Durante la estancia del Papa en Fátima, de cuya diócesis es obispo José Ornelas El presidente los obispos de Portugal rezó ante Francisco "por los niños y jóvenes víctimas de abusos"

Ornelas, ante el papa Francisco en Fátima
Ornelas, ante el papa Francisco en Fátima A. Ecclesia

José Ornelas, presidentes del Episcopado portugués y obispo de Leiria-Fátima saludó hoy al Papa Francisco en Cova da Iria, uniéndose a la oración por la paz, en Ucrania y en el mundo, y evocando a los niños víctimas de abusos

(Ecclesia).– José Ornelas, presidentes del Episcopado portugués y obispo de Leiria-Fátima saludó esta mañana al papa Francisco en Cova da Iria, uniéndose a la oración por la paz, en Ucrania y en el mundo, y evocando a los niños víctimas de abusos, durante el saludo que le brindó en el santuario de la Virgen de Fátima, a donde se habían desplazado también más de 200.000 peregrinos.

“Nos unimos a la oración de Su Santidad por la paz, con la que este Santuario se identifica profundamente, teniendo presente especialmente la guerra en Ucrania y en tantos otros focos de conflicto en el mundo, que afectan dramáticamente la vida y el futuro, especialmente de nuestros hijos. y jóvenes”, dijo José Ornelas en la Capilla de las Apariciones.

El presidente de la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP) acompañó a Francisco en el rezo del rosario, en el que se rezó por la paz, la JMJ y los jóvenes con discapacidad. “Acogemos tu santidad, acompañándote en tu proyecto de ser peregrino orante junto a María, Madre de Jesús y Madre de la Iglesia, que oraba con los discípulos, implorando el don del Espíritu Santo para la misión que iban a realizar”, señaló el diocesano.

Francisco saluda a los enfermos
Francisco saluda a los enfermos Santuario de Fátima

El presidente de la CEP ha querido rezar en particular “con y por los niños y jóvenes víctimas de la enfermedad, la pobreza, el hambre, todo tipo de conflictos, abusos, injusticias y exclusión de los más frágiles”. “Contigo rezamos, y rezando nos levantamos de nuestra complacencia y de nuestra indiferencia, como nos enseña María, en esta JMJ, celebrando la alegría de ser una Iglesia que sueña, particularmente con sus jóvenes, el sueño de Jesús por una vida más humana”, concluyó.

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