Un ramillete de versos de grandes poetas sobre la Pascua de Resurrección Poemas y canciones para una Pascua florida con la espina del coronavirus

Resurrección
Resurrección

Un ramillete de poemas y canciones de grandes poetas y músicos sobre la Pascua de Resurrección.

Antonio Machado

Pascua de Resurrección

Mirad: el arco de la vida traza
el iris sobre el campo que verdea.
Buscad vuestros amores, doncellitas,
donde brota la fuente de la piedra.
En donde el agua ríe y sueña y pasa,
allí el romance del amor se cuenta.
¿No han de mirar un día, en vuestros brazos,
atónitos, el sol de primavera,
ojos que vienen a la luz cerrados,
y que al partirse de la vida ciegan?
¿No beberán un día en vuestros senos
los que mañana labrarán la tierra?
¡Oh, celebrad este domingo claro,
madrecitas en flor, vuestras entrañas nuevas!.
Gozad esta sonrisa de vuestra ruda madre.
Ya sus hermosos nidos habitan las cigüeñas,
y escriben en las torres sus blancos garabatos.
Como esmeraldas lucen los musgos de las peñas.
Entre los robles muerden
los negros toros la menuda hierba,
y el pastor que apacienta los merinos
su pardo sayo en la montaña deja.

Ernesto Cardenal

En Pascua resucitan las cigarras

En Pascua resucitan las cigarras
—enterradas 17 años en estado de larva—
millones y millones de cigarras
que cantan y cantan todo el día
y en la noche todavía están cantando.
Sólo los machos cantan:
las hembras son mudas.
Pero no cantan para las hembras:
porque también son sordas.
Todo el bosque resuena con el canto
y sólo ellas en todo el bosque no los oyen.
¿Para quien cantan los machos?
¿Y porque cantan tanto? ¿Y que cantan?
Cantan como trapenses en el coro
delante de sus Salterios y sus Antifonarios
cantando el Invitatorio de la Resurrección.
Al fin del mes el canto se hace triste,
y uno a uno van callando los cantores,
y después sólo se oyen unos cuantos,
y después ni uno. Cantaron la resurrección.

Lope de Vega

Pastor que con tus silbos

Pastor que con tus silbos amorosos
me despertaste del profundo sueño,
Tú que hiciste cayado de ese leño,
en que tiendes los brazos poderosos,

vuelve los ojos a mi fe piadosos,
pues te confieso por mi amor y dueño,
y la palabra de seguirte empeño,
tus dulces silbos y tus pies hermosos.

Oye, pastor, pues por amores mueres,
no te espante el rigor de mis pecados,
pues tan amigo de rendidos eres.

Espera, pues, y escucha mis cuidados,
pero ¿cómo te digo que me esperes,
si estás para esperar los pies clavados?

Anónimo

No me mueve mi Dios para quererte

No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.

Pedro Casaldáliga

HAMBRE DE TI

«Amor de Ti nos quema,
blanco Cuerpo».
Unamuno

Hambre de Ti nos quema, Muerto vivo,
Cordero degollado en pie de Pascua.

Sin alas y sin áloes testigos,
somos llamados a palpar tus llagas.

En todos los recodos del camino
nos sobrarán Tus pies para besarlas.

Tantos sepulcros por doquier, vacíos
de compasión, sellados de amenazas.
Callados, a su entrada, los amigos,
con miedo del poder o de la nada.

Pero nos quema aun tu hambre, Cristo,
y en Ti podremos encender el alba.

Rubén Darío

Soneto Pascual

María estaba pálida y José el carpintero:

Miraban en los ojos de la faz pura y bella

El celeste milagro que anunciaba la estrella

Do ya estaba el martirio que aguardaba el Cordero.

Los pastores cantaban muy despacio, y postrero

De un carro de arcángeles que dejaba su huella;

Apenas se miraba lo que Aldebarán sella,

El lucero del alba no era aún tempranero.

Esa visión en mí se alza y se multiplica

En detalles preciosos y en mil prodigios rica,

Por la cierta esperanza del más divino bien,

De la Virgen, el Niño y el San José proscripto;

Yo, en mi pobre burro, caminando hacia Egipto,

Sin la estrella ahora, muy lejos de Belén.

Nicanor Parra

Cordero Pascual

Ya que no queda otra alternativa
Que degollar al cordero pascual
Para que el ser humano coma carne
Me permito pedir humildemente
Que en lo posible no se le mate con dolor.
Hay que enterrar la daga con cuidado
Sin olvidar que es un simple cordero
El que se está matando
Y no un león ni un tigre de Bengala.

Una vez perpetrado 
El vergonzoso crimen necesario 
Rogaría al verdugo 
Que se lave las manos con salmuera 
Para borrar el olor de la sangre. 
Y mucho cuidado con los perros y gatos: 
Algo que no debemos permitirnos 
Es compartir con otros animales 
El alimento del cordero pascual. 
Aprovechemos hasta la última fibra.

Y no lo comamos con el ceño fruncido 
Sino con gran respeto. 
Casi con sentimiento religioso.

Y después del banquete 
Demos las gracias al sistema solar.

Acuérdate de Jesucristo

Lucien Deiss

Acuérdate de Jesucristo,
resucitado de entre los muertos.
Él es nuestra salvación,
nuestra gloria para siempre.

Si con Él morimos,
viviremos con Él.
Si con Él sufrimos,
reinaremos con Él.

En Él nuestras penas,
en Él nuestro gozo.
En Él la esperanza,
en Él nuestro amor.

En Él toda gracia,
en Él nuestra paz.
En Él nuestra gloria,
en Él la salvación.

Volveré a cantar

Ricardo Cantalapiedra

YO VOLVERÉ A CANTAR

EL AMOR Y LA ESPERANZA,

YO VOLVERÉ A CANTAR

LOS CAMINOS DE LA PAZ.

1. Cuando los fríos se acerquen

las flores se morirán,

pero con la primavera

de nuevo renacerán.

Quizá me veas llorar

cuando un amigo se va.

La muerte lleva a los míos,

pero sé que volverán;

el dolor es pasajero

y la vida vencerá.

2. Quizá me veas sufriendo

por amor a los demás.

Quizá me veas gritando:

"que el pobre no tiene pan".

La cárcel no es mi morada,

las rejas se romperán.

Si fuertes son las cadenas

más fuerte es nuestro luchar.

3. Quizá me veas morir,

quizá me veas marchar.

No llores si eres mi amigo,

me volverás a encontrar.

No sé ni cómo ni cuándo,

pero será en un lugar

en donde el cielo azul

eleve mi cantar.

Quédate con nosotros

Juan Antonio Espinosa

Quédate con nosotros,
la tarde está cayendo.
Quédate.

¿Cómo te encontraremos
al declinar el día
si tu camino no es nuestro camino?.
Detente con nosotros;
la mesa está servida,
caliente el pan y envejecido el vino.

Quédate con nosotros,
la tarde está cayendo.
Quédate.

¿Cómo sabremos que eres
un hombre entre los hombres
si no compartes nuestra mesa humilde?
Repártenos tu cuerpo
y el gozo irá alejando
la oscuridad que pesa sobre el hombre.

Quédate con nosotros,
la tarde está cayendo.
Quédate.

Vimos romper el día
sobre tu hermoso rostro
y al sol abrirse paso por tu frente.
Que el viento de la noche
no apague el fuego vivo
que nos dejó tu paso en la mañana.

Quédate con nosotros.
La tarde está cayendo.
Quédate.

Arroja en nuestras manos,
tendidas en tu busca,
las ascuas encendidas del Espíritu.
Y limpia en lo más hondo
del corazón del hombre
tu imagen empañada por la culpa.

Quédate con nosotros,
la tarde está cayendo.
Quédate.

Resucitó

Kiko Argüello

Resucitó, resucitó,
Resucitó, ¡Aleluya!
Aleluya, aleluya,
Aleluya, ¡Resucitó!
La muerte,
Dónde está la muerte,
Dónde está mi muerte,
Dónde su victoria.
Resucitó, resucitó,
Resucitó, ¡Aleluya!
Gracias,
Sean dadas al Padre,
Que nos pasó a Su Reino,
Donde se vive de Amor.
Resucitó, resucitó,
Resucitó, ¡Aleluya!
Alegría,
Alegría, hermanos,
Que si hoy nos queremos,
Es que Resucitó.

La Muerte No Es el Final

Cesáreo Gabaráin

Tú nos dijiste que la muerte
No es el final del camino,
Que aunque morimos no somos,
Carne de un ciego destino.
Tú nos hiciste, tuyos somos,
Nuestro destino es vivir,
Siendo felices contigo,
Sin padecer ni morir.
Cuando la pena nos alcanza
Por un hermano perdido,
Cuando el adiós dolorido
Busca en la Fe su esperanza.
En Tu palabra confiamos
Con la certeza que Tú
Ya le has devuelto a la vida,
Ya le has llevado a la luz.

CREEMOS EN CRISTO RESUCITADO

P. Loidi

Puesto que Cristo ha resucitado
creemos en la vida,
¡para siempre!

Puesto que Cristo ha resucitado
no creemos en la muerte.
¡En ninguna muerte,
para nadie que quiera vivir!

Puesto que Cristo ha resucitado,
creemos que el hombre
es un proceso ilimitado
y que nada de lo que podamos imaginar
es demasiado grande para El.

Puesto que Cristo ha resucitado
podemos empezar una vida nueva
cuanto antes!

Puesto que Cristo ha resucitado
creemos en El.

Puesto que Cristo ha resucitado
la fuerza del presente
es el futuro.

Puesto que Cristo ha resucitado
el mundo está en marcha
y no lo detendrán las conquistas
ni los intereses de los vencedores.

Puesto que Cristo ha resucitado
estamos en revolución permanente
y es preciso cambiar el mundo
desde sus cimientos.

Puesto que Cristo ha resucitado,
hay que construir una ciudad sin clases,
donde el hombre no sea lobo para el hombre
sino compañero y hermano.

Puesto que Cristo ha resucitado
hay un amor y una casa ¡para todos!

Puesto que Cristo ha resucitado
creemos en una Tierra Nueva.

Y porque creemos y esperamos
no tenemos nada que conservar.
Y afirmamos que el mejor modo
de conseguirlo todo
es perderlo todo
por una sola cosa:
Por TI

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