La propuesta de Johnson plantea "serias y graves cuestiones éticas" El arzobispo de Canterbury critica que Londres quiera deportar a los inmigrantes a Ruanda "Esto es lo opuesto a la naturaleza de Dios"

Welby y Boris Johnson
Welby y Boris Johnson

"No puede sostener el peso de la justicia de la resurrección, de la vida conquistando la muerte. No puede sostener el peso de la resurrección que fue primero para los menos valorados, dado que privilegia a los ricos y fuertes" afirma Justin Welby

El líder de la Iglesia de Inglaterra, Justin Welby, ha criticado este domingo el plan del gobierno británico de enviar a los demandantes de asilo que esperar la tramitación de su proceso a Ruanda.

Este anuncio realizado por el gobierno británico esta la semana ha recibido críticas de organizaciones de derechos humanos e incluso por parte de la ONU.

Welby, que es el arzobispo de Canterbury, el clérigo de mayor rango de la Iglesia de Inglaterra, se ha sumado a las críticas en su mensaje de Pascua. En él, el líder religioso afirma que esta propuesta plantea "serias y graves cuestiones éticas". "El principio debe soportar el juicio de Dios y no lo hace", ha recalcado Welby.

El clérigo considera que un país como el Reino Unido, conformado sobre la base de valores cristianos, no puede "subcontratar sus responsabilidades, incluso hacia un país como Ruanda que tiene buenas intenciones". "Esto es lo opuesto a la naturaleza de Dios", ha añadido.

Justin Welby

"No puede sostener el peso de la justicia de la resurrección, de la vida conquistando la muerte. No puede sostener el peso de la resurrección que fue primero para los menos valorados, dado que privilegia a los ricos y fuertes", manifestó.

"Y (el principio) no puede soportar el peso de nuestra responsabilidad nacional como país formado por valores cristianos, porque subcontratar nuestras responsabilidades, incluso a un país que busca hacer las cosas bien como Ruanda, es lo contrario de la naturaleza de Dios, quien tomó personalmente responsabilidad por nuestros fracasos", añadió.

Cuando el primer ministro británico Boris Johnson reveló su plan hace unos días, ya sugirió que su propuesta podría enfrentarse a impugnaciones legales.

Sin embargo, el ministerio de Interior, que está a cargo de implementar la política, argumentó que el sistema actual del Reino Unido "está roto" frente a las presiones migratorias sin precedentes.

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