Juan Carlos Elizalde, Obispo de  Vitoria, en calidad de responsable de la Iglesia en España del  Departamento de Trata de Personas, ha presentado ‘El viaje de mi vida’, un trabajo elaborado por  personas de organizaciones eclesiales que atienen directamente a víctimas de la trata y  que está basado en experiencias reales de mujeres y niñas que han sufrido este  mercadeo con su cuerpo y su vida.  

En este acto han intervenido también la directora del Departamento, Marifran Sánchez Vara; Pilar  Ladrón, doctora en Derecho Procesal de la Universidad de Alcalá de Henares; Ana  Almarza, religiosa adoratriz y directora del proyecto Esperanza-Adoratrices que trabaja  con mujeres víctimas de este mercado humano; y Magdalena Lara del Río,  coordinadora de la Trata de Personas en la Diócesis de Jaén. 

Este proyecto, que va fundamentalmente dirigido a alumnos de 3º y 4º de la ESO y de  Bachiller, presenta cuatro historias reales de mujeres víctimas de la trata, donde además  de conocer esas situaciones, se invita a realizar actividades en grupo para profundizar  en el tema de la trata de seres humanos desde estos testimonios reales. El objetivo es  visibilizar y concienciar, especialmente a los más jóvenes, sobre esta esclavitud del siglo  XXI y lo que supone esta realidad en España, primer país europeo que demanda  servicios de prostitución. Dar a conocer este trabajo va en la linea de buscar un cambio  social desde edades tempranas que frene la explotación de mujeres, víctimas en su  mayoría de la trata de personas. El Obispo de Vitoria, por el Día Europeo de la Trata que  se celebró recientemente denunció que “en esta Europa ejemplar de 2021 hay más esclavitud,  sobre todo femenina, que en cualquier otro momento del pasado y en cualquier  continente”. En ese sentido, destacó el papel de la Iglesia “desenmascarando esta  esclavitud al advertir y señalar al cliente, principal responsable de esta situación” que va  contra la dignidad de la mujer.

Juan Carlos Elizalde apeló a la sociedad a “proteger a las mujeres que se ven forzadas  al ejercicio de la prostitución” y a “reforzar la vía punitiva para las redes de extorsión,  explorar salidas laborales y formativas para las víctimas, aumentar la labor de  prevención, sensibilización y formación afectiva para los jóvenes como será este trabajo  didáctico de ‘El viaje de mi vida’ y destinar partidas económicas públicas para todo ello”.

Durante la presentación Elizalde centró su discurso en la pornografía, como "antesala de la prostitución". "La pornografía sostiene la prostitución. Resulta imperioso un movimiento feminista que luche contra la trata y la prostitución."

Los objetivos del material presentado parten de un "conocer" la realidad, para "reflexionar" en oración sobre la misma y llegar a un "compromiso", explicó Pilar Ladrón.

El valor de este material está en el testimonio vivo y real de las mujeres que han colaborado, "todo lo que nos vamos a encontrar es verdad", apuntó Ana Almarza. 

El cuadro que sirve de portada es el punto de partida de toda la unidad didáctica que está disponible en la web de la comisión contra la Trata de la Conferencia Episcopal.

Non solum sed etiam 

Todo lo que hagamos por educar en el respeto al otro, todo será poco. Pero sigo sin entender, bueno, más o menos, si alcanzo a entender que el dinero marca la diferencia. Pero sigo sin entender que Teniendo unas instituciones que arreglan todo a golpe de prohibiciones, limitamos el uso del tabaco, de la bici, de jugar a la pelota, de pisar el césped, de trabajar con animales, de sacudir la alfombra, y de regar fuera de tiesto, no se prohiba ni la pornografía ni la prostitución, se persiga con la misma efectividad que cazan los radares en carretera, o los vigilantes de la OTA cuando te has pasado diez minutos de la hora. Da la impresión de que se recauda más en este caso permitiendo que sancionando. Si la policía se queja de falta de recursos para ser más efectivos, si la burocracia pone trabas a la regularización de la ciudadanía de estas mujeres, si las redes campan a sus anchas por tierra, mar y aire, … 

Confiemos que iniciativas como esta acaben educando a unas nuevas generaciones que sean capaces de dar el paso que sus padres y abuelos no dieron, o dimos, para ser más justos.