El domingo, en Markowa, solemne beatificación, presidida por el cardenal Semeraro Los Ulma, familia de mártires, incluido un bebé alumbrado en el momento de la muerte de su madre

Los Ulma
Los Ulma

"A los Ulma los mataron los nazis el 24 de marzo de 1944 por haber ayudado a dos familias judías, los Szall y los Goldman"

"Será una beatificación especial, a la que asistirán varios cardenales, decenas de obispos y más de 600 sacerdotes, presididos por el cardenal Marcello Semeraro, presidente del dicasterio para la Causa De los Santos"

"Cuando fue fusilada, Wiktoria estaba embarazada. Por eso, algunos grupos ultracatólicos hablaban de la beatificación, por primera vez en la historia, de un nonato"

"Lo más probable es que, durante la ejecución, Wiktoria se pusiese de parto, porque algunos testigos de su exhumación declararon que vieron la cabeza de un bebé recién nacido entre sus piernas"

Todo está listo en Markowa para su día de gloria. El próximo domingo, 10 de septiembre, esta pequeña aldea del sureste de Polonia pasará a la historia del país y del santoral católico. Ese día serán beatificados Josep y Wiktoria Ulma y sus siete hijos, uno de ellos alumbrado durante la muerte de su madre.

La familia Ulma al completo alcanzará la gloria de los altares. A los Ulma los mataron los nazis el 24 de marzo de 1944 por haber ayudado a dos familias judías, los Szall y los Goldman, a quienes los alemanes también asesinaron ese mismo día.

Museo de la familia Ulma

En los días previos al evento de la próxima beatificación, Turismo de Polonia organizó un viaje de prensa para 10 periodistas de España, Portugal e Italia. Con un claro objetivo: explicarnos la heroica vida y muerte de la familia Ulma, en la que Polonia siente representados a todos los polacos (varios miles) que fueron asesinados por los nazis por ocultar y ayudar a los judíos.

Quizás por eso, será una beatificación especial, a la que asistirán varios cardenales, decenas de obispos y más de 600 sacerdotes, presididos por el cardenal Marcello Semeraro, presidente del dicasterio para la Causa De los Santos. Si la Iglesia se va a volcar, el Gobierno conservador polaco, con marchamo de católico, hará lo mismo, y contará con la presencia del presidente del país, del primer ministro y de las más altas autoridades.

Los padres y sus seis hijos de tiernas edades (el mayor tenía 8 años) serán beatificados como mártires de la fe. ¿Y el hijo alumbrado en el momento en que era asesinada su madre? Cuando fue fusilada, Wiktoria estaba embarazada. Por eso, algunos grupos ultracatólicos hablaban de la beatificación, por primera vez en la historia, de un nonato.

Postulador, padre Burda
Postulador, padre Burda

En esa línea se pronunció el postulador de la causa: "La Iglesia está llena de argumentos teológicos que nos han ayudado a demostrar a los teólogos del Dicasterio para las Causas de los Santos que incluso ese niño no nacido, sin bautismo ni nombre, puede ser considerado un mártir por la fe de Cristo", aseguraba Witold Burda, quien ponía el ejemplo del martirio de los Santos Inocentes (niños ya nacidos), comparándolos con los abortos.

El pasado día 5, Roma tuvo que desmentirlo y el dicasterio de la Causa de los Santos emitía un comunicado en el que declaraba que “el niño fue alumbrado en el momento del martirio de su madre”.

Por eso, explicaba el dicasterio, se añadió a la beatificación este séptimo al número de hijos, mártires todos ellos. Y aunque el recién nacido no había sido todavía bautizado, el Vaticano lo considera cristiano, porque “en el martirio de sus padres recibió el bautismo de sangre”.

Familia Ulma

Como otros muchos polacos, Józef y Wiktoria era personas de fe y profundamente creyentes. Participaban activamente de la vida de la Iglesia y acudían asiduamente a los sacramentos. Una fe profunda y activa en la que educaron a sus hijos y que les llevó a arriesgar sus vidas hasta la muerte, porque en los judíos perseguidos veían al mismo Dios. Por eso, como señalan en una carta los obispos polacos, los Ulma son “una inspiración para los matrimonios y las familias modernas y su actitud heroica testimonia que el amor es más poderoso que la muerte”.

El 24 de marzo de 1944, una patrulla nazi rodeó la casa de Józef y Wiktoria Ulma, en las afueras de su pueblo, Markowa. Habían sido delatados por un polaco, que les exigía más dinero para mantener el secreto de que los Ulma escondían en su casa a dos familias judías.

A las tres de la madrugada, los alemanes entraron en la casa de los Ulma, descubrieron a los judíos y los ejecutaron allí mismo. Después sacaron también de su casa a la familia Ulma y el teniente Eilert Dieken mandó ejecutar de inmediato al padre y a la madre, embarazada de siete meses, como escarmiento para los aldeanos. Al ver asesinar a sus padres, los niños comenzaron a gritar.

Cámaras de la familia Ulma
Cámaras de la familia Ulma

El teniente, superado por las circunstancias, llamó a su superior, Jan Kokott, un checo de 23 años, que le ordenó ejecutar también a todos lo niños. Con el paso de los años y a pesar de llevar encima ese horrible crimen, Dieken se convirtió en un SS respetado, mientras Kokott regresó a Checoslovaquia, donde se escondió. Al cabo de unos años, las autoridades polacas consiguieron repatriarlo y condenarlo a muerte, pero la sentencia se conmutó por cadena perpetua primero y 25 años, después. Aunque murió en prisión dos años antes de cumplir su pena.

Lo más probable es que, durante la ejecución, Wiktoria se pusiese de parto, porque algunos testigos de su exhumación declararon que vieron la cabeza de un bebé recién nacido entre sus piernas. Porque, desafiando la prohibición de los alemanes, en enero de 1945, los familiares de los Ulma exhumaron sus cuerpos, para enterrarlos en el cementerio parroquial y fue entonces cuando descubrieron que el séptimo hijo de Wiktoria casi había nacido en la tumba de sus padres.

Convertidos en un símbolo para Polonia, el Estado construyó el Museo de la Familia Ulma en Markowa, en el año 2016. El museo, en forma de casa típica, con poca luz, para recordar a los judíos que se salvaron ocultándose en agujeros excavados en la tierra, alberga recuerdos y fotos de la familia Ulma. Por cierto, las fotos están hechas por el propio Josef Ulma con sendas máquinas fotográficas que él mismo se había fabricado.

El banco de carpintero de Ulma
El banco de carpintero de Ulma

También figura la lista de los judíos salvados en la zona (sólo en Markowa, de los 120 judíos que vivían en la aldea, se salvaron 21), asi como algunos muebles, las camas de la familia, una colmena y algunos de los libros que poseía el padre de los Ulma. De hecho, el "corazón" del museo es una sala iluminada que reproduce el hogar de la familia Ulma e incluso alberga algunos muebles originales, como la mesa de carpintero de Józef y algunas fotografías hechas por él, fotógrafo amateur.

La familia Ulma fue distinguida con el título de Justo entre las Naciones por el Instituto Yad Vashem de Israel, al igual que otros 6.400 polacos que arriesgaron su vida para salvar judíos.

El museo se centra en historias que, como la de los Ulma, tuvieron lugar en la provincia de Subcárpatos, y muestra el heroísmo de algunos polacos, pero también los dilemas a los que se enfrentaron ante el temor de perder la vida por ayudar a sus vecinos judíos.

Objetos de la familia Ulma
Objetos de la familia Ulma

Se presentan asimismo las relaciones polaco-judías antes de la guerra y cómo la ocupación alemana modificó una convivencia que hasta entonces había sido pacífica.

El museo ha sido erigido por iniciativa de las autoridades de la provincia de Subcárpatos y espera ser el primero de otros centros que recuerden la poco conocida historia de los polacos que arriesgaron su vida por socorrer a sus compatriotas judíos. Y mañana quedará claro ese objetivo en una solemne ceremonia ante los ojos del mundo.

Dos niños de la familia Ulma
Dos niños de la familia Ulma

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