El Gobierno mantiene retenido al obispo Rolando Álvarez Maradiaga califica de "guerra callada" la persecución a la Iglesia nicaragüense

Monseñor Rodríguez Maradiaga
Monseñor Rodríguez Maradiaga

“Esa guerra callada que están haciendo para perseguir a Jesús en su Iglesia en la hermana nación de Nicaragua, ese no es el fuego que Jesús ha venido a traer”, señaló el coordinador del Consejo de Cardenales durante su homilía

El pronunciamiento del cardenal hondureño se produce en medio del creciente hostigamiento que está sufriendo la Iglesia nicaragüense por parte del régimen de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo

“Esa guerra callada que están haciendo para perseguir a Jesús en su Iglesia en la hermana nación de Nicaragua, ése no es el fuego que Jesús ha venido a traer”. Son las palabras del cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, pronunciadas en el contexto de su homilía dominical del 14 de agosto.

El pronunciamiento del cardenal hondureño, uno de los hombres de máxima confianza del papa Francisco, se produce en medio del creciente hostigamiento que está sufriendo la Iglesia nicaragüense por parte del régimen de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo.

Rolando Álvarez, portando el Sagrado ante la mirada de la Policía
Rolando Álvarez, portando el Sagrado ante la mirada de la Policía

En las últimas semanas, el régimen sandinista cerró siete emisoras de radio católicas, entró en un templo por la fuerza y desde hace diez días mantiene sitiado en sus dependencias diocesanas al obispo Rolando Álvarez, a quien la Policía Nacional acusa de intentar «organizar grupos violentos».

Álvarez, de 55 años y obispo de la Diócesis de Matagalpa, se encuentra confinado junto a cinco sacerdotes, tres seminaristas, y dos laicos, en el Palacio Episcopal acusado de intentar «desestabilizar al Estado de Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales».

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