Jean Scarcella asegura al obispo Bonnemain su "plena cooperación" El abad de San Mauricio dimite tras admitir ser uno de los investigados por encubrimiento en la Iglesia suiza

Abadía de St Mauricio
Abadía de St Mauricio Site archéologique de Martolet ©saviozfabrizzi, Abbaye de Saint-Maurice

La investigación, ordenada por el Dicasterio para los Obispos, corre a cargo del obispo Joseph Bonneimain, a quien Scarcella ha asegurado su "plena cooperación"

La abadía de San Mauricio es una de las más antiguas de Europa occidental (su primera comunidad data del año 515)  y ha mantenido una actividad ininterrumpida hasta la actualidad. En 2015, coincidiendo con el ascenso de Scarcella al cargo de abad, la comunidad celebró sus 1.500 años de vida

El escándalo de abusos en la Iglesia suiza prosigue el goteo de casos, nombres y protagonistas. Al más de un millar de casos admitidos en la investigación, y unas acusaciones que podrían implicar al cardenal Koch, ahora hemos conocido la renuncia del abad de San Mauricio, Jean Scarcella, tras haber sido implicado en un caso de encubrimiento de abusos.

En una carta enviada a los medios, Scarcella (que también es miembro de la Conferencia Episcopal suiza), el religioso agustino anunció que está siendo investigado en el marco de la auditoría ordenada por Roma, tras conocer numerosas acusaciones de abusos sexuales a menores, y una dinámica de encubrimiento por parte de responsables religiosos.

La investigación, ordenada por el Dicasterio para los Obispos, corre a cargo del obispo Joseph Bonneimain, a quien Scarcella ha asegurado su "plena cooperación". "Para garantizar la independencia de la investigación, he decidido, de acuerdo con el Consejo de la Abadía y el Presidente de la Conferencia Episcopal Suiza, suspender mi cargo de abad de San Mauricio hasta el final de la investigación preliminar", recalca el hasta ahora abad.

La abadía de San Mauricio es una de las más antiguas de Europa occidental (su primera comunidad data del año 515)  y ha mantenido una actividad ininterrumpida hasta la actualidad. En 2015, coincidiendo con el ascenso de Scarcella al cargo de abad, la comunidad celebró sus 1.500 años de vida. Ahora, marcados por la mancha de los abusos y el encubrimiento.

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