Aprendiendo a ser comunidad en tiempos de pandemia Alvaro Gastón, vicario rural: “las farmacias y panaderos son canales de comunicación pastoral”

Alvaro Gastón, vicario rural: “las farmacias y panaderos son canales de comunicación pastoral”
Alvaro Gastón, vicario rural: “las farmacias y panaderos son canales de comunicación pastoral” VLG

 “nuestro confinamiento es un confinamiento burgués para la mayoría de las personas, porque tenemos de todo”

En junio o julio habrá que ir pensando en poner en marcha campañas de ayudas a otros países afectados.

Se habla mucho de los efectos de la pandemia en las ciudades pero no tanto en los pueblos vamos a hacer un repaso de la situación de los pueblos en Álava, o más exactamente en Diócesis de Vitoria con Álvaro Gastón, sacerdote, natural de la localidad alavesa de  Agurain-Salvatierra, y uno de los vicarios de la zona rural de la Diócesis de Vitoria.

Vayamos primero a la situación de contagios y de presencia del virus en los pueblos, es alta, baja, ¿cómo son atendidas las personas que han dado síntomas?

A parte de las cifras oficiales que se van actualizando, lo que sí puedo decir es la sensación de que los casos van aumentando en las zonas rurales. He hablado hace poco con compañeros de otras zonas y recuerdo que me han dado cifras de 17 personas en Orduña,  más de 30 en Amurrio y en Llodio en torno a los 70.

El confinamiento afecta al día a día y, aunque algunas personas de los pueblos tienen la suerte de tener un huerto en su propiedad o un pequeño jardín que hace menos claustrofóbica la situación, sin embargo hay que mantener los servicios de alimentación y otros suministros. ¿Como os consta que se está llevando a cabo?

En general bastante bien. Hace poco comentábamos en un grupo cómo nuestro confinamiento es un confinamiento burgués para la mayoría de las personas, porque tenemos de todo: hay voluntarios que atienden a los necesitados, los suministros son más que suficientes, la atención es buena, se está haciendo llegar suministros del banco de alimentos a aquellas personas y familias que lo necesitan. Y no podemos obviar que en muchas casas rurales hay un arcón congelador repleto de carne y verduras, y el fruto de la matanza o de embotar que se sigue haciendo en nuestros pueblos. Lo que sí estamos percibiendo es cómo está afectando el confinamiento a la cuestión anímica. Desde los problemas de soledad que se han agudizado, o la tensión familiar fruto de la convivencia continuada, las personas con un perfil hipocondríaco, que lo pasan francamente mal. También hemos detectado casos de personas que no respetan las normas y se buscan sus trampas para saltarse el confinamiento. 

En lo pastoral la Diócesis de Vitoria está haciendo un gran esfuerzo a través de sus canales de comunicación, pero, no todo el mundo a veces tiene las herramientas, los sistemas y el conocimiento para hacer uso de esos recursos.¿Como es el nivel de acceso a internet por ejemplo en las zonas rurales? 

La zona de la llanada siempre ha sido privilegiada, pero es que la zona de la montaña también está bien equipada. Ten en cuenta que el cableado de fibra óptica en las zonas rurales en Álava se inició precisamente por las zonas más alejadas. Por lo tanto, en lo que respecta a las condiciones técnicas bien. 

Y con respecto a las personas mayores ¿estos recursos les llega en condiciones?

Bueno, una cosa es que las condiciones técnicas estén cubiertas, y otra que la gente se haya sumado al carro de la tecnología. Y no solo gente mayor, también gente joven que no tiene un ordenador en casa por expreso deseo o que no se apuntaron a clases de informática cuando se ofertaron. La información de la situación de las personas a nosotros nos llega a través los voluntarios que están haciendo repartos a domicilio, y de los panaderos y las farmacias, fundamentalmente. De hecho son también canales para la comunicación pastoral. 

Bajemos al trabajo de campo. Cómo os las arreglais los sacerdotes de los pueblos para acompañar a los fieles?

En las zonas rurales estamos trabajando desde varios niveles. Por un lado estamos los sacerdotes que nuestra capacidad de alcance es limitada. Otro segundo nivel más cercano es el equipo de pastoral, una fórmula que se irá extendiendo con el tiempo. Por ponerte un ejemplo. En mi zona el equipo pastoral lo componemos cuatro personas,. y el otro día acordamos entre los cuatro ir llamando por teléfono una a una a todas las personas de nuestra zona para hablar, saber como estan, rezar con ellas, atender sus necesidades concretas, haciendo comunidad. El consejo de pastoral parroquial es otro nivel en el que participan más personas. Hace poco hemos terminado una reunión por videoconferencia en el que estábamos conectadas 16 personas.  Este consejo agrupa una representación de los pueblos de la zona y nos permite tener información de todos ellos. En la reunión hemos vuelto a poner en valor algunos detalles que se han manifestado desde el primer minuto de la declaración del estado de alarma: la capacidad creativa de la gente, la empatía, la solidaridad, el uso del teléfono y el whatsapp como herramienta de comunicación para interesarse unos por otros y para animarse. Estamos ante una Iglesia viva, que se moviliza. Tengo la sensación que esta experiencia está sirviendo para reforzar la fe y ayudar a otros a reforzar la fe. Esta experiencia nos está redescubriendo cosas olvidadas o apartadas: que somos gente social, que nos encanta tener contacto, que tenemos familia, para bien y para mal, que somos capaces de ser solidarios, de vivir con menos, que somos frágiles, finitos, y desde ahí abrimos los ojos al otro, al Misterio y a Dios. Hoy no tenemos la excusa de falta de tiempo para pararnos a pensar, para estar a solas y para estar con otros. Y otro detalle que me parece importante es el de ser conscientes de la importancia de producir, de hacer, no somos capaces de estar todo el santo día sin hacer nada. Estoy viendo familias que están aprendiendo a ser familia, a madres y padres que se están “sacando el título” de magisterio y de catequistas en un curso acelerado. Estamos descubriendo cómo el miedo colectivo se comparte, y también aprendiendo a ser agradecidos con los que están dando la cara,  quizá el caso más sintomático el de los empleados de la limpieza, cómo les mirábamos antes y cómo les miramos y tratamos ahora. Antes pasaban casi desapercibidos, hoy su labor es importante. En lo pueblos, como en las ciudades, las ocho de la tarde es una hora marcada en la que la gente sale a aplaudir y dar a las cacerolas y a cantar. Es una válvula de escape para muchas personas. 

Cómo se plantea la Semana Santa en los pueblos este año.

Bueno yo te voy a contar lo que hemos trabajado en el arciprestazgo de la zona de Araya y Alegría-Dulantzi. Ya veníamos trabajando la Cuaresma, hicimos lo de las Voces del Sur en torno a la Jornada de las Misiones Diocesanas Vascas y la Semana Santa la teníamos ya programada centrada en el punto del Plan Diocesano de Evangelización que habla de hacer comunidad. Hemos decidido mantener el objetivo pero cambiamos la forma de hacerlo. Estamos profundizando en el sentido de ser comunidad. Así, en cada celebración, enmarcada claro en la situación extraordinaria que vivimos, celebraremos la Muerte y Resurrección del Señor que es nuestra fiesta por excelencia. La gente ya sabe que tiene la libertad absoluta de sumarse a cualquiera de las celebraciones que se ofrecen en la red, las de la Diócesis, las de Roma, ... Y para poder seguir las celebraciones hemos preparado unos cuadernillos que se harán llegar por whatssap  y por correo electrónico pero también se han hecho ejemplares en papel que estarán a disposición de la gente en las farmacias y que llevarán los panaderos que van por los pueblos. Con ese material, independientemente de que sigan las celebraciones por la radio, la televisión o internet, las podrán personalizar en casa con un material nuestro. Es decir en las hojas encontrarán textos, oraciones, poesías que podrán hacer desde casa sabiendo que son las que todos los de la zona estaremos haciendo ese día. Para este domingo también los panaderos y las panaderías tendrán unos cestos con pequeños ramos de olivo bendecidos para llevarse a las casas. Sabemos que a algunas personas ese sencillo gesto le sirve para sentirse en comunión.

Y si me permites quisiera añadir una mención a la presencia de comunidades religiosas en nuestra zona, son antenas especializadas en oración. Tenemos dos conventos de clarisas, uno en Agurain y otro en Dulantzi, las Mercedarias en Egino, los Benedictinos  de Estíbaliz y los Claretianos en Aguarin. Puedo decirte que tienen muy asumido, y especialmente los mayores, que hoy su trabajo es orar, mantener la esperanza.  

Álvaro fue también durante casi 5 años misionero en Ecuador, desde allí llegan noticias preocupantes, sé que aquella tierra la sigues llevando en el corazón y te mantienes informado. ¿Qué puedes decirnos sobre la veracidad de esas informaciones y cuál la reflexión que te sugiere todo lo que está pasando?

Lo que yo sé es que la epidemia se extiende y está llegando con fuerza al continente americano. Que los recursos públicos no son comparables, y los personales tampoco, la gente allí vive al día, no existe el concepto de ahorro. Si aquí los servicios sanitarios se han visto afectados de Guayaquil nos llegan imágenes de cadáveres abandonados en las aceras. Creo que nuestra gente, las de las comunidades cristianas, los pobres de la tierra van a ser muy golpeados. Y eso en un país con un cierto nivel de desarrollo, no quiero ni pensar lo que puede acabar sucediendo en lugares de África donde la situación es más precaria.  Tenemos que pensar ya en dejar a un lado nuestras dificultades para ir pensando en echar una mano en cuanto podamos hacerlo. Cáritas y Misiones Diocesanas aquí están trabajando ya en esa previsión de futuro y quizá en julio o julio haya que empezar a moverlo. 

Son muchas las voces que claman que esta sociedad viva un antes y un después, ¿cómo te gustaría que fuese ese después?

Tenemos que ser más humanos. Con más tecnología, más recursos, con otro tipo de velocidad, otro tipo de convivencia, … pero ante todo más humanos. Que significa ser más sociales. Hoy las divisiones han perdido sentido, qué más da hoy ser del Alavés o del Athleti, de un partido o de otro, … tenemos que remar todos a una. Que seamos capaces de mirar más allá y ver. Para algunos más allá está Dios, que nos abraza y nos ama, y a Quien descubrimos precisamente en lo más hondo de nuestra fragilidad. 

Non solum sed etiam.

Cuando transcribes una entrevista y la vas construyendo con lo que te han contado te conviertes también en lector de la misma. Permitidme hoy que mi non solum sea simplemente resaltar algunos de los muchos párrafos que me han llamado la atención.

“La información de la situación de las personas a nosotros nos llega a través los voluntarios que están haciendo repartos a domicilio, los panaderos y las farmacias fundamentalmente. De hecho son también canales para la comunicación pastoral.” 

“Tengo la sensación que esta experiencia está sirviendo para reforzar la fe y ayudar a otros a reforzar la fe. Esta experiencia nos está redescubriendo  cosas olvidadas o apartadas: que somos gente social, que nos encanta tener contacto, que tenemos familia, para bien y para mal, que somos capaces de ser solidarios, de vivir con menos, que somos frágiles, finitos, y desde ahí abrimos los ojos al otro, al Misterio y a Dios. Hoy no tenemos la excusa de falta de tiempo para pararnos a pensar, para estar a solas y para estar con otros. Y otro detalle que me parece importante es el de ser conscientes de la importancia de producir, de hacer, no somos capaces de estar todo el santo día sin hacer nada. Estoy viendo familias que están aprendiendo a ser familia, a madres y padres que se están “sacando el título” de magisterio y de catequistas en un curso acelerado. Estamos descubriendo cómo el miedo colectivo se comparte, y también aprendiendo a ser agradecidos con los que están dando la cara,  quizá el caso más sintomático el de los empleados de la limpieza, cómo les mirábamos antes y cómo les miramos y tratamos ahora. Antes pasaban casi desapercibidos, hoy su labor es importante.”

“quisiera añadir una mención a la presencia de comunidades religiosas en nuestra zona, son antenas especializadas en oración. Puedo decirte que tienen muy asumido, y especialmente los mayores, que hoy su trabajo es orar, mantener la esperanza.”  

“Tenemos que pensar ya en dejar a un lado nuestras dificultades para ir pensando en echar una mano en cuanto podamos hacerlo.”

“Hoy las divisiones han perdido sentido, qué más da hoy ser del Alavés o del Athleti, de un partido o de otro, … tenemos que remar todos a una. Que seamos capaces de mirar más allá y ver. Para algunos más allá está Dios, que nos abraza y nos ama, y a Quien descubrimos precisamente en lo más hondo de nuestra fragilidad.”

Video del Pregón de Semana Santa proclamado por el Vicario General Carlos García Llata

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