La conversión de una atea, anticlerical y proabortista María Martínez: “Yo era una muerta y Dios me resucitó”

María Martínez: “Yo era una muerta y Dios me resucitó”
María Martínez: “Yo era una muerta y Dios me resucitó” Diócesis Vitoria

María ha participado en los actos de clausura del Año Jubilar en la Diócesis de Vitoria

Mantuvo un encuentro con jóvenes, visitó varios conventos de clausura y ofreció su testimonio en la Catedral

Pasó por Vitoria, habló y no dejó indiferentes ni a jóvenes ni a adultos. Es consciente de que para muchos es una  loca, iluminada, trastornada, pero le dá igual. Amaya Martínez, como figura en su documento nacional de identidad, dejó de existir en junio de 2017 para dar paso a María, una mujer que tras su encuentro personal con Dios ha decidido entregar parte de su tiempo a contar lo que ha supuesto el mayor descubrimiento de su vida: el Amor y la Misericordia de Dios. Y con ello desmontar algunas de las, como ella dice, “mentiras de este mundo” en relación a cuestiones como el aborto, el suicidio, el matrimonio, … temas de los que puede hablar desde la experiencia personal. 

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“Amaya Martínez era una mujer sin Dios, porque no le necesitaba.”

“estaba a favor del aborto. A favor del divorcio cuando el amor se acaba. Porque nos cuentan que el amor se acaba. Estaba en contra de la familia porque creía que era una forma de subyugar a la mujer, de anularla en la sociedad.”

“Ahora defiendo la dignidad de la mujer más que nunca.”

“Aunque lo oculten, hoy el mayor índice de muerte es el suicidio. Ni el cáncer ni los accidentes de tráfico.”

“Lo que estamos haciendo con el aborto es asesinar en nombre de la comodidad, del bienestar, del egoísmo”

“Me dá igual parecer loca, iluminada, idiotizada, trastornada, porque solo actúo ante los ojos de Dios.”

“La primera mentira en las prácticas de abortos es voltear la pantalla y quitar el sonido a los ecógrafos para no escuchar los latidos.”

Noticia

“Yo no estoy aquí para que me creáis. Estoy para testimoniar lo que ha pasado en mi vida.”

“Dios sigue resucitando muertos. Yo era una muerta y me resucitó”

“Si yo fuera invitada, y sentiría, en oración, que Dios y la Virgen María me quieren hablando a los políticos, no tendría ningún problema. El estrado desde el que hablar de la Verdad del Sagrado Corazón de Jesús y del amor, es el mundo entero.”

Estas son algunas de las afirmaciones que María Martínez dice en esta entrevista que pueden ver íntegra en el siguiente vídeo.

Non solum sed etiam.

Evidentemente no todos estamos llamados a ser como María, pero sí, quizá, podamos decir que todos estamos llamados a encontrarnos con Dios, como le ha pasado a María. Su discurso desconcierta, llama la atención, y a mí el primero. Pero es el discurso de alguien convencida por completo de lo que dice. 

¿Está loca? Sí, de amor por un Dios al que ha tratado personalmente y que le ha cambiado la vida. ¿Es una iluminada? Seguramente. Puedo asegurar que su mirada irradia paz y sinceridad. ¿Está trastornada? ¡Como para no estarlo después de verte muerta y luego resucitada! ¿Idiotizada? Sin duda alguna, si acudimos a la etimología de esta palabra descubrimos que el idiotizado es que prescinde de los asuntos públicos y va a lo suyo. Y sí, a María ya las cosas de este mundo no le importan, va a lo suyo.

Que se reconozca una profeta para este siglo XXI, bueno, ¡es de Bilbao! Y bromas a parte, no seré yo quien ponga en cuestión los sentimientos personales de cada uno. Creo en Dios, y reconozco que como Dios puede manifestarse como mejor le plazca. A través de María ¿por qué no? Y más, cuando estamos asistiendo a un despertar de la Iglesia en el que la mujer empieza a ser reconocida como sacerdote, profeta y rey, atributos que el bautismo nos confiere a todo bautizado.

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