El patriarca ecuménico de Constantinopla participa en la plenaria de los obispos franceses La denuncia de Bartolomé I: "La guerra en Ucrania arrastra a Rusia a un abismo de impiedad"
«Al atacar Kiev, Moscú ha emprendido —en sus propias palabras— una "cruzada" que fusiona los poderes temporales y espirituales en una guerra injusta y de crueldad insensata, que lamentablemente arrastra a Rusia, a pesar de su profunda piedad, a un abismo de impiedad»
Bartolomé concluyó su intervención recordando que pronto tendrá «la inmensa alegría fraternal de recibir a Su Santidad el papa León XIV en el Fanar de Estambul», antes de «emprender juntos una peregrinación a Nicea
| M. Chiara Biagioni
(SIR).- «Al atacar Kiev, Moscú ha emprendido —en sus propias palabras— una "cruzada" que fusiona los poderes temporales y espirituales en una guerra injusta y de crueldad insensata, que lamentablemente arrastra a Rusia, a pesar de su profunda piedad, a un abismo de impiedad».
Así lo ha afirmado el patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, en su intervención este pasado lunes, 5 de noviembre, en Lourdes en la asamblea plenaria de obispos franceses, que se celebrará en el santuario mariano hasta el 9 de noviembre.
«Esta nueva alianza entre el trono y el altar es fundamentalmente contraria al Evangelio y a la ortodoxia», ha dicho Bartolomé. «La tragedia de las mujeres y los niños ucranianos, sometidos diariamente a una lluvia de bombas y misiles, es también nuestra tragedia».
La mañana en la plenaria de los obispos franceses se dedicó a la lucha contra la violencia, con una meditación espiritual a dos voces dirigida por el obispo Shomali, obispo auxiliar del Patriarcado Latino de Jerusalén, y por monseñor Rantsya, obispo de la Eparquía de San Vladímir el Grande de París de los ucranianos bizantinos. El patriarca Bartolomé observó: «Sabemos que la crisis que atraviesa nuestro mundo no se limita a tensiones políticas, guerras o desequilibrios económicos. Es más profunda: es una herida espiritual. La humanidad ha olvidado su alma. Hemos perdido el sentido de lo sagrado y, con él, el sentido de la fraternidad».
«Cuando Dios desaparece de la vista del hombre —observa el patriarca ortodoxo—, la tierra se convierte en un recurso que explotar, el otro en un rival a temer y la vida misma en una mercancía. La ruptura con el Creador genera la ruptura entre las criaturas. De esta amnesia espiritual nacen la violencia, el miedo y la injusticia».
Una "responsabilidad" para los cristianos
Bartolomé esboza una «responsabilidad» para los cristianos: «recordar al mundo que la paz no se construye solo sobre la razón humana, sino sobre el reconocimiento de lo divino en cada persona. La paz no es simplemente la ausencia de conflicto, sino comunión, escucha y perdón. Es el fruto de corazones y almas reconciliados y abiertos a la trascendencia».
Bartolomé concluyó su intervención recordando que pronto tendrá «la inmensa alegría fraternal de recibir a Su Santidad el papa León XIV en el Fanar de Estambul», antes de «emprender juntos una peregrinación a Nicea, hoy Iznik, para celebrar el 1700 aniversario del primer concilio ecuménico que definió nuestro Credo común en la Encarnación del Verbo a través del Fiat de la Virgen María».
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