El jesuita y economista trabaja para la economía alternativa que busca el papa Francisco Gaël Giraud sj: “El mercado se ha transformado en un ídolo pagano”

Gaël Giraud
Gaël Giraud

"Lo que más me ha sorprendido es haber tocado con mis propias manos, tanto en lo abstracto como en lo práctico, la transformación del mercado en un ídolo pagano. El mercado es omnisciente, omnipotente, benévolo, perfecto. Todos estos son atributos de Dios. Pero esta pseudoteología moderna es falsa, no funciona y no es buena para los hombres y las mujeres"

"Las instituciones financieras son organismos burocráticos que tienden a autoperpetuarse. Y que a menudo hacen exactamente lo que, según los principios de la racionalidad, no deberían hacer"

"Lo que más me ha sorprendido es haber tocado con mis propias manos, tanto en lo abstracto como en lo práctico, la transformación del mercado en un ídolo pagano. El mercado es omnisciente, omnipotente, benévolo, perfecto. Todos estos son atributos de Dios. Pero esta pseudoteología moderna es falsa, no funciona y no es buena para los hombres y las mujeres".

Palabra de Gaël Giraud, jesuita francés de 52 años, "hombre apasionado, matemático inquieto, economista herético" y muy cercano al papa Francisco, según le describen en la entrevista que le ha hecho IlSole24ore, en la que se hace una interesante aproximación a la figura de este hombre que iba para analista financiero en Wall Street, pero rechazó la oferta de sus jefes, se despidió de su novia y abrazó la Compañía de Jesús.

Aportación a la economía alternativa del Papa

"Su pensamiento es una de las nueces duras en el intento de la Iglesia de Bergoglio de dotarse de una visión económica alternativa, capaz de hacer de la economía un cuerpo vivo, una parte del todo, un elemento injertado en otros elementos, como el aprecio y el respeto por el medio ambiente, al que está dedicada la encíclica Laudato si' de 2015, en la que el cuidado de la casa común (el medio ambiente) va de la mano del cuidado de los demás (los seres humanos)".

"Cómo conocí a Bergoglio? Sucedió por casualidad. A los jesuitas se nos prohíbe buscar el contacto directo con el Papa. De lo contrario, él, que es jesuita, ya no viviría. En 2018, algunos ecologistas franceses, tanto católicos como laicos, me pidieron, tras leer mis libros sobre la transición ecológica [La suave revolución de la transición ecológica. Cómo construir un futuro posible, publicado en Italia por la Libreria Editrice Vaticana], que les acompañara a Roma a una audiencia con el Santo Padre, a la que podría aportar mi contribución", señala en la entrevista. 

Doble crítica

Giraud apunta en la entrevista una doble crítica hacia este mercado que considera un "pseudoteología": "Es teórica hacia la economía neoclásica. Y es práctica hacia los mecanismos de funcionamiento del mercado. La economía neoclásica utiliza unas matemáticas demasiado elementales. La teoría del equilibrio es simplista. Debemos utilizar los sistemas utilizados en física y química, que consideran cada variable en relación con las demás, en un movimiento dinámico y no lineal. Debemos adaptar los modelos a la realidad y no plegar la realidad a los modelos".

"Conozco la diferencia entre la complejidad de la realidad y los supuestos de racionalidad que se teorizan en los modelos de la economía neoclásica y se enuncian en los procedimientos y el cumplimiento de las instituciones financieras. He trabajado en bancos. Las instituciones financieras son organismos burocráticos que tienden a autoperpetuarse. Y que a menudo hacen exactamente lo que, según los principios de la racionalidad, no deberían hacer", asegura.

Imaginar modelos económicos

Actualmente profesor de la Universidad de Georgetown, donde fundó el Programa de Justicia Ambiental, en el que dieciséis académicos desarrollan modelos híbridos y sistemas dinámicos en los que los escenarios económicos están determinados por el cambio climático y la geofísica. Y pone un ejemplo. Pero podría poner muchos más: "Pensemos en las reservas minerales. Imaginemos lo que ocurrirá con la economía internacional en 2060, cuando se produzca un pico en la extracción de cobre, que es esencial para el funcionamiento de nuestras sociedades".

Pues eso es lo que hace este jesuita, que confiesa que el voto que peor lleva de los tres que ha prometido es el de la obediencia y que recuerda con nostalgia aquellos años de finales de los 90 que pasó en el Chad, viviendo como un africano más, en una vivienda sin agua ni luz y en donde cada mañana hacía el desayuno a los niños de la calle.

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