Invita a los curas a imitar lo que hizo ya san Francisco en Bolonia hace justo 800 años Lo que debe saber hacer todo sacerdote, según el cardenal Zuppi, además de huir de la banalización

Zuppi / Foto: Francesco Pierantoni
Zuppi / Foto: Francesco Pierantoni

“No queremos convertirnos en los que se adaptan e intentan estar a la moda, corriendo el riesgo de banalizar las cosas y hacer más importante la herramienta que el contenido..."

"Tenemos mucho que aprender sobre el lenguaje, pero debemos tener cuidado de no entrar en la gran feria de la banalización de los contenidos, que es el gran riesgo de Internet”

Entrevista con el cardenal arzobispo de Bolonia, Matteo Zupopi, en la revista Sovvenire, recogida por el SIR. Le preguntan al también presidente del Episcopado italiano cuáles han de ser las características del sacerdote que Italia necesita en este año 2022. Pues las de siempre, les viene a decir. Pero, inmediatamente, añade dos especificidades.

Debe hablar el lenguaje de hoy. En esa lengua debe traducir el Evangelio de siempre y su propio servicio como sacerdote, que es el servicio de la comunión, el servicio de anunciar el Evangelio y sobre todo el servicio de acompañar a los hermanos, además del servicio fundamental de los sacramentos...”.

Cardenal Zuppi
Cardenal Zuppi

Y es que, según añade acto seguido, “el problema es siempre la lengua, y hay dos cuestiones fundamentales. La primera es hablar lo que la gente entiende, no en eclesiástico, en latín o con categorías que a veces a nosotros mismos nos cuesta explicar. El Evangelio se puede explicar muy bien. Debemos hacer lo que hizo San Francisco en septiembre de 1222, hace exactamente 800 años, cuando habló en la plaza frente al ayuntamiento de Bolonia”.

Hablar al corazón

“Lo que llamó la atención de todos fue que no predicaba, sino que parecía ‘conversar’: hablaba en italiano, no en latín, y hablaba al corazón”, señala uno de los cardenales de confianza del Papa.

Y, finalmente, Zuppi, apunta la otra característica indispensable, según su punto de vista, y que tiene mucho que ver con la anterior. “Luego está la segunda cuestión, que es el problema de hablar a todo el mundo, que es lo que intenta hacer todo sacerdote”, de tal manera que nadie pueda sentirse excluido.

“No queremos convertirnos en los que se adaptan e intentan estar a la moda, corriendo el riesgo de banalizar las cosas y hacer más importante la herramienta que el contenido... Tenemos mucho que aprender sobre el lenguaje, pero debemos tener cuidado de no entrar en la gran feria de la banalización de los contenidos, que es el gran riesgo de Internet”, concluye Zuppi.

Boletín gratuito de Religión Digital
QUIERO SUSCRIBIRME

Etiquetas

Volver arriba