"La cultura del cuidado está llamada a construir la paz", dice el obispo de Leiria-Fátima El cardenal Marto denuncia el empeoramiento de las "desigualdades sociales" por conflictos, guerras y pandemias

Cardenal Marto
Cardenal Marto

"Todos somos conscientes de que esta terrible pandemia ha tenido un fuerte impacto en todos los sectores de la vida y la humanidad, y también ha transformado el paisaje cultural y espiritual en el que vivimos"

“Es una sacudida existencial que nos invita y provoca y nos lleva a abrir nuestra mente, nuestro espíritu, nuestro corazón a la otra dimensión de la vida: la dimensión espiritual"

"El cuidado no es sólo dar cuidados y servicios, el cuidado es ante todo cercanía, atención, acogida del otro, comprensión, compartir, sufrimiento, compasión, solidaridad"

"Paz con uno mismo, paz con los demás, paz con Dios y paz con la creación, es decir, con nuestra tierra que es nuestra casa común y que está tan herida, tan devastada, tan maltratada"

(Agencia Ecclesia) - El obispo de Leiria-Fátima, cardenal Antonio Marto, advirtió que "las primeras víctimas" de los conflictos, de las guerras y de la pandemia de la Covid-19 son "los más frágiles, los más vulnerables, los más pobres", criticando el aumento de las desigualdades.

"Vemos a millones de niños diezmados por el hambre y la guerra. Niños, hombres y mujeres que huyen de la miseria en la que viven en busca de mejores condiciones de vida. También vemos a los sin techo, a los que viven solos, aislados, condenados a la soledad", dice D. António Marto, en un vídeo publicado por el Santuario de Fátima.

El cardenal portugués asegura que "los conflictos y las guerras se están multiplicando en varias partes del mundo" e "incluso las desigualdades sociales se están profundizando escandalosamente", y as primeras víctimas "son los más frágiles, los más vulnerables, los más pobres".

Cristo
Cristo

"Todos somos conscientes de que esta terrible pandemia ha tenido un fuerte impacto en todos los sectores de la vida y la humanidad, y también ha transformado el paisaje cultural y espiritual en el que vivimos", explica en el primer vídeo de una serie que presentará la exposición 'Rostros de Fátima' del Santuario Nacional.

El obispo de Leiria-Fátima subraya que la pandemia de Covid-19 ha dado lugar a "una profunda experiencia de vulnerabilidad, fragilidad, precariedad" en la vida, la salud, los bienes materiales y "la propia condición humana".

“Es una sacudida existencial que nos invita y provoca y nos lleva a abrir nuestra mente, nuestro espíritu, nuestro corazón a la otra dimensión de la vida: la dimensión espiritual, la dimensión trascendente, una apertura del corazón y la mente al pleno y último misterio de la vida que llamamos Dios”.

Trinidad
Trinidad

Según Don Antonio Marto, la pandemia ayuda a "madurar" la necesidad de una fraternidad renovada, "la fraternidad de quien es consciente de que no se salva solo y no puede permanecer indiferente ante su vecino, su hermano".

El Cardenal recuerda que el Papa Francisco nos invita a expresar esta fraternidad en la "cultura del encuentro" y de ahí viene la "cultura del cuidado": "El cuidado no es sólo dar cuidados y servicios, el cuidado es ante todo cercanía, atención, acogida del otro, comprensión, compartir, sufrimiento, compasión, solidaridad".

Corazón
Corazón

El responsable católico señala que la cultura del cuidado "está llamada a construir una paz", no sólo como ausencia de guerra, sino "la verdadera paz que crea armonía".

"Paz con uno mismo, paz con los demás, paz con Dios y paz con la creación, es decir, con nuestra tierra que es nuestra casa común y que está tan herida, tan devastada, tan maltratada", añade D. António Marto.

El Obispo de Leiria-Fátima ha inaugurado una serie de vídeos sobre la exposición temporal "Rostros de Fátima", en la que varios ponentes reflexionarán sobre cada uno de los núcleos de la nueva exposición, que presenta la historia de Fátima a partir de los nombres que la hicieron, y que puede visitarse gratuitamente hasta el 15 de octubre de 2022, en el Convivium de San Agustín, en la planta baja de la Basílica de la Santísima Trinidad.

Volver arriba