Irak y el Vaticano trabajan para evitar la emigración del país Los cristianos regresan a la llanura de Nínive

Tras la derrota de Daesh en 2016, el regreso de los sacerdotes y religiosos, los cristianos desplazados por la guerra, comenzaron a volver a su tierra. Irak, y en especial los pueblos cristianos de la Llanura del Nínive, recobran su dinamismo y actividad con el retorno de más de 8.800 familias.

El domingo 6 de agosto, centenares de fieles participaron en la misa y en la procesión, acompañados por antorchas y recitando salmos, en una atmósfera de paz, alegría y recogimiento, para conmemorar "el cuarto aniversario del éxodo forzado" hacia Kurdistán para escapar de las milicias yihadistas.

"Esta celebración -explicó el padre Paolo Thabit Mekko, sacerdote y responsable de la comunidad cristiana en Karamles, en la Llanura del Nínive- no es el recuerdo de un momento feo, porque llegó el momento de leer el pasado con ojos y espíritu nuevos, con una verdadera esperanza. Lo que parecía imposible, se hizo posible y contamos con que otros pasos se realicen".

La comunidad cristiana de Karamles "está yendo hacia el futuro" realizando "ideas y proyectos nuevos, para desarrollar la zona. Las prioridades son garantizar el trabajo y reforzar las actividades espirituales y sociales, para dar un nuevo sabor a la vida después de las devastaciones del Isis", señaló el sacerdote.

"El retorno de los cristianos, su número y su presencia en el país es un factor determinante para el futuro", advierte el sacerdote, favoreciendo el retorno y garantizando una mayor autonomía y una creciente participación dentro de las instituciones estatales. En estas horas el ministerio de Exteriores iraquí anunció un trabajo de coordinación con el Vaticano para limitar la emigración cristiana.




"Para que los cristianos puedan quedarse, el gobierno y las instituciones deben asegurar paz y tranquilidad". Además, concluye el sacerdote, "nos auguramos que siempre más parroquias en el mundo, sobre todo en Occidente, nos vengan a visitar y promuevan hermanamientos como signo concreto de solidaridad".

El padre Paolo -señala Fides- fue responsable del campo de refugiados "Ojos de Erbil", en la periferia de la capital de Kurdistán iraquí, donde en ese tiempo encontraron refugio centenares de miles de cristianos (junto a musulmanes y yazidíes) después de la llegada de Estado islámico.


La vuelta de los cristianos está siendo posible, en gran parte, gracias al proyecto de reconstrucción de la Llanura de Nínive que apoya Ayuda a la Iglesia Necesitada.

Más de 39.900 cristianos pueden ver y ayudar a reedificar sus casas. Otros ya disfrutan de un nuevo esplendor que ha sido devuelto a sus viviendas. Son 568 las que hasta ahora han sido restauradas completamente.

Lo que comenzó frágil como un olivo joven, la reconstrucción, es ahora un gran proceso que da sus frutos. 4.765 propiedades restauradas en los pueblos de Bartella, Karamles y Qaraqosh. Casas, templos y otros edificios de la Iglesia recuperados en su totalidad.

Con la invasión de Daesh 1.234 casas fueron destruidas, 3.155 quemadas, 13.555 dañadas y 9.166 sufrieron deterioros parciales. La Llanura del Nínive quedó desolada, sin vida. Estas circunstancias unieron, por primera vez a líderes de la Iglesia Caldea, Católica Siria, Ortodoxa Siria, con el propósito de devolver la presencia cristiana a esta región. Fue así como surgió el Comité de reconstrucción por el que el 44,63% de las familias cristianas han regresado a Irak.

(RD/Aica)


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