Jesús Mauleón y su "confinada voz"

Está a punto de aparecer en el mercado del verso un último poemario del escritor Jesús Mauleon (Arróniz 1936). A la altura de sus 85 años nos sorprenderá con medio centenar de intensos poemas de “confinada voz”, editados en Ediciones Vitrubio, Menorca 44 de Madrid, 28009, como los últimos títulos del ya jubilado Jesús Mauleón: “Este debido llanto” (2010), “Apasionado adiós” (2013) y “Pero estás en mi aliento” (2019). La completa poesía anterior de nuestro escritor quedó publicada en la magnífica “Obra poética (1954-2005)”, editada por el Gobierno de Navarra en 2005, y nos ofrece, a lo largo de 560 páginas, medio siglo de excelentes poemas del escritor navarro.

Nos gustaría adelantaros ya dos o tres títulos del inminente poemario. Pero, si me lo permitís, podría ser interesante dar a conocer algo de los tres títulos escritos en su totalidad por un jubilado que no renuncia a expresarse y que, en mi opinión, nos sorprende en cada entrega con una novedosa antología más y más interesante y expresiva. Pero antes me parece necesario explicar muy breve un serio problema que nos surgió hace tres años. En febrero de 2019 el contador de visitas SC sumaba a nuestra página “Nido de poesía”, de la revista Religión Digital, un total de 1.389.250 visitas(un millón trescientas ochenta y nueve mil doscientas cincuenta visitas en los últimos años).

Nuestro gozo en un pozo: ¡una avería técnica muy grave e irreversible dejó a 900 entregas-900 post- de “Nido de poesía” sin una sola imagen! Eso sí: afortunadamente todos los textos quedaron absolutamente completos. Así que el mal menor que asumimos ha sido disfrutar los poemas y comentarios originales, al margen de la pérdida absoluta de ilustraciones que tanto enriquecían el retablo lírico, la perfumada rosaleda de versos, el exquisito paisaje de los textos sagrados…



TRES POEMARIOS DEL JUBILADO JESÚS MAULEÓN:

1.ESTE DEBIDO LLANTO (año 2010)
Está centrado en el fallecimiento de la madre del poeta, una pérdida dolorosa que se llena de resonancia mística, de un dolor que se agarra a la esperanza y, en el mismo espacio, a una poesía reveladora y firme.
Para acceder a versos de “Este debido llanto”, escribir en el buscador GOOGLE lo siguiente: www.nidodepoesia.com/maule3.htm.
Podría accederse a siete poemas ilustrados de “Este debido llanto”.

2.APASIONADO ADIÓS (año 2013)
Así describe Tomás Yerro al autor de “Apasionado adiós”: “Desde la atalaya de sus setenta y cinco años JM observa que a su camino no le quedan muchas leguas por recorrer, tan solo “horas contadas”, consideración que le induce a la despedida, sí, pero también al disfrute a fondo del aquí y ahora y a una actitud esperanzada, gozosa, ante un futuro post mortem iluminado por sus convicciones religiosas.”
Para acceder a versos de “Apasionado adiós”, escribir en el buscador GOOGLE lo siguiente: apasionado adiós jesus mauleón nido de poesía religión digital

3.PERO ESTÁS EN MI ALIENTO Senectutis Carmina (Año 2019)
Variado texto que nos regala 58 poemas del poeta navarro. Como el primero de la sección “Luz penúltima”, que se bautiza “Poeta” y prolonga a nuestro tiempo alejandrinos medievales. Así se cierra “Poeta”: “Trabajo con palabras, oficio casi vano, / pobre y, según se mire, oficio soberano. / Moriré en las palabras, oficio casi vano, / pobre y, según se mire, oficio soberano. / Moriré en las palabras, me marcharé con ellas / a leerle mis versos a Dios y a las estrellas.”
Para acceder a versos de “Pero estás en mi aliento”, escribir en el buscador GOOGLE lo siguiente: pero estás en mi aliento jesus mauleon nido de poesía religión digital.

Tres poemas de "confinada voz"

1 Habitación sin vistas

En la Residencia de Ancianos de Pamplona a orillas del Arga, donde vive nuestro poeta su ancianidad, le ha correspondido una habitación con vistas a… un patio interior frío, “rodeado de muros, que se oculta hacia dentro…” No falta, en la descripción, lo que los ojos de otras ventanas miran, seguro, con ciertos celos. Pero la mirada del corazón del poeta es abierta y agradecida, y observa “sobre un suelo de césped muy en sombra” la presencia de tres cedros, uno altísimo, capaz de competir con los más nobles del Líbano lejano, que “asciende por encima de todos los tejados…” Dos pinos, más humildes, duermen su sueño de verdor y altura… Ama Jesús la compañía de sus árboles, sus cinco amigos… que le señalan altura y esperanza. El poema se cierra declarando el místico navarro su predilección por el cedro libanés, que se alza en premio y anhelo de su vista y “dispara más alto, más arriba…”

Habitación sin vistas

Poca suerte ha tenido mi habitación sin vistas.
No muestra generosa mi ventana
el grandioso espectáculo
que otras miradas de este edificio ofrecen:
un círculo de montes que a la ciudad reúnen,
abajo el Arga y sus riberas donde arriman
su pulcritud y su verdor las huertas.
Nada alcanzo del nuevo caserío
alzado en la llanura o recostado
en las faldas al límite del maternal declive.
Ni veo aquí, a mis pies, el ajetreo
de la meseta familiar en que se asienta
nuestra vieja ciudad, lo que los ojos
de otras ventanas afortunados miran:
el tráfago de coches, viandantes, el fragor
de viva humanidad en movimiento.

Esta ventana mía
solo me enseña
las honduras de un patio
rodeado de muros, que se oculta hacia dentro.
De allá abajo, en su fondo,
con no poca fortuna,
sobre un suelo de césped muy en sombra
se levantan tres cedros, uno altísimo,
capaz de competir con los más nobles
del Líbano lejano; asciende
por encima de todos los tejados
de este gran edificio.
Dos pinos, más humildes,
duermen su sueño de verdor y altura.

A fuerza de mirarlos, los cinco ya son míos
y en parte me consuelan y consuelan mis ojos
de esta rara orfandad de habitación sin vistas.

Amo la compañía de mis árboles,
mis cinco amigos que, en verdor perenne,
en trance ensombrecido de pandemia,
me señalan altura y esperanza.
Y sube más mi amor y se hace predilecto
al cedro libanés que, en porte de gigante,
se alza en premio y anhelo de mi vista
y dispara más alto, más arriba.

2.En comunidad de nubes

Anciano y en ambiente pandémico (“virus, vejez y miedo”) se imagina el poeta nube entre nubes (“confinado veo el mundo / por un oscuro agujero”). Pero no está solo (“entre nubes / se asoma el sol por un hueco”). Y, bendición de Dios, “en su luz, como un regalo, Tú me sales al encuentro…” Busca Mauleón a Dios en la palabra y a menudo es feliz, menos viejo entre viejos, más vivo entre finados. Abre Dios para él la ventana luminosa por donde asoma lo eterno. “Ya, mi Dios, ni soy tanpobre / ni como pobre me veo. / Contigo lo tengo todo, / y Tú me das lo que tengo.”

En comunidad de nubes

En comunidad de nubes
la vida de nube llevo

en este humano amasijo
de virus, vejez y miedo.
En ocasiones me estiro 

hallo un alivio en el tedio.
Confinado veo el mundo
por un oscuro agujero.
La realidad se me achica
y se me aprieta por dentro.
De vez cuando, entre nubes,

asoma el sol por un hueco
y en su luz, como un regalo,
Tú me sales al encuentro.
En ti la palabra urgente
me brota sin pretenderlo
y como el agua de un río  
me baja en cauce de verso.

En la palabra te busco
y en la palabra te encuentro.

En ella se me abre un mundo
grande como el universo.
A menudo soy feliz         
y menos viejo entre viejos,
por una muerte cercana
coronados de respeto.

Gracias, mi Dios, entre nubes,
me abres en el sol tu hueco,
la ventana luminosa
por donde asoma lo eterno.
Estoy seguro de ti
y de mí, Dios verdadero,
seguro de ver tu sol
que, si es tu luz, nunca es sueño.

Ya, mi Dios, ni soy tan pobre
ni como pobre me veo.
Contigo lo tengo todo,
y tú me das lo que tengo.

y3.Da las gracias al sabio

Para el creyente, la madurez no es una desgracia, es un tiempo fecundo de realización y alegría. El problema de hoy es la pandemia, que rompe vínculos, desestructura la sociedad y la familia. Dios es, para el creyente, Padre y Madre, Belleza, Justicia, Amor, Verdad (este poema califica de Sabio al Creador de toda vida). “El humor, la palabra, / por el momento, te mantiene vivo”: nos mantiene vivos.

Da las gracias al sabio

Procuras no mostrarte 
ni descorazonado ni abatido.
Te avienes a aceptar que late
viejo tu corazón, mas la palabra
te yergue a veces como si tuvieras
ochenta inviernos menos.

Pero el cuerpo te avisa y te reduce
a las fronteras de tu edad exacta. 

Contra el tiempo implacable lanzas 
tus palabras al aire, tanto en voz como escritas
y consigues en un toque de magia
regresar a tus días más antiguos.
Durarán mientras guardes en tu mente
alguna lucidez y no huya de tu rostro
el don de la sonrisa.

Da las gracias al Sabio
que en tu vejez te reservó estos dones.

El humor, la palabra,
por el momento, te mantienen vivo.

(5 de marzo de 2021)

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