Un ayuno de 30 horas, para denunciar la muerte, el asesinato, de 12.000 niños palestinos (también judíos) asesinados. El obispo de Amberes, Johan Bonny, se ha sumado a la campaña organizada por la diócesis belga, y este sábado leerá los nombres de los pequeños, uno a uno.
"La guerra en Gaza continúa con toda su fuerza. La oímos y vemos a diario en los medios. Al menos, mientras los periodistas puedan seguir trabajando allí", constata Bonny en la carta de anuncio de la campaña, que incluirá un encierro en la iglesia de San Carlos Borromeo de Amberes.
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"El peor sufrimiento humano está por venir", advierte, señalando que "ahora que casi todos los edificios han sido destruidos e inhabitables, los habitantes restantes deben desaparecer. Personas hambrientas y exhaustas, devastadas por los incesantes bombardeos. Ancianos y discapacitados, sin transporte ni refugio. Heridos y lesionados, adultos y niños, que ya no pueden caminar. Miles de civiles inocentes sin salida ni futuro".
"Este invierno que viene será uno de los más horribles y deshumanizantes de la historia de Oriente Medio", clama el obispo de Amberes, quien agradece a Pax Christi Flanes, al Movimiento Sant'Egidio, a Broederlijk Delen y a la Diócesis Attent de Amberes por unir sus fuerzas en esta campaña. Un paso más, "porque la paz no llegará de forma natural", concluye el prelado.
