El Vicariato habla de "explotación ideológica grave, ofensiva e inaceptable" y confirma lo dicho por el párroco Zenobbi:
"Lo que ocurrió fuera de la iglesia tuvo lugar sin ninguna autorización"
La bandera sobre el ataúd
El lunes 10 de enero, a las 14.30 horas, se celebró un funeral en la parroquia de Santa Lucía, cerca del Piazzale Clodio. Al final, fuera de la iglesia parroquial, un grupo de personas cubrió el féretro con una bandera con la esvástica nazi – símbolo horrendo e irreconciliable con el cristianismo – y gritaron e hicieron gestos atribuibles a esta ideología extremista.
“La instrumentalización ideológica y violenta, más aún tras un acto de culto y en la proximidad de un lugar sagrado, para la comunidad eclesial de Roma y para todos los hombres de buena voluntad de nuestra ciudad sigue siendo grave, ofensiva e inaceptable”
Ninguna autorización
Ayer por la tarde, el Vicariato de Roma confirmó que la parroquia se había distanciado del incidente. “Lo que ocurrió fuera de la iglesia – escribió el padre Zenobbi – tuvo lugar sin la autorización, ni del párroco ni del sacerdote celebrante, ambos ignoraban de lo que iba a ocurrir”. Y añadió al respecto:
“En este sentido, queremos expresar nuestra profunda tristeza, decepción y desencanto por lo sucedido, distanciándonos de toda palabra, gesto y símbolo utilizado fuera de la iglesia, que se remonta a ideologías extremistas alejadas del mensaje del Evangelio de Cristo”
Máximo empeño en la educación contra ideologías violentas
La diócesis de Roma reafirma que "en sus múltiples componentes eclesiales, trabaja desde hace tiempo con dedicación para formar, educar y así desactivar todo mecanismo de odio, oposición, tentación ideológica violenta y discriminatoria", y "asegura el compromiso de nuestra comunidad cristiana en la oración por el alma de la difunta y en la cercanía a su familia, que experimenta el dolor del desprendimiento terrenal".