También se analizan los "graves problemas" de gestión en los procesos contra el ex jesuita Roma investiga cinco nuevas denuncias de víctimas contra Rupnik

Rupnik en Aparecida
Rupnik en Aparecida TV Aparecida

"La expulsión del padre Rupnik de la Comunidad en 1993, en lugar de desenmascarar el comportamiento del sacerdote y el sistema que lo había permitido, aumentó el sistema de control, dominación y omertà que [Ivanka] imponía a las hermanas", señala el decreto

El negocio de mosaicos contratado con el Centro, que tenía como accionistas a Rupnik y a una monja, con participaciones del 10% y el 90% respectivamente, cambió recientemente su distribución de capital, pasando a tener Rupnik el 90% y la monja el 10%

(SeteMargens).- A pesar de que la Oficina de Prensa del Vaticano informó a finales de febrero de que el Dicasterio para la Doctrina de la Fe ya estaba analizando la documentación recibida y recogida de diversas entidades en los últimos meses, el miércoles se presentaron ante el Dicasterio cinco denuncias de víctimas del ex jesuita padre Marko Rupnik.

Según la agencia de noticias italiana Ansa, los testimonios se refieren a dos antiguos miembros de la Comunidad de Loyola que recientemente dieron una rueda de prensa en Roma, y a otros tres casos no identificados. Todos ellos fueron presentados por la abogada Laura Sgrò, según la agencia.

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La investigación del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, que tiene lugar por tercera vez en los últimos cinco años, fue reabierta por decisión del Papa Francisco el pasado 27 de octubre. La primera vez, ese departamento de la Curia Romana decidió excomulgar al padre Rupnik, tras la absolución de una mujer con la que mantuvo relaciones sexuales, pero la medida fue anulada tres semanas después. La segunda fue consecuencia de varias acusaciones de abusos psicológicos y sexuales por parte de antiguos miembros de la Comunidad de Loyola. La decisión, sin cuestionar la existencia de los hechos, concluyó que habían prescrito.

Uno de los paneles de Rupnik en Fátima

Así, la Compañía de Jesús, a la que Rupnik pertenecía hasta hace poco, decidió aplicar restricciones a su ministerio, que él ignoró ostensiblemente, negándose incluso a dialogar con su superior inmediato durante años.

La decisión del Papa de autorizar la reapertura del caso se tomó, según Vatican News, a raíz de los informes enviados al Papa Francisco el pasado mes de septiembre por la Pontificia Comisión para la Protección de Menores. Estos documentos denunciaban "graves problemas" en la tramitación del caso Rupnik y la "falta de cercanía a las víctimas".

Desde que se supo que el caso iba a reabrirse hasta el 21 de febrero, el asunto Rupnik dejó de ser noticia. Y, al parecer, sólo volvió a ser noticia cuando dos religiosas, una eslovena y otra italiana, acompañados por Laura Sgrò, dieron una rueda de prensa en esa fecha. Precisamente al mismo tiempo, la Santa Sede, a través de su Oficina de Prensa, informaba de que, en los últimos meses, el Dicasterio para la Doctrina de la Fe se había "puesto en contacto de diversas maneras con las instituciones implicadas en el asunto, con el fin de recibir toda la información disponible sobre el caso".

"Después de haber ampliado el campo de investigación a realidades que no habían sido contactadas antes y tras haber recibido los últimos elementos de respuesta, se trata ahora de estudiar la documentación adquirida para poder identificar los procedimientos que será posible y útil poner en marcha", explicó entonces el Vaticano. Al parecer, desde el miércoles tiene nuevos asuntos que analizar.

Rupnik, con el Papa, en 2022
Rupnik, con el Papa, en 2022 Vatican Media

Un sector al que no puede dejar de dirigirse la atención del Dicasterio es lo que queda de la formalmente desaparecida Comunidad de Loyola. El "decreto disciplinario", publicado por 7MARGENS, que fue elaborado por el responsable de la visita canónica a este instituto, aunque no tenía a Rupnik en el centro de su enfoque, incorpora suficientes indicios de que su autor, el obispo Daniele Libanori, tiene mucho que contar, incluso, o sobre todo, cuando acusa a la hermana Ivanka Hosta, superiora general y fundadora de la Comunidad, de encubrir e imponer silencio a las hermanas sobre las "relaciones gravemente impropias mantenidas por el padre Marko Rupnik, S.S.". Marko Rupnik, S.I. con algunas hermanas".

Ivanka Hosta, que, por lo que 7MARGENS sabe, sigue viviendo en Braga, es, por razones obvias, un actor crucial en la evaluación de lo que ocurrió hasta 1993 en la comunidad que dirigía. Y, como dice el obispo Libanori, también serán importantes en el asunto algunos de los consejeros de Ivanka que, como ella, "estaban al corriente de todo".

Las víctimas de Rupnik, en Roma
Las víctimas de Rupnik, en Roma @dianemontagna

"La expulsión del padre Rupnik de la Comunidad en 1993, en lugar de desenmascarar el comportamiento del sacerdote y el sistema que lo había permitido, aumentó el sistema de control, dominación y omertà que [Ivanka] imponía a las hermanas", señala el decreto.

Mientras tanto, el objetivo principal, una vez obligado a abandonar a los jesuitas, ha conseguido incardinarse en una diócesis eslovena limítrofe con Italia, pero se supone que seguirá viviendo y trabajando en el Centro Aletti de Roma, del que fue fundador y, hasta 2020, director. También se sabe que el negocio de mosaicos contratado con el Centro, que tenía como accionistas a Rupnik y a una monja, con participaciones del 10% y el 90% respectivamente, cambió recientemente su distribución de capital, pasando a tener Rupnik el 90% y la monja el 10%.

Por otro lado, se desconoce si la investigación que se está llevando a cabo sobre este caso se limitará al padre Rupnik o también a los "graves problemas" en la gestión del caso Rupnik, denunciados ante el Papa por la Pontificia Comisión para la Protección de Menores.

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