Es el único lugar donde tienen prohibidon rezar, aunque sí pueden acceder Los rezos judíos en la Explanada de las Mezquitas tambalean el frágil "statu quo" en Jerusalén
Los crecientes rezos de judíos dentro de la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén Este palestino ocupado, prohibidos por el "statu quo" que salvaguarda Jordania, han vuelto a tensar una de las plazas
"Transformar el conflicto político en religioso es lo más peligroso", asegura el director de la Mezquita de Al Aqsa, Omar al Kiswani, tras una reciente decisión judicial de Israel -más tarde revocada- que valida los "rezos (judíos) en silencio"
"Es el centro de la oración del mundo y todos deberían poder rezar en él", defiende el exdiputado israelí Glink, quien aboga abiertamente por la oración en el recinto
El periodista jordano, Daoud Kuttab alertade que: abrir "la caja de Pandora" conduciría a un conflicto, "también entre los 19.000 millones de musulmanes en todo el mundo"
"Es el centro de la oración del mundo y todos deberían poder rezar en él", defiende el exdiputado israelí Glink, quien aboga abiertamente por la oración en el recinto
El periodista jordano, Daoud Kuttab alertade que: abrir "la caja de Pandora" conduciría a un conflicto, "también entre los 19.000 millones de musulmanes en todo el mundo"
| Laura Fernández Palomo
(RD/EFE).- Los crecientes rezos de judíos dentro de la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén Este palestino ocupado, prohibidos por el "statu quo"que salvaguarda Jordania, han vuelto a tensar una de las plazas más explosivas de la región.
"Transformar el conflicto político en religioso es lo más peligroso", asegura a Efe el director de la Mezquita de Al Aqsa, Omar al Kiswani, tras una reciente decisión judicial de Israel que valida los "rezos (judíos) en silencio" -más tarde revocada- y que para el rabino Yehudah Glick responde a la libertad de todos de rezar en el epicentro de la fe.
Las tres religiones monoteístas -judaísmo, islam y cristianismo- comparten el relato bíblico en torno a este delicado complejo donde sitúan el Monte Moriá, al que Abraham llevó a su hijo para someterse a la voluntad de Dios y sacrificarlo.
Lo hacen como el resto de turistas, a determinadas horas señaladas de la mañana, a través de la Puerta de los Magrebíes, a la que se llega por un puente que sobrevuela el Muro de las Lamentaciones, a los pies de la Explanada, y el único lugar donde los judíos hoy pueden orar.
Gritos ante rezos en silencio
Los agentes incidían estos días en recordar a quienes entraban al recinto, como hizo con Efe, la prohibición de orar salvo para los musulmanes.
🔔INCIDENTES | Tribunal israelí abre camino a rezos de judíos en explanada de las mezquitas
— Soy 502 (@soy_502) October 8, 2021
Los judíos religiosos provocan a veces incidentes al rezar en la explanada, tras subir allí como simples visitantes.https://t.co/tIMRQGpeoepic.twitter.com/fh9yrDxzl0
"Antes solo eran tres o cuatro en todo el día, pero los supuestos grupos del Templo (organizaciones que defienden el rezo) llaman a entrar a Al Aqsa y piden al Gobierno cambiar la situación", considera.
Una declaración en julio del primer ministro israelí, el ultranacionalista Naftalí Benet, sobre "la libertad de culto" de judíos y musulmanes generó tal polémica que su oficina tuvo que aclarar días después que había sido "mal expresado". Vuelta al "statu quo".
Más allá de la fe
Su vínculo con el recinto es vivencial. Como para el resto de palestinos de otras confesiones también un símbolo político que consideran intocable para defender sus espacios en una ciudad que sientes que pierden frente a la ocupación israelí.
Glink rehúsa abordarlo como un asunto político, y apela a la fe para abrir la discusión sobre el "statu quo". "No creo que debamos preguntarles (a los palestinos)", responde ante la posibilidad de cambiarlo.
De hecho, la creciente presencia policial en la Explanada fue uno de los detonantes que desencadenó la escalada bélica de Israel con las milicias palestinas de Gaza el pasado mayo.
La Explanada y los aledaños de la ciudad amurallada, con el hedor de la Puerta de Damasco por el agua de mofeta con el la Policía israelí dispersa cada tarde a los jóvenes palestinos, siguen hoy en alerta.