"NO MIRES PARA ABAJO", una película valiente y honesta

Ha llegado a nuestras carteleras un insólito film:"No mires para abajo", que se refiere, en primer lugar, a la frase de Eloy, subido a dos altísimos zancos, a su compañera de juego Elvira, también en lo más alto de otras superpiernas. Pero el desarrollo fílmico nos sugerirá un nuevo sentido:"No mires para abajo, hacia un sexo puramente mecánico, aburridamente instintivo." De eso trata la historia. El argentino Eliseo Subiela, con riesgo y fe, ha realizado -dirección y guión- una inquietante parábola.En el cartel anunciador observamos a ambos intérpretes dispuestos a investigar en el terreno del amor y el erotismo. Lo explica Subiela:
«Yo había leído hacía muchos años un libro milenario llamado "El tao del amor y del sexo". Siendo parte de una generación cuya iniciación sexual en general estuvo marcada por una clandestina sordidez, este libro me fascinó, y enseguida me entusiasmó la posibilidad de "actualizar" sus enseñanzas para que pudiera llegar sobre todo a los más jóvenes, pensando en primer lugar en mis tres hijos. Me atraía además el desafío de contar una historia que sirviera de pretexto para transmitir un mensaje innegablemente "didáctico".»
RESBALA EL SONÁMBULO Y ATERRIZA EN LA CAMA DE ELVIRA

En unas iniciales secuencias surrealistas, a Eloy, el protagonista, se le muere el padre, marmolista de lápidas funerarias, angelitos, etc. Y se vuelve sonámbulo. En uno de esos viajes por los tejados, resbala sobre una claraboya y aterriza en el dormitorio de Elvira, una vecina que vive en Barcelona, pero está pasando unos días con su abuela, argentina como ella, simpática brujita licenciada en esoterismo y otros saberes de la nueva era. Como alumna aventajada que es, enseña su nieta a Eloy los secretos del sexo y todo lo que necesite para espabilarse, en la encrucijada existencial de sus pocos años y su mucha ignorancia.
Vemos en escena a la acaramelada parejita. Ella le está obsequiando una planta y él le ofrece sus 19 años.

NO RECOMENDADA A MENORES DE 13 AÑOS

Media película se la pasan ambos protagonistas, Leandro Stivelman y Antonella Costa, en la cama, experimentando sexo tántrico (orgasmo sin eyaculación). Aquí el caperucito es Eloy devorado por Elvira y su abuelita, que le exigen hasta más de 80 impulsos dentro de la vagina sin eyacular (pareciera que el tantra está inventado por una mujer para su propio beneficio)...
Me ha llegado la calificación moral que el Ministerio de Cultura español acaba de otorgar a este film y es la siguiente: "No recomendada a menores de 13 años". El propósito moralizante del film se cumple: se propicia un amor relajado, tierno, de complicidad, en el que el orgasmo coital no es meta última, sino un regalo más de la vida a los amantes. Si en Isla Cristina y Baena mozalbetes de menos de 16 años hubieran visto y comentado "No mires para abajo", probablemente no hubieran cometido la salvaje cadena de violaciones...

PARA APRENDER A HACER EL AMOR COMO DIOS MANDA

El vídeo de este film recomendado por "20 minutos", me parece excelente. No os perdáis el gesto con la mano de los muertos, que vienen a decir "¡Y qué le vamos a hacer!" Ni el paseíto en zancos. Ni el solitario baile de la abuela, ni el simultáneo de su nieta. Ni los 4,42 minutos del sugerente vídeo. (Pulsar aquí.)
La película suele publicitarse así:
"NO MIRES PARA ABAJO. Para aprender a hacer el amor como Dios manda."
¿Por qué no hacer una lectura de la sexualidad en clave trascendente?. Se retrasa la eyaculación para absorber la energía seminal y distribuírla por todo el organismo (algo así sugería Freud cuando admitía la sublimación como sana expresión de la energía sexual).
Como el tema es muy amplio y existe mucha aprovechada charlatanería, sugiero la lectura de un breve artículo sobre "Maithuna", el ritual tántrico, escrito por María Gabriela Santini. No pretende la autora repetir extrañas y complicadas conductas de una milenaria y alejada cultura, sino actualizar a nuestra circunstancia, a nuestras costumbres, la profunda experiencia de aquellos tiempos.Pulsar aquí.
