Cierra un acuerdo con Gobierno Vasco, Diputación Foral de Álava y Ayuntamiento de Vitoria Elizalde acepta acoger el memorial del 3 de marzo en la iglesia de San Francisco de Asís

Firma del convenio para constituir el memorial de las víctimas del 3 de marzo
Firma del convenio para constituir el memorial de las víctimas del 3 de marzo Obispado de Vitoria

Las cuatro instituciones promoverán la creación de una fundación que gestione el lugar  

La Diócesis cederá la Iglesia de San Francisco de Asís  donde ocurrieron los hechos el 3 de marzo de 1976

"Hace cuatro décadas, cuando aún no  había democracia, en plena Transición española, las parroquias albergaron  muchas reuniones donde muchos sacerdotes abrieron los templos para las  asambleas de obreros. A todos ellos queremos hacerles presentes también aquí"

La Iglesia de San Francisco de Asís, sita en el barrio de Zaramaga de Vitoria Gasteiz, acogerá el Centro Memorial de las Víctimas del 3 de marzo. Así lo han  acordado esta mañana Juan Carlos Elizalde, obispo de la Diócesis de Vitoria;  Gorka Urtaran, alcalde de la capital vasca; Ramiro González, diputado general  de Álava; y Beatriz Artolazabal, consejera de Igualdad del Gobierno Vasco.  

Las cuatro instituciones han suscrito hoy, en la propia Iglesia de Zaramaga, un  protocolo de intenciones para hacerlo posible. En ese documento, las partes  han acordado igualmente la creación de una fundación, o fórmula análoga, que  promueva y gestione el centro memorial, así como que la Diócesis de la capital  alavesa cederá el uso de la Iglesia a la fundación resultante para avanzar en la  creación de ese Centro Memorial de las Víctimas del 3 de marzo.  

Dada la importante carga emocional vinculada a los hechos acontecidos en la  Iglesia de San Francisco de Asís y su entorno próximo el 3 de marzo de 1976,  se concibe “éste como el lugar idóneo para la ubicación del memorial”, según  se recoge en el documento. Además, se da la circunstancia de que el templo  no acoge oficios religiosos desde el año 2014.  

Una deuda pendiente

Las cuatro instituciones han coincidido en señalar el día de hoy como “histórico”. “Hoy  comenzamos a saldar de manera definitiva una deuda pendiente con los  sucesos del 3 de marzo, y con sus víctimas”, ha indicado al respecto Beatriz  Artolazabal, consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno  Vasco y vecina del barrio de Zaramaga cuando ocurrieron los hechos.  “Apostamos por un proyecto desde el liderazgo institucional y la colaboración  social, con participación de entidades memorialistas, familiares de las víctimas  y sindicatos obreros en los que militaban las víctimas del 3 de marzo. Venimos  trabajando en esa dirección con reuniones y contactos en los últimos meses”.  

 “Un 3 de marzo de 1976 esta iglesia fue escenario de unos trágicos y  luctuosos sucesos. Hoy ponemos la primera piedra para que a partir de ahora  sea lugar de memoria y faro para la convivencia”, ha destacado. Para  Artolazabal, “el derecho a la memoria, a la verdad y al reconocimiento no  prescriben” y es necesario tener presente una “memoria para la verdad, una  memoria para el futuro, una memoria para la convivencia”. En ese sentido, la  consejera ha indicado que “el Estado es responsable de la utilización  indiscriminada e ilegítima de la violencia por parte de la Policía Armada aquel 3  de marzo en Vitoria-Gasteiz”, y que “el Estado español, además de reconocer  el daño causado, ha de ser firme en su autocrítica y en su reconocimiento: fue  injusto, radicalmente injusto”.  

En la misma línea se ha expresado el diputado general de Álava, Ramiro  González, quien ha subrayado que “todas las víctimas de la violencia tienen  derecho a verdad, reparación y justicia”. Asimismo, ha advertido de que “en  este caso se ha tardado demasiado. Han tenido que pasar 45 años para que  este Centro sea posible. Han sido muchos años, de recuerdo y reivindicación  por parte de la sociedad alavesa”.  

Asimismo, ha recordado que “durante todos estos años las víctimas se han  sentido muchas veces huérfanas de reconocimiento y apoyo institucional”.  “Hubo que esperar hasta 2008 para que se produjera el reconocimiento  institucional”, ha añadido en referencia a la entrega de la Medalla de Álava a las víctimas del 3 de marzo por parte de la Diputación Foral de Álava, en el  primer reconocimiento institucional a este colectivo.

Por su parte, el alcalde de Vitoria-Gasteiz, Gorka Urtaran, ha recordado cómo  la palabra justicia ha sido el estandarte que durante todos estos años ha  esgrimido la sociedad vitoriana. “Hace ya 45 años, tras la masacre, alguien  realizó una icónica pintada con sangre en el pavimento cercano a esta iglesia,  en la que reclamaba justicia por el asesinato de estos cinco trabajadores”.  

Elizalde cierra un acuerdo con Gobierno Vasco, Diputación Foral de Álava y Ayuntamiento de Vitoria para acoger el memorial del 3 de marzo en la iglesia de San Francisco de Asís
Elizalde cierra un acuerdo con Gobierno Vasco, Diputación Foral de Álava y Ayuntamiento de Vitoria para acoger el memorial del 3 de marzo en la iglesia de San Francisco de Asís DV

A juicio del alcalde, para que haya justicia y reparación “es fundamental que  exista memoria. Hoy damos un paso importante para que los cinco  trabajadores asesinados en Vitoria-Gasteiz en 1976, que todavía no han  recibido el merecido reconocimiento, por fin sean reconocidos como víctimas  de abusos policiales, equiparables a víctimas del terrorismo. Ubicar el Centro  Memorial de las Víctimas del 3 de Marzo en la propia iglesia en la que  ocurrieron los hechos es trabajar de forma decidida por la reparación y la  memoria y en esa tarea continuaremos desde el Ayuntamiento”.  

"Es voluntad de todos rendir homenaje a estas cinco personas"

Monseñor Juan Carlos Elizalde ha finalizado el turno de intervenciones  agradeciendo esta iniciativa conjunta del Gobierno Vasco, la Diputación Foral y  del Ayuntamiento, instituciones que también han invitado a la Diócesis de  Vitoria a participar en este proyecto. “El Obispado asume con agrado esta  invitación, pues es voluntad de todos, rendir homenaje a estas cinco personas  que aquí y en el entorno de este lugar, perdieron su vida en un momento crítico  y decisivo de nuestra historia reciente, para que no vuelvan a repetirse hechos  como éstos”. El obispo ha recordado que “hace cuatro décadas, cuando aún no  había democracia, en plena Transición española, las parroquias albergaron  muchas reuniones donde muchos sacerdotes abrieron los templos para las  asambleas de obreros. A todos ellos queremos hacerles presentes también  aquí”. El prelado ha querido resaltar además que “esta Iglesia de Zaramaga  guardará la memoria de una comunidad cristiana que dio vida a este templo y  que sigue viva en el barrio, en las parroquias del Buen Pastor y de Nuestra  Señora de Belén, como heredera de la fe de aquellas familias de obreros que  cada domingo celebraban la eucaristía y se formaban en el compromiso  cristiano, en este templo”. Por lo tanto, “la Iglesia alavesa cree que también  debe colaborar, con las demás instituciones, ayudando a escribir este momento  de nuestra historia colectiva, como parte de esta sociedad a la que quiere  seguir sirviendo”.  

“La fecha del 3 de marzo de 1976 está marcada en la memoria de Vitoria y de  los vitorianos”. Por ello, ha dicho Monseñor Elizalde, "la Iglesia quiere tener  presentes a todas estas personas que trabajaron para que hoy disfrutemos de  un sistema de libertades y derechos, propios de una sociedad democrática.  Con la participación en este memorial, la Iglesia quiere contribuir a que todos  “seamos capaces de reaccionar con un nuevo sueño de fraternidad y de amistad social que no se quede en las palabras, tal y como dice Francisco en  su encíclica Fratelli tutti. Éste es el objetivo que ha de guiar el memorial de las  víctimas de los tristes sucesos del 3 de marzo, en el que la Iglesia contribuirá a  una lectura serena y abierta de los mismos, sin exclusiones ni divisiones  ideológicas”.

Non solum sed etiam

Sin duda este es un “día histórico”, sobre todo porque estamos ante la posibilidad de dar los pasos acertados para que la Iglesia de San Francisco vuelva a ser un espacio para el barrio de Zaramaga y para la ciudad de Vitoria-Gasteiz, donde se haga justicia a la memoria de una parroquia que pasó desgraciadamente a la historia por unos hechos violentos que nunca tendrían que haber sucedido. 

He reproducido el texto de la nota de prensa porque, como decía mi directora de teatro de la Pasión: “lo importante no es querer decir las palabras sino lo que las palabras quieren decir”.

Me explico.

La iglesia de San Francisco “acogerá” el Centro de la Memoria del 3 de Marzo. Acogerá, no “se convertirá” ni “pasará a llamarse”.  ¿Que quiero puntualizar aquí? Que la Iglesia de San Francisco de Asís seguirá siendo “iglesia”. Este es el primer punto que la fundación, o “fórmula análoga” habrá de dejar claro. 

Creo que el término “acogerá” recoge perfectamente lo que siempre he defendido: Que el 3 de marzo es parte de la historia de San Francisco, pero no toda su historia, que los hechos del 3 de marzo y su memoria no pueden ni deben fagotizar la realidad de una comunidad cristiana que sostuvo la parroquia y le dió vida.

Sin duda que la carga emocional de los hechos del 3 de marzo justifica sobradamente que San Francisco de Asís acoja el Centro de la Memoria; de igual manera que la carga emocional de las cientos de historias de la feligresía de San Francisco de Asís deberían estar presentes también en la nueva fórmula que se piense dar al uso de este edificio de la iglesia. 

Como bien dice Beatriz  Artolazabal, consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales del Gobierno  Vasco, el centro de la memoria se ha venido trabajando “con participación de entidades memorialistas, familiares de las víctimas  y sindicatos obreros en los que militaban las víctimas del 3 de marzo”. Ahora, el órgano gestor que se cree tendría que incluir a la feligresía de Zaramaga. Cierto que la memoria de la comunidad cristiana parroquial no es asunto que tengan que defender las instituciones, que también pueden hacerlo sin menoscabo del respeto a la aconfesionalidad, pero para eso está el obispado, garante de la comunidad cristiana. 

Otra frase de Artolazabal que ha llamado mi atención “Hoy ponemos la primera piedra para que a partir de ahora  sea lugar de memoria y faro para la convivencia”; Si ha sido algo más que una expresión, estaría bien saber qué actuaciones se contemplan llevar a cabo y si la familia de los autores de este icono de la arquitectura religiosa de mediados del siglo XX han optado por renunciar a lo que la ley les concede y permitir que la nueva feligresía no padezca los rigores que los feligreses de antaño sufrimos.

Y por último. El nuevo organismo creo que debería contar con la voz y el voto también de expertos historiadores que ayuden a dar forma a todos los relatos, a ponerlos en su respectivo contexto histórico y que ninguna voz se quede sin estar representada, las voces del barrio, de la parroquia, de la Iglesia, de la sociedad, de los mayores y de los jóvenes, que en algunos momentos han recibido versiones distorsionadas de lo que realmente sucedió aquel 3 de marzo que hoy puede empezar a encontrar su sitio justo en la iglesia de San Francisco.

Es importante señalar que la cesión que hoy se firma no es permanente, es una cesión temporal, lo que permitirá revisar y dentro de unos años, si las cosas se han hecho bien, darle continuidad.  El obispado garantiza la importante presencia de la iglesia en el organismo gestor de San Francisco.

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