergüenza para la humanidad que nuestras autoridades y sociedades no deben seguir tolerando, como ha subrayado el Papa Francisco».

Los obispos de la Unión señalan que contra esta lucha se requiere la participación de todos los estratos y sectores de la sociedad, y recuerdan que la Iglesia católica aprobó en 2018 unas «Orientaciones Pastorales sobre la Trata de Seres Humanos» elaboradas sobre la base de la larga experiencia práctica de muchas ONG católicas internacionales que trabajan en este ámbito. «La participación en colaboraciones estructuradas con instituciones públicas y organizaciones de la sociedad civil —dice la declaración—garantizará resultados más eficaces y duraderos».

La Iglesia trabaja hoy denodadamente contra el comercio y la trata de seres humanos, verdadero rostro de la esclavitud moderna. Denuncia que en estas prácticas hay una mayor complicidad de lo que se piensa, y llama a «abrir los ojos y ver la miseria en que se hallan aquellos que están completamente privados de su dignidad y de su libertad, y a escuchar su grito de ayuda» (Mensaje del Papa Francisco a la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales para el Día de la Vida de 2018). Pero, ante todo, llama a no ser indiferentes, mirando hacia otro lado.

Las citadas Orientaciones Pastorales pretenden «planificar, llevar a cabo y evaluar» las acciones destinadas a combatir la trata. «Si bien el objetivo inmediato es la liberación y rehabilitación de todos los que están enredados en tráfico de personas —según dicen sus conclusiones— la meta final es desmantelar y erradicar esta empresa tan malvada y pecaminosa de engaño, trampa, dominación y explotación».

Volver arriba