Semana Santa filipina: Misas online y rezo hogareño Monseñor Manual Gabriel: "Esto es algo insólito en Filipinas. Ni siquiera ocurrió durante la ley marcial"

Domingo de Ramos atípico
Domingo de Ramos atípico

Por primera vez desde la II Guerra Mundial, Filipinas suspende sus multitudinarias procesiones de Semana Santa y sus fieles católicos celebran este domingo el inicio de esa festividad en casa

Con más de 90 millones de fieles, Filipinas es el país con más católicos de Asia -más del 80 % de su población- y el tercero del mundo, solo detrás de Brasil y México

Ante la estricta cuarentena que rige en casi todas las islas del país, la Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas instó hoy a sus fieles a celebrar el Domingo de Ramos confinados en el hogar

En algunos barrios de Manila, donde no todo el mundo tiene acceso a internet, algunos sacerdotes se acercaron a sus comunidades para bendecirlos con hojas de palma, como hizo el párroco Gilbert Villena

Por primera vez desde la II Guerra Mundial, Filipinas suspende sus multitudinarias procesiones de Semana Santa y sus fieles católicos celebran este domingo el inicio de esa festividad rezando en casa y conectándose a misas online para cumplir la cuarentena por la pandemia de la COVID-19.

Con más de 90 millones de fieles, Filipinas es el país con más católicos de Asia -más del 80 % de su población- y el tercero del mundo, solo detrás de Brasil y México.

La Semana Santa es la fiesta más célebre del calendario litúrgico filipino, cuando millones de personas se desplazan por el país para cumplir con la tradición centenaria "Visita Iglesia", un periplo por al menos siete iglesias que este año no podrá llevarse a cabo con todas los templos del país cerrados a cal y canto.

La mayoría elige pasar por San Fernando de Pampanga, ciudad a unos 80 kilómetros al norte de Manila conocida por sus sangrientos ritos de Semana Santa: en Jueves Santo cientos de devotos se flagelan y caminan descalzos durante horas, y en Viernes Santo una decena de fieles emula la pasión de Cristo cargando la cruz en la que luego son crucificados.

Esos rituales -cancelados este año por culpa del Covid-19- surgieron en los años cincuenta del siglo pasado en la provincia de Pampamga y, aunque no cuentan con el visto bueno de la jerarquía católica, se han convertido en la cara más conocida de la Semana Santa filipina y atraen cada año miles de turistas.

Filipinas, rito Semana Santa

Domingo de Ramos virtual

Ante la estricta cuarentena que rige en casi todas las islas del país, la Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas (CBCP, en inglés) instó hoy a sus fieles a celebrar el Domingo de Ramos confinados en el hogar y seguir las actividades litúrgicas "virtualmente", por radio, televisión o internet.

"Las gracias espirituales que provienen de los sacramentos que celebra la Iglesia se pueden impartir a través de la tecnología", indicó hoy en una entrevista televisada el portavoz de la CBCP, Jerome Secillano.

Diferentes iglesias y congregaciones han publicado los horarios de las misas de Domingo de Ramos que emitirán en vivo en las redes sociales y la CBCP emitió en directo la liturgia del cardenal filipino Luis Antonio Tagle desde el Pontificio Collegio Filippino de Roma, seguida por miles de devotos desde Filipinas.

Sin embargo, en algunos barrios de Manila, donde no todo el mundo tiene acceso a internet, algunos sacerdotes se acercaron a sus comunidades para bendecirlos con hojas de palma, como hizo en la barriada Bagong Silangan el párroco Gilbert Villena.

"Les he pedido que no acudan a la parroquia, a cambio yo he ido hasta sus casas para darles la bendición en un día tan importante para los católicos para cumplir con las instrucciones del gobierno sobre distancia social para combatir la pandemia de Covid-19", señaló Villena a EFE por teléfono.

Semana santa filipina

Devoción vs salud

A pesar de las normas gubernamentales, algunos fieles se acercaron a las principales iglesias de Manila, como la Catedral o la Basílica de Quiapo -las que más devotos congregan cada domingo- para rezar con hojas de palma frente a sus portones cerrados.

"Hoy rezaré en casa con una ramo de hojas hecho por mí de la palmera que tengo en el jardín. Tengo 67 años y es un riesgo para mi salud salir de casa", indicó por mensaje Marivi Bautista, una católica hispano-filipina que vive en Alabang, al sur de Manila.

La suspensión de los ritos y procesiones de Semana Santa es algo insólito en Filipinas desde la II Guerra Mundial, algo que ni siquiera sucedió durante los años que el dictador Ferdinand Marcos gobernó bajo la ley marcial (1972-81).

"No recuerdo que esto haya sucedido en los 50 años desde que me ordené sacerdote", señaló esta semana en una declaración ante los medios el secretario ejecutivo del comité de comunidades eclesiales del CBCP, Monseñor Manual Gabriel.

"Ni siquiera ocurrió durante la ley marcial. Lo que sucedía entonces era que los militares merodeaban por las iglesias en busca de sermones incendiarios de sacerdotes que se consideraban disidentes", explicó Gabriel, que era un joven sacerdote cuando se declaró la ley marcial.

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