“Celebremos el nacimiento de Jesús  salvando vidas”, mensaje del obispo de Vitoria Juan Carlos Elizalde: "Yo me vacunaré en cuanto me toque, inmediatamente"

Elizalde: “Celebremos el nacimiento de Jesús  salvando vidas”
Elizalde: “Celebremos el nacimiento de Jesús  salvando vidas” Diócesis Vitoria

Vivir estas fiestas en casa “siendo responsables, primando la salud de los más mayores y  personas de riesgo, posponiendo las reuniones familiares y teniendo gestos  de cercanía hacia los más vulnerables este año en la distancia” 

“Dejar atrás aquello que siempre fue secundario y centrarnos en lo  verdaderamente importante, como es la salud de nuestros mayores, la  educación de nuestros hijos, los trabajadores esenciales, las reconciliaciones  personales y la solidaridad mutua”.  

“Coloquemos estos días en la  mesa al Niño Jesús para tener presente que Dios se hizo uno de nosotros  para compartir y acompañar nuestras vidas”.

Para el 2021 "Me voy a contentar con tres regalos: 1º un Pacto Mundial para una Migración segura, ordenada y regular, 2º un futuro lo más corto posible para las últimas leyes de Educación y Eutanasia en España y 3º un aumento en los jóvenes de las vocaciones sacerdotales, consagradas y de familia, para la renovación de las comunidades"

IMG_20201219_140706

Ya lo dijo el Obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, al comienzo del pasado retiro previo a la Navidad, “Tenemos la costumbre de edulcorar la Navidad con preciosos belenes, pero la realidad que vivieron Jesús, María y José fue de dolor y dificultades”. Por eso este año podemos acercarnos más a la auténtica Navidad. El dolor y las dificultades provocadas este año por la pandemia están muy presentes en su felicitación, aunque su mensaje comienza con una llamada a la esperanza y la alegría, tan necesarias en estos días.

El Obispo ha comenzado su mensaje felicitando estas fiestas a todos los ciudadanos.  “Más que nunca necesitamos felicitarnos ante un ánimo social que parece quebrarse;  tener gestos de ánimo, esperanza y alegría; la certeza de que Dios nace. Todo esto es la  Navidad” ha dicho. "Dios quiere hacerse humano en la vulnerabilidad de un niño para  estar con nosotros, para ser uno de nosotros, para acompañarnos en nuestro camino y  para compartir con nosotros nuestra vida”. Monseñor Elizalde, parafraseando a Ortega y  Gasset, ha subrayado que somos importantes para Dios ya que si “Dios se hizo hombre,  ser hombre y mujer es ser lo más grande que se puede ser”. Por ello, ha animado a “colaborar con Él para superar, como Él, todas las dificultades”. “Jesús viene para dar  esperanza, para estar a nuestro lado, para que sepamos que no estamos solos en este  peregrinaje terrenal. El Señor es uno de los nuestros y desde aquella Navidad comparte  para siempre nuestra suerte”. 

En su mensaje no ha faltado la felicitación a sanitarios, comerciantes, trabajadores de todos los  servicios, instituciones públicas y organismos sociales, como Cáritas y Berakah entre  otros, “por hacer posible la Navidad” y ha recordado la labor de nuestra Iglesia, y las  decenas de acciones desde antes incluso del inicio de la pandemia para frenar contagios  y ayudar a la población. “Hemos puesto todo nuestros bienes materiales y humanos al  servicio del bien común, con decisiones dolorosas pero necesarias, seguros de que,  como parte del tejido social alavés y motivados por la convicción cristiana de ayudar al  prójimo, nuestro papel debía y debe estar siempre encaminada a la fraternidad humana”. 

En este punto ha agradecido a todos esos “sacerdotes, religiosas, organismos y  delegaciones diocesanas, y a las muchísimos voluntarios y personas ligadas a diversas  parroquias y movimientos católicos” por su colaboración “desde el minuto cero” en este  sentido. También ha destacado la labor de Cáritas y ha alertado que el número de  familias atendidas se ha multiplicado por dos. “Ante los necesitados y la amenaza de su  aislamiento social, no podemos mirar hacia otro lado” y ha animado a colaborar  económicamente con esta entidad eclesial para llegar al máximo número de personas posibles.  “Recordemos que Jesús nació entre los pobres”, ha dicho animando a que en estos días  “coloquemos en el centro de la mesa al Niño Jesús para tener presente que Dios se hizo  uno de nosotros para compartir y acompañar nuestras vidas, especialmente la de  aquellos que sufren”. 

El Obispo ha tenido palabras de recuerdo para los fallecidos durante la pandemia.  Rememorando sus palabras en la homilía de la misa en su memoria el 25 de julio en la  Catedral de María Inmaculada, ha asegurado que “reza por todas ellas y por sus familias  y amigos” y ha querido trasladar también en Navidad el mensaje central de la Iglesia  donde “la Resurrección de Jesús abre la puerta a la esperanza y a la vida que no acaba”. 

De cara a los próximos días, D. Juan Carlos Elizalde ha pedido que actuemos de manera  responsable. “Debemos salvar vidas, y ello pasa por intentar evitar el trasiego de  familiares y la movilidad que ello supone” subrayando que “salvo que sea imprescindible,  lo mejor es estar en casa el máximo tiempo posible y evitar las grandes reuniones”. En  este punto, ha insistido en “estar cerca pese a la distancia” a través de “gestos y  tecnologías que nos pongan en comunicación constante con nuestros mayores y  enfermos”. Con vistas a frenar una tercera ola de contagios, el Obispo de Vitoria ha sido  rotundo. “Sigamos con los ojos abiertos y no nos relajemos en las precauciones, seamos  responsables individual y colectivamente. Celebremos el nacimiento de Jesús salvando  vidas y no dejemos a nadie excluido”. Elizalde ha recordado que Roma ha autorizado a que en  las celebraciones de Navidad, Año Nuevo y Reyes Magos se puedan multiplicar por  cuatro en las parroquias para evitar aglomeraciones pues “también necesitamos la  oración, en encuentro comunitario y la eucaristía siempre con las medidas de seguridad  sanitarias”, asegurando que en los templos se respetan rigurosamente  convirtiéndose en zonas seguras donde no se ha registrado ningún foco. 

Estos meses nos han demostrado la fragilidad humana. Es tiempo de dejar atrás aquello  que siempre fue secundario y que nos dividía y centrarnos en lo verdaderamente  importante, como es la dignidad de la persona humana y su vida” aludiendo a “la salud  de nuestros mayores, la educación de nuestros hijos, los trabajadores esenciales, las  reconciliaciones personales y familiares y la solidaridad mutua así como los problemas sociales que a todos nos incumben”. Recordando las palabras del Papa acerca de esta  amenaza mundial, ha pedido que “seamos conscientes de que todos estamos en la  misma barca y que nadie se salva solo”. 

Además, como Obispo responsable del área de Migraciones y Refugiados de la  Conferencia Episcopal Española, ha querido tener presente en su felicitación navideña la  situación por la que pasan miles de personas que llegan a nuestras costas. “Son  personas con una historia marcada por la inseguridad, violencia, hambre y muerte y ante  esto, los cristianos y la sociedad en general, no podemos mirar a otro lado, sino llenarnos  de empatía”. Monseñor Elizalde ha pedido al Gobierno de España, y al resto de gobiernos  europeos, “trabajar sin más demora hacia un gran pacto mundial para una migración  segura, ordenada y regular” y ha apelado a los ciudadanos a “no callarse ante las  situaciones de vulnerabilidad que sufren los migrantes, ni a normalizar lo que les sucede”. 

Elizalde Navidad 00

Juan Carlos Elizalde ha tenido en su mensaje palabras de ánimo para los más  mayores. “Sois un tesoro para la Iglesia, para las familias y para toda la sociedad. Nos  habéis transmitido la fe y habéis dejado un legado de trabajo, sacrificio, superación y  ahora, ante una amenaza sanitaria que os afecta de cerca, tened por seguro que vuestros  hijos y nietos actuaremos responsablemente, porque cuidaros supone un debido acto de  amor hacia vosotros”. También a los más jóvenes y pequeños, les ha agradecido que  esta Navidad “llamen más a sus abuelos, amigos y familiares para sembrarlos de alegría  desde la distancia”. A estos primeros les ha animado a madurar la fe y les ha alentado a  “romper con esa costumbre de no acudir a la misa dominical o a los sacramentos para  dar un paso y sentirse arropados por el Señor y por la comunidad cristiana”. “También la  Navidad es para ellos y para que la vivan con fe como ocurre en otras latitudes del  globo”.  

Para finalizar su felicitación, el Obispo de Vitoria ha animado a “recibir el 2021 cargados  de esperanza y optimismo” porque “para Dios nada hay imposible”, tal y como le anuncia  el ángel a María. “Dios siempre da señales y se encarga de demostrarnos que para Él no  hay nada que no se pueda hacer a través de nosotros, si estamos dispuestos y  trabajamos por el bien común”. Ha terminado su mensaje bendiciendo a todas las  personas que viven en la Diócesis de Vitoria, que comprende el Territorio de Álava, el enclave de Treviño y la ciudad de Orduña, y deseando un  “feliz 2021 esperanzados en las buenas noticias sin olvidarnos de nadie”. 

Además Monseñor Elizalde ha respondido a algunas preguntas que le he planteado. 

¿También esta va  a ser una Navidad diferente para el obispo de Vitoria? ¿Qué va a verse alterado respecto de años anteriores?

Menos encuentros y numéricamente con menos gente en las celebraciones familiares, sociales, parroquiales y diocesanas. Pero por eso, serán encuentros más valorados, cuidados y profundos.

¿Cree que la imposibilidad de hacer grandes fiestas y encuentros hará que estas Navidades sean más austeras?

Yo creo que sí. Lo que sería deseable es que los beneficiarios de nuestra austeridad, personal e institucional, fueran las personas más vulnerables y no nuestras cuentas corrientes.

¿Cuál sería el plan más cristianamente navideño para monseñor Elizalde, permítase soñar? 

Pues como en el caso de San Francisco de Asís, la gente de buena voluntad de nuestra tierra caminando, como en el primer belén viviente, hacia la Gruta de Greccio. Y traduciendo la imagen hoy: nuestra sociedad poniendo los ojos en lo fundamental, en los pobres, en la fraternidad y en la paz. Y la comunidad cristiana, encontrando su capacidad de transformación en los misterios que celebramos litúrgicamente en los sacramentos. 

La gestión de la pandemia no está siendo fácil, y hay, entre el sector creyente de la población, un sentimiento dividido entre el cumplimiento de las normas de prevención sanitaria y la restricción impuesta para el culto en algunos momentos. ¿Cómo estamos llevando ese equilibrio en la Diócesis?

Sin problema porque desgraciadamente el 35 % del aforo en nuestros templos, salvo en celebraciones excepcionales, es lo habitual. La Congregación vaticana para el Culto Divino, ha concedido un permiso excepcional para todos los sacerdotes del mundo, de manera que uno pueda celebrar hasta 4 eucaristías el día de Navidad, Año Nuevo y Reyes. No creo que en nuestra Diócesis tengamos que recurrir mucho a este Decreto.

En breve se empezará a distribuir la vacuna contra el COVID-19 entre la población. ¿Ha pensado en vacunarse de los primeros para dar ejemplo o de los últimos para que sean otros los primeros en beneficiarse? 

En mi familia hay toda clase de opiniones sobre este tema. A mi madre, que vive conmigo y sus muchos años, le llueven presiones muy diferentes sin salir de casa. Yo me vacunaré en cuanto me toque, inmediatamente. 

La pandemia ha traído hábitos y ha hecho desaparecer otros, respecto a la cuestión religiosa ¿qué cree que puede quedar o desaparecer? Por ejemplo el gesto de la paz, algunos sacerdotes mantienen el momento en la liturgia invitando a un gesto desde la distancia, pero otros directamente se saltan ese momento. La comunión en la mano o sin moverse del banco, la colecta al final de la misa o con bolsas con pértiga para mantener las distancias, el hidroalcohol en lugar del agua bendita, ...

Yo creo que siempre permanecerá lo esencial aunque se pueda expresar de muchas maneras: la paz, la comunión fraterna, la alabanza, la recepción del Cuerpo de Cristo, el arrepentimiento y la ayuda material a pobres y a la comunidad. La liturgia marca perfectamente los gestos esenciales vinculantes y los acentos accidentales dependen del ministro ordenado y de la comunidad concreta. Roma acaba de llamar la atención, por ejemplo, del uso inadecuado de hojas y folletos en lugar de los libros litúrgicos. Debemos aprovechar este momento para celebrar mejor, más dignamente. La gente tiene derecho.

Los últimos nombramientos de obispos han afectado también a las diócesis vascas, el traslado de monseñor Iceta a Burgos, por ejemplo, tampoco lo desliga del todo al ser cabecera territorial para Bilbao y Vitoria. En todo caso ¿se esperan cambios de algún tipo que puedan afectar al funcionamiento interdiocesano de las diócesis vascas? 

Cada persona tiene derecho a interpretar los nombramientos y los hechos objetivos desde su imaginación y desde sus presupuestos teológicos, políticos e ideológicos. D. Mario será la misma bendición en Burgos que en Bilbao. Eso sí, ríos de tinta para los ociosos, porque estos cambios en el escenario eclesial les sacan del aburrimiento pastoral en que suelen vivir habitualmente. En el nuevo año, las  reuniones Interdiocesanas con Pamplona y Burgos se reanudarán respectivamente, y con renovado entusiasmo, precisamente, por los retos que suponen los cambios. 

Y para terminar, no sabemos si ya ha escrito la carta a los RRMM, pero, ¿Qué le pide Juan Carlos Elizalde al 2021?

Me voy a contentar con tres regalos: 1º un Pacto Mundial para una Migración segura, ordenada y regular, 2º un futuro lo más corto posible para las últimas leyes de Educación y Eutanasia en España y 3º un aumento en los jóvenes de las vocaciones sacerdotales, consagradas y de familia, para la renovación de las comunidades.

Non solum sed etiam 

Felipe segundo nuevos anuncios 00

Lo he podido comprobar en varias ocasiones, hay momentos del año en los que Elizalde tiene muy claro dónde quiere poner el acento en sus palabras, y sea cual sea el acto, religioso o social al que acuda, ahí  lanza las tres o cuatro frases que resumen su mensaje en esos días, saca las mismas citas, las mismas anécdotas. Es un expreso deseo para que por activa, pasiva y perifrástica quede claro qué quiere decir en esos días a sus fieles. Con ello consigue varios efectos: si los medios se hacen eco de sus actos encontrarán el mismo mensaje en todos, con pinceladas que enmarquen el mismo mensaje en otro ambiente diferente; por otro lado, otro logro es que quien no le haya escuchado una vez, tendrá una docena de oportunidades para oírlo; Otro efecto es que la repetición del mensaje hace que en algunos se quede; y un último logro es que se podría, revisando sus homilías desde su nombramiento como obispo de Vitoria, ir encontrando ya el legado espiritual que Elizalde quisiera dejar en Vitoria. Píldoras como la de su lema "Tú eres el hijo o la hija muy amada de Dios"; "La obra buena que Dios ha comenzado en cada uno de vosotros que Él la lleve a término";  y estas Navidades quizá todo su afán es dejar claro que  lo importante es que "Celebremos el nacimiento de Jesús salvando  vidas, y no dejemos a nadie excluido”. 

Publi finca san martin 00

Patata de Álava anuncio

Etiquetas

Volver arriba