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El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Corea del Sur (KCDC, según sus siglas en inglés) ha mostrado su preocupación este martes ante la treintena de nuevos casos de la COVID-19 vinculados a las iglesias católicas del área metropolitana de Seúl y a los ritos budistas en vísperas de la reapertura de las escuelas.
El país asiático experimentó en febrero un "drástico incremento" del número de casos de la COVID-19 a causa de los servicios religiosos de una pequeña secta en la ciudad de Daegu, que, durante mucho tiempo, fue el epicentro de la pandemia.
A su vez, las autoridades continúan lidiando con los casos vinculados a los clubes nocturnos de Itaewon, un barrio de vida nocturna gay de la capital y, un centro logístico de material electrónico en Bucheon, al oeste de Seúl, que entre ambos ha registrado cerca de 400 nuevos contagios.