El Ministerio del Tiempo y la impronta de lo religioso en la Historia de España. Javier Olivares: “Para mí lo religioso en estado puro es Cáritas”

Javier Olivares: “Para mí lo religioso en estado puro es Cáritas”
Javier Olivares: “Para mí lo religioso en estado puro es Cáritas”

“no puedes tratar igual a Torquemada que a Fray Hernando de Talavera o Bartolomé de las Casas”

“si una ideología o una religión se basa en la negación del diferente, mal asunto” 

 “Me gustaría más creer en un Dios que perdona y protege a sus hijos y que no es feliz cuando matan en su nombre” 

iolivares

Resultaría difícil, por no decir imposible, contar la historia de España prescindiendo de la Iglesia, la religión, las religiones más exactamente. Esto lo tienen claro los creadores y guionistas de la serie “El Ministerio del Tiempo”. 

Pero, lo que llama la atención en la serie es el cómo se aborda la impronta de lo religioso en nuestra historia y cómo se presentan los personajes desde su condición de creyentes o ateos según el caso. 

Sin duda que una de las personas más indicadas para poder conversar sobre el tratamiento que de este tema se hace en la serie es Javier Olivares, uno de sus creadores.

Aunque yo he dado una opinión en la cabecera del artículo, permítame preguntarle ¿Se podría escribir la historia de España evitando mentar a la Iglesia? 

Evidentemente, no. En España lo religioso tiene un papel importante y formamos parte de una cultura judeocristiana evidente. Eso por no hablar de la influencia musulmana, que ocupa una parte importante de nuestra Historia. Vivieron siglos en la península. Luego está, evidentemente, la influencia de la Iglesia como poder. España (antes de llamarse así) fue una mezcla de los tres cultos y las tres culturas. Y la expulsión de judíos y musulmanes, y luego la de los moriscos, fue uno de los episodios que (en mi opinión) más han marcado este país. Y creo que en lo negativo. 

En lo legal España es un Estado aconfesional, y en lo social, ¿cómo podríamos calificar a la sociedad española?, … una sociedad que sigue poniendo belenes en Navidad, procesionando en Semana Santa (salvo pandemias aunque sacaremos las andas en septiembre o en noviembre), que sigue celebrando fiestas patronales, que a sus barcos les pone nombres de advocaciones marianas, … que hoy convive con ateos, católicos, protestantes, ortodoxos, musulmanes, algún judío…

Creo que no hay que mezclar todo. Por una parte, opino que hay que tener un respeto hacia ese concepto de aconfesional. Francia, que es un país muy católico, en eso es exquisito. En su enseñanza pública (ésa es la experiencia que me han contado amigos que han sido profesores allí) no ves un crucifijo en ningún aula. Ese respeto tiene que ser tan grande como el que hay que tener con los creyentes. Y creo que no se da, aparte de que los fenómenos sociales de los que me hablas (belenes, etc…) son para mí algo distinto a lo religioso. Para mí lo religioso en estado puro es Cáritas y no utilizar ideológicamente medios de comunicación. Y la Semana Santa, mezclando lo público con lo religioso, no me agrada… encantándome la cultura popular que supone la Semana Santa… Lo siento, pero soy tan profundamente laico que no me gusta cuando se mezclan determinadas cosas. Igual que defiendo esa cultura popular y el derecho de cualquiera a creer en lo que quiera.

Sinceramente creo que, en un país donde resulta fácil y socialmente plausible criticar a la Iglesia y destacar sus miserias, la serie aborda con equilibrio la temática religiosa, más aún, creo que no solo respecto de la Iglesia sino de otras instituciones, se ha apostado porque cada personaje “aguante su vela”, es decir, no se cae en un criticar o ensalzar a colectivos ni instituciones sino ofrecer perfiles de personas concretas. ¿Es correcto el análisis?, ¿es intencionada la fórmula?

Exacto. El respeto es máximo. Aunque evidentemente, no puedes tratar igual a Torquemada que a Fray Hernando de Talavera o Bartolomé de las Casas. Si hablas de Tarancón no es lo mismo que hablar de Rouco Varela. Por ejemplo. Por eso, al ser un producto televisivo popular y de máxima audiencia, prefiero usar el respeto y / o el silencio y la elipsis.  Y que cada cual saque sus conclusiones. 

He podido ver guiños de mucha sensibilidad religiosa. ¿La fuente de esos guiños es la historia personal de quienes están detrás de la serie? A veces tengo la sensación de que hay muchas madres y abuelas detrás de los guiones.

La religiosidad del ser humano es un hecho ineludible. Es el intento de responder humanamente al hecho del más allá. Pero religiosidad no siempre es religión. Ni tiene que ver con la institucionalización de esa religión. Yo he crecido en una familia nada católica, De crío, el único que sí fue católico practicante fui yo (lo dejé de ser de joven). Pero sin embargo, mi abuela o mi madre tenían en gran estima a la Virgen de las Angustias o San Cristóbal. Cuando la gente va teniendo una edad, se hace no ya más religiosa, pero sí más espiritual. Y apela a aquello que considera parte suya, de su tierra. Y en ese sentido las vírgenes y los santos son imbatibles. De todas formas, es evidente que Alonso de Entrerríos o Ernesto (padre de Torquemada, no lo olvidemos) serán siempre más religiosos que Salvador, Irene, Amelia, Julián o Pacino. Me gusta mostrar la variedad. Y que gente distinta en sus ideas políticas o religiosas puedan trabajar juntas por un país mejor. Porque si una ideología o una religión se basa en la negación del diferente, mal asunto. 

La influencia de lo religioso en España ha tenido también una trascendencia mundial, ¿quizá la evangelización del Nuevo Mundo pueda ser lo más trascendente? ¿o quizá la expulsión de los judíos? ¡Aunque ninguno de los dos hechos tienen solo una lectura desde lo religioso!

Sin duda, las dos cosas. Y desde muchos matices, no desde uno sólo. Aunque la expulsión de los judíos creo que tiene más motivos económicos y políticos que religiosos. Y me parece una de las historias más tristes y lamentables de nuestra Historia. Respecto a la evangelización, por un lado, fue esencial para que Colón convenciera a Isabel de financiar los viajes posteriores al Descubrimiento. Y muchas veces hay una utilización negativa de lo religioso. A cambio, se elevan figuras como Bartolomé de las Casas que, desde los principios esenciales de la fe católica, defendió a los pueblos nativos y dio la cara por ellos. 

Hablando de judíos… ¿por qué toda la trama de las puertas nace de un judío?

Porque considero que fueron pioneros en la industria, en la ciencia, en la medicina… Y porque nuestra narración tiene mucho de la visión del universo de la Cábala. Volver atrás para ver tus errores y regresar al presente para no repetirlos. No para cambiar el pasado sino para aprender a ser mejores. 

En la serie la opción de alterar la historia se identifica en muchos momentos con jugar a ser Dios. Es posible que cuanto menos se cree en Dios más tendencia hay a “jugar” a ser “dios”; o por el contrario pasarse de vueltas creyendo en Dios acaba convirtiéndose uno en un iluminado y en la mismísima mano  derecha de Dios  ¿Jugar a ser Dios es quizá el pecado capital del ser humano a lo largo de la Historia?

Creo que es peor el pecado de utilizar a Dios para justificar invasiones, atentados, extremismos… La Humanidad se ha matado entre sí desde hace siglos en nombre de Dios. No soy creyente, pero si Dios existe no me gustaría que fuera ése en el que muchos se justifican para cometer atrocidades. Me gustaría más creer en un Dios que perdona y protege a sus hijos y que no es feliz cuando matan en su nombre. 

En la serie se aprecia mucha carga moral. Cuando se sostiene la importancia de no pretender cambiar el pasado, de asumir los errores y aprender de ellos, … si tuviese que resumir en tres o cuatro las intenciones de esta serie ¿cuáles serían?

La idea esencial es aprender del pasado. No cambiarlo, porque si no, cada cual lo cambiaría según sus intereses y cuando pasa eso, en la vida real, ya sabemos cómo acaba todo. También se plantea no cambiar la Historia en beneficio propio. Y en saber que, si se cambia el pasado, a lo peor el presente sería todavía peor de lo que es. Pero, sobre todo, lo que se plantea es que lo que hay que trabajar en el presente para que el futuro sea mejor. Y para todos. Es algo utópico, pero ahí está nuestra carga moral. Que a algunos les parecerá religiosa, pero te aseguro que, en mi caso, es esencialmente laica. Y quiero dejar claro que, para mí, la moral es esencial. Y asumo sus conceptos éticos de manera radical. Desde mi oficio de guionista. Me repela la inmoralidad, porque es fuente de injusticia y de desigualdad. Pero no creo que esto deba tener obligatoriamente una carga religiosa, aunque es evidente que cuando creces en ciertos conceptos del cristianismo, se relacionan.

Evidentemente la serie es una ficción, pero… ¿ha soñado con que un día se descubriese la posibilidad de viajar en el tiempo?  Julio Verne también escribió ficción que luego fue realidad.

No lo he soñado. Prefiero que siga siendo una ficción. 

Tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI visitaron España durante sus pontificados, los tendremos en algún capítulo en futuras temporadas o… todavía es muy reciente.

Estudio Picasso

No. 

¿Y para terminar: Cree que el Papa Francisco dejará una huella importante en la Historia?

No soy quién para poder hablar de eso. Sí le veo una actitud más cercana y humana. 

Non solum sed etiam

No es la primera vez que entrevisto sobre cuestiones religiosas a gente no creyente. Y, normalmente, percibo un gran respeto cuando el diálogo se produce entre iguales. Al final esa es la clave de cualquier buena convivencia, la que se desarrolla entre iguales. Y, lo contrario, ha sido el gran pecado, tanto de creyentes como de ateos, aunque la mayoría responden más exactamente a un perfil anticlerical los segundos y fundamentalistas los primeros. 

El buen ateo reconoce que no tiene argumentos, ni empíricos ni espirituales, que le lleven a afirmar la existencia de Dios, ergo, para él, Dios no existe. Pero, y aunque la creencia de otros pueda entenderla y aceptarla como una autosugestión, siempre deja un resquicio a la posibilidad de que la creencia del otro sea tan auténtica y honrada como su increencia. Y lo mismo ha de suceder a la inversa.

Eso sitúa a ambos en planos de igualdad, y eso facilita el diálogo. 

Los problemas han surgido cuando cualquiera de las partes se arroga la Verdad absoluta, y por ende una superioridad, que es falsa.  

La Historia de España está plagada de ejemplos, de los buenos y de los malos. Y no solo en los hechos que han quedado recogidos para los libros de historia, sino en las pequeñas historias que cada ser humano que ha pasado por esta península Ibérica. 

He disfrutado de esta entrevista con Javier Olivares, ojalá volvamos a cruzarnos en otra ocasión. ¡Id con Dios, D. Javier Olivares!

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