El presidente de los obispos de Turquía pide ayuda ante la devastación causada por el seísmo Monseñor Kmetec: “Es una catástrofe. Necesitamos vuestra cercanía. No nos abandonéis"

Un hombre camina entre los escombros causado por el terremoto
Un hombre camina entre los escombros causado por el terremoto

“Me preocupan los niños, me preocupan las mujeres, me preocupan las situaciones sin esperanza concreta. Hay miles de personas que lo han perdido todo, sus casas, el lugar donde siempre han vivido"

"En Iskenderum la situación es muy difícil. La catedral fue arrasada hasta los cimientos. También otras iglesias, siríaca, católica griega y ortodoxa. Es un desastre para nuestra comunidad cristiana, católica y ortodoxa, porque somos débiles, pequeños en número y siempre dependientes de la ayuda y el apoyo de la Iglesia internacional”

“Me preocupan los niños, me preocupan las mujeres, me preocupan las situaciones sin esperanza concreta. Hay miles de personas que lo han perdido todo, sus casas, el lugar donde siempre han vivido. Tener seguridad para el futuro es importante, pero ahora estas personas no saben qué será de ellos durante los próximos seis meses o de por vida".

Desde Praga, donde asiste a la Asamblea continental europea del Sínodo, Martin Kmetec, arzobispo de Smyrna y presidente de la Conferencia Episcopal Turca (CET), está invadido por el dolor a causa del terremoto que ha dejado al menos 16.000 muertos en su país y en Siria, en la zona fronteriza que comparten ambas naciones.

"Es una catástrofe"

La noticia es dramática. Todos los días se encuentran cadáveres. Todavía no sabemos con exactitud el número de víctimas, pero son muchas. Pienso en particular en las personas que todavía están bajo los escombros en este momento y esperan ser salvadas. Pienso también en toda la pobreza de la gente que lo ha perdido todo. Es una catástrofe", relata entre lágrima al SIR.

"En Iskenderum la situación es muy difícil. La catedral fue arrasada hasta los cimientos. También otras iglesias, siríaca, católica griega y ortodoxa. Es un desastre para nuestra comunidad cristiana, católica y ortodoxa, porque somos débiles, pequeños en número y siempre dependientes de la ayuda y el apoyo de la Iglesia internacional”.

Sin fondos para la reconstrucción

En este punto, el arzobispo narra lo difícil que es obtener permisos para reconstruir y restaurar, lo mismo que dinero con que afrontar esas obras. “Encontrar fondos para la reconstrucción, en medio de esta crisis económica es terrible”, señala

Un perro busca supervivientes tras el terromoto en Turquía y Siria
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Y sobre si han podido ponerse en contacto con las comunidades cristianas en Siria, reconoce que "no tenemos noticias", y que "lo que nos une hoy es nuestra mirada a la Cruz, a Cristo muerto ya la fe que nos da la certeza de que podremos superar esta situación, aunque con mucha dificultad".

Por eso, ante de concluir la conversación con el SIR, monseñor Kmetec hace una petición dramática: "Necesitamos vuestra cercanía y vuestra ayuda. Estamos listos para hacer todo lo posible. No nos abandones".

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