La inestabilidad originada está aumentando la división entre cristianos y musulmanes ¿Por qué Francisco pidió “que no se oculte la verdad” de la brutal explosión en Beirut en 2020?

Líbano
Líbano

El Papa está preocupado por la situación en el Líbano, de donde le llegan informes que hablan de una creciente desestabilización, donde se fomentan rivalidades entre las comunidades religiosas, y se azuza con presuntos agravios la presencia de miles de desplazados por la guerra de Siria

Crece el resentimiento entre una población divida, donde el Estado está ausente, con recelos entre los cristianos y los musulmanes, y todo ello agravado por una dura crisis económica a la que se ha unido la falta de cereales por la guerra de Ucrania

"Nos enfrentamos a dos delitos: la explosión en el puerto y el bloqueo de la investigación. El bloqueo de la investigación no es menos grave que la explosión, porque es un acto voluntario que ha llegado a sembrar la discordia entre las familias de las víctimas”, señaló el patriarca maronita en el funeral con motivo del segundo aniversario 

“Se cumple el segundo aniversario de la explosión en el puerto de Beirut. Mis pensamientos están con las familias de las víctimas de ese desastroso suceso y con el querido pueblo libanés: rezo para que cada uno sea consolado por la fe y reconfortado por la justicia y la verdad, que nunca pueden ser ocultadas”.

Fueron las palabras del papa Francisco en la audiencia del pasado miércoles para conmemorar el segundo aniversario de las dos explosiones que el 4 de agosto de 2020 destrozaron el puerto de Beirut, con el saldo de 214 personas fallecidas,7.000 heridas y 300.000 personas -unos dos tercios de la población- sin hogar a causa de una deflagración que provocó un movimiento sísmico de 3,3 grados en la escala Richter.

Explosión en El Líbano en 2020
Explosión en El Líbano en 2020

Pero, ¿qué quería decir Francisco con que “la verdad nunca puede ser ocultada”? Dos años después, este hecho está marcando muy seriamente el presente y comprometiendo el futuro de un país tradicionalmente en paz, pero cuya estabilidad siempre pende de un hilo en el avispero de Oriente Medio. De ahí la apostilla final del Papa en su recuerdo a las víctimas: “Espero que el Líbano, con la ayuda de la comunidad internacional, siga por el camino del ‘renacimiento’, manteniéndose fiel a su vocación de ser una tierra de paz y pluralismo, donde las comunidades de diferentes religiones puedan vivir en fraternidad".

¿Desestabilizar el país?

Sin embargo, esa esperanza del Papa lo que muestra es una evidente preocupación por cómo se están desarrollando los acontecimientos y por los factores políticos, internos y externos, que están aprovechando la situación para jugar la baza de la desestabilización en un país que está sufriendo los embates de una gran crisis económica y donde aumenta el recelo con los miles de ciudadanos sirios que fueron acogidos como refugiados huyendo del horror de los combates entre Al Asad y el Estado Islámico.

El cardenal Beshara Rai, patriarca maronita de Líbano
El cardenal Beshara Rai, patriarca maronita de Líbano

A esa falta de respuesta a las causas de la explosión aludió también con rotundidad el patriarca maronita Bechara Rai durante el funeral del pasado jueves, alzando su voz contra contra “los responsables de obstruir la investigación”. "Es como si lo sucedido el 4 de agosto fuera un incidente trivial, que no merece ser tratado o que puede ser resuelto eludiendo la responsabilidad, haciendo compromisos o haciendo trueques como ellos (los funcionarios) están acostumbrados a hacer en la política", denunció.

El arzobispo, que pidió "compensación para los afectados por la explosión", se preguntó durante la homilía: “¿Qué más necesitan los responsables que este crimen para actuar? ¿Y a qué espera el poder judicial para levantarse y preservar su dignidad y retomar su papel? "Hoy nos enfrentamos a dos delitos-añadió-, la explosión en el puerto y el bloqueo de la investigación. El bloqueo de la investigación no es menos grave que la explosión, porque es un acto voluntario que ha llegado a sembrar la discordia entre las familias de las víctimas”.

El Papa reza por Líbano
El Papa reza por Líbano

Una discordia que también preocupa hondamente a Cesar Essayan, vicario apostólico de Beirut de la Iglesia Católica Latina en el Líbano, quien en entrevista con Vatican News, señala que “el mayor drama tiene que ver con el hecho de que la verdad sobre lo ocurrido está cada vez más lejos. El juez estaba inicialmente bloqueado. Si hizo un buen trabajo o no, no me corresponde decirlo. En cualquier caso, este hecho fue llevando a los partidos políticos implicados a dividir a los padres de las víctimas en dos: los que estaban a favor del juez y los que estaban en contra. Esto ha enturbiado aún más la cuestión, posponiendo la posibilidad de entender realmente lo que ocurrió. Así que hoy llegamos con esta profunda división que, por desgracia, coincide con una división entre los que son cristianos y los que son musulmanes”.

Una población dividida

Tal vez por ahí haya que buscar la respuesta a la inquietud del Papa y de los representantes eclesiales en el Líbano. El País de los Cedros se resquebraja en medio de una crisis económica agudiza por la guerra en Ucrania, donde la falta de cereales, que importan fundamentalmente de Rusia y Ucrania, está exacerbando los ánimos de una población que ya estaba sufriendo mucho.

“Nos damos cuenta de que las consecuencias de la explosión agravan la crisis económica: poco trabajo, gente que se va para que se queden los que están enfermos. Hay otra división en la población: entre los que ganan en dólares y los que ganan en liras libanesas. Los que trabajan en la administración pública ganan en liras y apenas llegan a fin de mes, a no ser que reciban ayuda de familiares en el extranjero. Otros ganan su dinero en dólares. Son pocas las personas que consiguen rebelarse, porque ya no tienen fuerzas. Por no hablar de la subida de precios a causa de la guerra en Ucrania”, señala el vicario.

Explosión de Beirut
Explosión de Beirut

“Y, de nuevo -prosigue-, no debemos olvidar la presencia de los sirios. Por desgracia, esto está creando tensiones con los libaneses. Hay que decir que se está difundiendo información errónea a los libaneses: muchos libaneses dicen que los sirios reciben ayuda en dólares y están enfadados. Pero esto no es cierto. De hecho, cuando vas a la panadería hay dos colas, los sirios por un lado y los libaneses por otro. En el caso de los sirios, viene toda la familia, si son cinco, por ejemplo, toman cinco raciones. Normalmente, en el caso de los libaneses, ocurre que sólo va el padre o la madre y sólo se llevan una porción. Son situaciones que alimentan el resentimiento y la división. Nada es fácil. No se trata sólo de la explosión en el puerto de Beirut”.

"El Estado está ausente"

“El Estado está ausente, cree que podemos arreglárnoslas solos. La población no se compadece del Estado, en definitiva, vemos una opresión que nunca antes habíamos conocido”, concluye monseñor Essayan.

Parece que, efectivamente, el papa Francisco tiene fundados motivos para estar preocupado por la estabilidad del Líbano… y de toda la región, donde potencias como Rusia están tratando de aprovechar los agujeros que dejó la inoperancia en política exterior de la Administración Trump.

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