Sendilagun, un año de iglesia samaritana para las familias David de Cubas: “Hay que parar para reparar”

David de Cubas: “Hay que parar para reparar”
David de Cubas: “Hay que parar para reparar”

Sendilagun ha atendido a cerca de medio centenar de personas en este su primer año de trabajo

“no es solo una oferta de ayuda, es una apuesta por las familias”

un 33% de las familias tienen problemas serios con las tecnologías

El servicio de apoyo y acompañamiento a las personas y a las familias en conflictos familiares en la Diócesis de Vitoria, Sendilagun, cumple un año de existencia y lo ha celebrado con una conferencia del psicólogo valenciano David de Cubas. 

Según la responsable de este servicio, Laura García, Sendilagun ha atendido a cerca de medio centenar de personas en este su primer año de trabajo, de ellos quince han sido acompañamientos jurídicos. Se mostró muy satisfecha porque en el mundo judicial Sendilagun ya ha comenzado a ser reconocido como espacio de mediación. 

El acto fue abierto por el Vicario General, Carlos García Llata quien vió en la parábola de la semilla de mostaza una referencia para referirse al crecimiento de este servicio diocesano, que “no es solo una oferta de ayuda, es una apuesta por las familias” dijo. También señaló cómo “palpar el dolor ajeno nos humaniza y nos hace más agradecidos”.

El psicólogo, formador y escritor valenciano David de Cubas se presentó como alguien que a lo largo de su vida siempre ha ido aprendiendo de sus diversas experiencias. 

Comenzó su exposición haciendo una descripción de este “mundo maravilloso en el que vivimos” al que todos podemos encontrar un “pero”. Actitud que aconsejó cambiar por un “y además …es”. Ya de inicio dió importancia al lenguaje que usamos en la vida, ya que este muchas veces condiciona las actitudes frente a la misma. 

Tras un repaso a la realidad vertiginosa que hoy vivimos y de la que nos cuesta parar sentenció: “hay que parar para reparar”. (y este es uno de los servicios que presta Sendilagun a la sociedad y a las familias, aprender a parar con criterios para reparar).

Según de Cubas hay dos cosas importantes en la vida: respirar y decidir y ambas hay que aprender a hacerlas bien. 

Porque la gran pregunta en la vida es “cómo queremos vivirla”. Y plantea dos caminos: vivirla con amor, que genera a veces dolor pero acaba en placer; o vivirla con miedo que también produce dolor pero acaba en sufrimiento. 

Vivimos un gran momento para la humanidad, pero además, es una época en la que confluyen dos generaciones muy definidas, la generación analógica y la generación digital, dos generaciones con dos formas muy diferentes de pensar y analizar la misma realidad.

Por otro lado, en la sociedad actual vivimos un momento de libre acceso a la información y sin filtros, lo que pone en jaque un uso responsable de la tecnología. Los datos hablan por sí solos: un 33% de las familias tienen problemas serios con las tecnologías, 1 de cada 4 familias viven el uso de los dispositivos móviles como un problema familiar. El acceso a los móviles ya se sitúa a partir de los 10 años y el tiempo de exposición a las pantallas de los menores alcanza las cinco horas. 

De cubas prefiere apostar por una educación en el uso de la tecnología positiva que por una desconexión de la misma impuesta. Prohibir no es el camino de la solución a los problemas con la tecnología. 

Tras su charla respondió algunas preguntas del público y reconoció que los efectos de la pandemia en las familias ha sido devastador y que pervivirán aún durante algunos años. Ya se ha reconocido una nueva generación afectada por la pandemia, los nacidos entre los años 2004 a 2006. 

También dijo que la oración, el diálogo con uno mismo y con Dios son prácticas positivas. 

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Non solum sed etiam

Sendilagun es una apuesta por la Iglesia samaritana y, como se reconoció también en el acto, es un servicio de primer anuncio. Si bien ni es preciso ni oportuno en algunos casos acoger a las personas que acuden a Sendilagun con la biblia sobre la mesa, lo cierto es que en el proceso el componente espiritual puede surgir y puede ser atendido desde la óptica cristiana. Ahí puede darse un servicio de primer anuncio en muchas ocasiones. 

La charla fue amena, con una duración correcta y sobre todo muy propositiva, muy alentadora y cargada de esperanza. 

La paternidad y la vida en familia tiene mucho del sistema prueba-error, y lo que funciona con un miembro de la familia no funciona con otro. Por eso es importante no bajar la guardia y tener el horizonte definido. La meta de qué tipo de familia se quiere ser para intentar llegar a serlo. Pero no podemos abstraernos de la influencia social y tecnológica, en todos, no solo en los hijos, también en los padres. 

Un sacerdote comentaba a la salida la importancia que hoy tiene el papel de la Iglesia como agente sanador. La sanación de las heridas que deja la vida es el gran campo de la Iglesia para este siglo XXI. Y Sendilagun es una propuesta en esta línea. 

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