Los prelados lamentan: "Es alarmante que el diálogo ya no se considere un vehículo de reconciliación y unidad" Obispos de Sudán y Sudán del Sur: "La injusticia alimenta el conflicto"

Sudaneses desplazados
Sudaneses desplazados

La Conferencia Episcopal común a los dos países africanos denuncia las luchas de poder y los intereses que obstaculizan la reconciliación y hace un llamamiento a la comunidad internacional para que mantenga su compromiso con la población civil más vulnerable

Entre las emergencias se encuentra la "repatriación forzosa de los refugiados sudaneses del sur desde Sudán", para lo cual se solicitan "soluciones humanas y justas por parte de ambos gobiernos"

"Los intereses egoístas han desencadenado la violencia, agravando las crisis humanitarias, el odio entre las comunidades y los desplazamientos generalizados"

Los prelados instan a las autoridades a aplicar el Acuerdo Revitalizado para la Resolución del Conflicto en Sudán del Sur y a las partes sudanesas en conflicto a volver a las conversaciones de paz en Yeda

(Vatican News).- La Conferencia Episcopal de Sudán y Sudán del Sur, al término de su asamblea plenaria, lanza un grito de dolor contra el progresivo deterioro de la situación general, los acuerdos de paz «deshonrados» y la ausencia de un verdadero diálogo para la reconciliación.

Los obispos de la región debatieron hasta ayer en la ciudad de Malakal sobre el tema «Construir la paz, sanar las heridas y fortalecer la unidad». En una declaración leída por el cardenal Stephen Ameyu Martin Mulla, arzobispo de Juba y presidente del episcopado, se subraya que «es alarmante que el diálogo ya no se considere un vehículo de armonía, sanación, reconciliación y unidad».

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Por el contrario, «los intereses egoístashan desencadenado la violencia, agravando las crisis humanitarias, el odio entre las comunidades y los desplazamientos generalizados».

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Los obispos condenaron las continuas luchas de poder entre facciones políticas rivales (que alimentan las crecientes divisiones étnicas y tribales) y el uso indebido de los recursos nacionales para beneficio personal: luchas «egoístas, irrespetuosas con la dignidad humana» que ven «nuestra tierra explotada indebidamente por individuos para su lujo personal».

Por el contrario, «gobernar significa servir», advierten, recordando que «donde hay injusticia hay semillas de futuros conflictos». Esto es especialmente cierto en el caso de Sudán del Sur, nacido hace apenas catorce años «de una lucha por la libertad» y que «debería permanecer unido en una comunión de intenciones». En cambio, «estamos asistiendo a divisiones sin precedentes en nombre de la política».

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Entre las emergencias se encuentra la «repatriación forzosa de los refugiados sudaneses del sur desde Sudán», para lo cual se solicitan «soluciones humanas y justas por parte de ambos gobiernos».

Los prelados concluyen su declaracióninstando a las autoridades a aplicar el Acuerdo Revitalizado para la Resolución del Conflicto en Sudán del Sur y a las partes sudanesas en conflicto a volver a las conversaciones de paz en Yeda.

Por último, dirigen un llamamiento a las Naciones Unidas y a los socios internacionales para que mantengan su compromiso con la población en este momento dramático, aunque la reciente reducción y el cierre de algunas bases de la Misión de las Naciones Unidas en Sudán del Sur podrían socavar los esfuerzos y tener «graves consecuencias para la paz».

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