Diario del 38 día de la "terrible guerra de agresión asesina rusa" Shevchuk: "Hoy en Ucrania se repite el pecado de Caín"

S. B. Sviatoslav Shevchuk
S. B. Sviatoslav Shevchuk

"Esta noche toda la tierra ucraniana tembló. Nuestra patria recibió un ataque masivo de misiles por parte de Rusia. En pocas horas, según los datos que tenemos, desde Bielorrusia, se dispararon unos 30 misiles contra Ucrania"

"Se ha forjado una nueva tradición en Ucrania y que tiene un sentido muy profundo: cuando el cuerpo de un soldado ucraniano asesinado llega a algún pueblo, toda la ciudad sale a recibir a su héroe de rodillas"

¡Alabado sea Jesucristo! Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy es 2 de abril de 2022 y Ucrania está experimenta, soporta ya el 38º día de esta terrible guerra de agresión asesina rusa contra nuestro pueblo.

Esta noche toda la tierra ucraniana tembló. Nuestra patria recibió un ataque masivo de misiles por parte de Rusia. En pocas horas, según los datos que tenemos, desde Bielorrusia, se dispararon unos 30 misiles contra Ucrania.

La ciudad de Dnipró, la ciudad de Poltava, sus alrededores, Kremenchuk fueron afectadas. Las ciudades y pueblos del sur de nuestro país también fueron alcanzadas por los ataques aéreos. La región de Odesa también sufrió pérdidas durante el día de ayer. En los alrededores de Kyiv, Chernihiv y Kharkiv se libraron batallas sangrientas. En nuestra patria se está derramando sangre humana... Cada bomba, cada misil que cae en zonas residenciales de ciudades y pueblos, mata a decenas de personas.

Cuerpos enterrados en Ucrania

Hoy en Ucrania se repite el pecado de Caín. La sangre inocente de Abel llama desde nuestra tierra a los Cielos. Es el Señor Dios quien hoy dice a nuestros asesinos, a los caínes del tercer milenio: “¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra”.

Invoco al mundo entero a que escuche la voz de la sangre de la tierra ucraniana que hoy clama al Cielo: la voz de la sangre de muertos inocentes, de civiles, mujeres, niños, ancianos. Hoy es un día de oración de toda la Iglesia por las víctimas de esta sangrienta guerra en Ucrania. Hoy, el sacrificio incruento de la Divina Liturgia, de la Santa Misa, será ofrecido por nuestros obispos tanto en Ucrania como en todas partes del mundo.

Recemos por nuestros héroes, por nuestros militares, por las chicas y muchachos, que se revistieron de gloria eterna, dando por el futuro de su patria, lo más preciado que tenían: sus propias vidas. Hoy rezamos por los civiles inocentes asesinados en Ucrania.

Según los informes, más de 150 niños han sido asesinados en Ucrania estos días - esto es sólo las cifras oficiales... Y cuántos niños realmente han muerto probablemente no lo sabemos...

Niño ucraniano
Niño ucraniano

Hoy rezaremos por todas las víctimas de esta guerra. Quiero agradecer sinceramente al Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa, porque todos los obispos europeos están rezando por las víctimas de la guerra en Ucrania. Además, el día de hoy día está destinado a la oración del Sínodo de los obispos de nuestra Iglesia.

Creemos firmemente que Dios aceptará este sacrificio inocente como sacrificio de expiación por nuestros pecados y para que finalmente haya paz en nuestra patria.

Estas decenas de miles de inocentes asesinados se levantarán en el día del Juicio Final como testigos y acusadores de nuestros asesinos. Que el Señor Dios perdone sus pecados. Que acoja en sus abrazos a los inocentes asesinados. ¡Que Él les dé el recuerdo eterno!

Se ha forjado una nueva tradición en Ucrania y que tiene un sentido muy profundo: cuando el cuerpo de un soldado ucraniano asesinado llega a algún pueblo, toda la ciudad sale a recibir a su héroe de rodillas.

Elevemos hoy nuestras oraciones por todos los que dieron su vida por Ucrania defendiendo nuestro Estado.
¡Oh Dios, acepta a las víctimas inocentes en tus abrazos! Oh Dios, detén la guerra. ¡Oh Dios, bendice a Ucrania! Oh Dios, haz que el pecado de Caín no se repita nunca en tu tierra.

La bendición del Señor y su misericordia descienda sobre ustedes por su divina gracia y amor y permanezcan ahora y siempre y por los siglos de los siglos, amén.

¡Alabado sea Jesucristo!

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