La gran peregrinación a Fátima no se cancela, pero se celebrará sin fieles Cardenal Marto, entre lágrimas, ante un 13 de mayo sin fieles: "No podíamos correr riesgos"

Imagen de la peregrinación de 2019
Imagen de la peregrinación de 2019

El santuario portugués, que cada año reúne a cientos de miles el 12 y 13 de mayo, no suspende el rito pero por primera vez será a puertas cerradas

Con dolor, monseñor António Marto expresó que no quiere convertirla en un foco de contagio

"Pido encarecidamente a todos que comprendan que en virtud de la epidemia y la necesidad de evitar la propagación del virus, esta es la única decisión sensata y responsable que podríamos tomar"

El Santuario portugués de Fátima no va a cancelar por la pandemia de coronavirus la gran peregrinación internacional que hace cada año en mayo con motivo del aniversario de las apariciones, pero las celebraciones se llevarán a cabo de una forma inédita: sin peregrinos.

El obispo de Leiria-Fátima, António Marto, anunció este lunes la decisión entre lágrimas, "con mucho dolor y tristeza" pero también "con gran sentido de responsabilidad" ante la pandemia sanitaria.

El santuario, uno de los mayores centros de peregrinación mariana del mundo, mantendrá las celebraciones de los días 12 y 13 de mayo, pero el recinto, que en esa época del año acostumbra a estar ocupado por cientos de miles de fieles, estará vacío.

Sí se podrán seguir a través de internet y de los medios de comunicación, que transmitirán las celebraciones en directo para que los fieles puedan seguirlas desde casa.

"Pido encarecidamente a todos que comprendan que en virtud de la epidemia y la necesidad de evitar la propagación del virus, esta es la única decisión sensata y responsable que podríamos tomar. No podíamos correr riesgos ni permitir que nuestro santuario se convirtiese en un foco de contagio para el país o el mundo", señaló el obispo.

Más de 180 grupos de peregrinos, según Marto, ya se habían inscrito para participar en las celebraciones de este año.

Cardenal Marto

Fátima empezó a tomar medidas ante la pandemia de coronavirus a principios de marzo, cuando decidió realizar las misas sin agua bendita, dar las hostias de la comunión en mano y apelar a que se evitasen los besos y contactos entre fieles.

Días después, la Conferencia Episcopal de Portugal decidió suspender todas las misas, catequesis y otros actos de culto, lo que dejó desierto el santuario.

Desde entonces las celebraciones en Fátima, incluidas las de Semana Santa, se han hecho sin fieles y han sido transmitidas a través de internet y los medios de comunicación.

El culto a la Virgen de Fátima tiene su origen entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917, período durante el que tres niños portugueses -Lucía, Jacinta y Francisco- aseguraron que habían sido testigos de varias apariciones de la Virgen.

Los tres menores, que eran pastores, afirmaron que la Virgen les hizo varias revelaciones en esos encuentros, que conforman la profecía de Fátima.

Los relatos de las apariciones convirtieron a Fátima en un lugar destacado de peregrinación para los creyentes, que cada año visitan por miles este pequeño enclave portugués.

En 2017 el santuario conmemoró el centenario de las apariciones con la presencia del Papa Francisco, quien canonizó a los hermanos Jacinta y Francisco Marto, los primeros niños no mártires en ser declarados santos.

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