"Descubrir el dolor provocado por ETA y ser consciente de los abusos en la Iglesia” sus momentos más duros Mario Iceta, sobre los abusos: "No podía imaginar este grado de podredumbre moral en la Iglesia"

Mario Iceta: “descubrir el dolor provocado por ETA y ser consciente de los abusos en la Iglesia” sus momentos más duros como obispo.
Mario Iceta: “descubrir el dolor provocado por ETA y ser consciente de los abusos en la Iglesia” sus momentos más duros como obispo. DV

Entrevista con el obispo de Bilbao, que celebrará en el 2020 los 70 años de la diócesis y sus diez al frente de la misma.

"De D. Ricardo he aprendido muchas cosas a poner las cosas en las manos de Dios, a mirar con luces largas, a ver las cosas con perspectiva evangélica"

Sembradores de esperanza: La vida siempre es un bien. Eliminarla siempre es un mal.

Con motivo de la clausura del Año Jubilar celebrado en la Diócesis de Vitoria, la novena ha sido predicada cada día por un obispo. Así han pasado por la Catedral de María Inmaculada el Arzobispo de Pamplona, D. Francisco Pérez, y su Auxiliar Juan Antonio Aznárez, el Arzobispo de Burgos, Fidel Herraez, el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, el de Bilbao, Mario Iceta y su auxiliar Joseba Segura, y monseñor Juan Ignacio Arrieta, Secretario del Pontificio consejo para los asuntos jurídicos en el Vaticano. 

IMG-20191206-WA0013

Aprovechando el paso por Vitoria de Monseñor Iceta mantuvimos una entrevista para hablar de varios temas, entre ellos la celebración de los 70 años de la creación de la Diócesis de Bilbao, sus doce años como obispo y diez al frente de la Diócesis vasca, y la renovación de cargos en la Conferencia Episcopal Española, entre otros temas.

Empezamos con una curiosidad que no es muy conocida, cuando fue nombrado auxiliar de Bilbao se le nombró obispo adjudicándole una diócesis ya desaparecida, que casualmente fue la Diócesis de Álava, que tuvo su sede en Valpuesta y que pasaría posteriormente a ser absorbida por Calahorra. Esta extinta diócesis volvió a quedar vacante tras asumir el 11 de octubre de 2010, festividad de la Virgen de Begoña, la sede de Bilbao.

Entrevista íntegra 

En doce años como obispo D. Mario ha podido vivir muchos momentos buenos, y también malos. Para el obispo de Bilbao los momentos buenos los descubre en su visita a las parroquias de la diócesis y descubriendo la vida pastoral de las mismas con tanta gente “comprometida, metida en líos, como dice el Papa”. Entre los malos momentos hay dos que recuerda con especial dolor: “en el 2008, cuando llegué, ETA todavía estaba llevando adelante su expresión violenta, su extorsión a las personas, y me tocó asistir al último asesinato, el del inspector Puelles. Al haber estado tantos años en Córdoba no había tenido una experiencia directa de todo esto. Acudí con D. Ricardo para estar con la familia y recuerdo que me marcó mucho. Pude comprobar en primera persona el sufrimiento y el dolor  generado por ETA.”

El otro momento está relacionado con el tema de los abusos en la Iglesia: “Ser consciente de los abusos sexuales en la Iglesia. Hace dos años hice una investigación, en la medida que he podido y con los medios a mi alcance. No sé si fruto de una cierta ingenuidad, pero he de decir que nunca hubiera pensado que esto ocurría. Yo he sido alumno de un colegio religioso, primero en las Mercedarias, y después siete años interno en un colegio de los capuchinos. Y la estima que he tenido siempre por los religiosos, el cariño con que nos han tratado, los sacerdotes que nos han atendido han sido maravillosos, cada uno a su estilo. No podía imaginar este grado de podredumbre moral. Que existieran personas que en razón de su ministerio pudieran violentar de manera tan brutal a personas que se nos confían para su formación. El tomar conciencia de esta realidad fue muy duro, y poner el remedio, porque lo más importante es prevenir. Estos han sido dos  hechos que me han marcado y me han causado dolor.”

En todo caso, el balance de estos doce años es “ de dar gracias a Dios por haber podido servir a la Diócesis de Bilbao.”

Los primeros años como obispo los ejerció al lado de monseñor Ricardo Blázquez, con quien logró una gran sintonía. “D. Ricardo es un hombre de profundos conocimientos, de profunda formación teológica, de inmensa bondad, reflexivo, no es de impulsos, es de meditar, de orar las cosas, de salvar a las personas. De D. Ricardo he aprendido a querer incluso a quienes no nos pagan con la misma moneda. De D. Ricardo nunca he oído a nadie hablar mal de él. Siendo auxiliar suyo me regaló un cuadro de “la santa” abulense, del “Nada te turbe, nada te espante.”  De D. Ricardo he aprendido muchas cosas del gobierno de la Diócesis, a poner las cosas en las manos de DIos, a mirar con luces largas, a ver las cosas con perspectiva evangélica, y fue una gracia recibir de sus manos la ordenación episcopal.”

Cuando se hizo público el nombramiento como obispo de D. Mario, pude conversar con él estando todavía en Córdoba, y en una de las conversaciones, le comenté una opinión personal: la importancia de que el discurso de los obispos se entienda más desde lo pastoral que desde lo político. Algo que yo entendía había sido un escollo en la labor de los obispos en el País Vasco. Doce años después le confieso tener la impresión de que ha cuidado ese aspecto. 

“Lo he procurado - comienza diciendo monseñor Iceta -. Lo que renueva el mundo es el Evangelio. No somos un agente  político más. Queremos ser testigos sencillos del Evangelio. La oración diaconal dice: “recibe el Evangelio del Jesucristo, del que has sido constituido mensajero”, y sigue diciendo, “Haz vida lo que lees. y lo que has hecho vida, predícalo. Y cumple aquello que has predicado.” Es muy curiosa esta fórmula porque no dice “predica el Evangelio”, no, dice “predica lo que has hecho vida. Yo, con mis debilidades, intento que esto sea así.” 

En todo caso siempre se da una discrepancia entre lo que unos sectores u otros esperan de las palabras de un obispo. “Yo creo que lo que se espera de nosotros es una palabra evangélica. Eso no quiere decir que no sea un evangelio encarnado. A veces cuando se nos entrevista te vienen buscando una palabra política. Y hay que decirles que esta no es la ventanilla en la que se ofrece. Me he ido dando cuenta, al menos en mi persona, que en la medida que intentaba mantenerme, con la distancia adecuada, de ser un agente político, ya no interesas tanto.  Cuando en la homilía debe hablar de la Palabra de Dios, ya no interesa tanto.”

El 2020 será la fecha en la que se conmemora los 70 años de creación de las Diócesis de Bilbao y San Sebastián. Una comisión diocesana viene trabajando ya para recuperar la memoria de aquellos comienzos con iniciativas como “la silla vacía” en la que invitan a los diocesanos a ofrecer el testimonio de sus vivencias de aquellos años. En todo caso no serán grandes fastos sino una celebración, como dice Iceta, “de perfil bajo”. “70 años no es un número redondo. Hemos empezado a hacer cosas, exposiciones, se ha hecho un documental sobre el seminario, pero son tantas las dimensiones que a corres el riesgo de dejarte alguna. En todo caso vamos a celebrarlo con alegría y esperanza.”

Mario Iceta 001_n

Bilbao se encuentra este año elaborando el VI PDE, Plan Diocesano de Evangelización. “Eso nos ha hecho auscultar, meter las gomas, en la Diócesis. Cada tres años una consultoría de comunicación nos hace un trabajo de análisis de la realidad diocesana. Así, el año pasado teníamos estos datos: el 56% de los habitantes de Vizcaya se declaran católicos. Y no es que crezcan otras religiones, lo que ha crecido es la indiferencia, el agnosticismo; los que asisten a misa con regularidad son el 8%; bautizos, solo el 34 % de los nacidos, en una sociedad donde ha bajado tanto la tasa de natalidad; Confirmaciones,  suelo confirmar unos 450 jóvenes, pero suponen el 5% de los que fueron bautizados; en cuatro años hemos pasado de 4000 matrimonios canónicos a 500, una de cada 5 parejas se casa por la Iglesia; respecto de las exequias, otro dato, cada vez es más incomprensible la celebración exequial para los hijos de padres que eran creyentes y ellos no; la penuria vocacional. Cuando se creó la diócesis hace 50 años el número de sacerdotes era de 1000, hoy son 260, de los cuales solo setenta tienen menos de 70 años. Estoy intentando organizar la diócesis para ser atendida con 80 sacerdotes que es lo que creo puedo tener; respecto del laicado, aunque el que hay es muy comprometido, pero tampoco vemos una proliferación de vocaciones laicales dedicadas a la pastoral.”

Además de la efeméride diocesana otro acontecimiento ocupará también a D. Mario en marzo del 2020, la renovación de cargos en la Conferencia Episcopal Española. Algunas voces apuntan a la posibilidad de un relevo generacional en la cúpula de la CEE. “Yo expreso una gran veneración por los obispos que tienen cierta edad. De hecho la palabra presbítero significa anciano. Mientras sean obispos en activos todos son candidatos buenos para los cargos de la CEE. Pienso que no se debe avanzar  cambios generacionales cuando tenemos un grupo grande de obispos con una edad dilatada de episcopado pero en plenas condiciones de asumir todos los cargos. Yo no adelantaría otra generación, no aventuraría un salto generacional. Además en estas cosas “per saltum”, es mejor una sucesión natural. Todos los que componemos la CEE somos electores y elegibles, y lo importante es que el Espíritu Santo nos ilumine, dinos Tú a quién has elegido.”

El pasado día 5 de diciembre,  D. Mario Iceta, acompañado del doctor Jacinto Bátiz y la enfermera Encarnación Isabel Pérez, especialistas en medicina paliativa. El documento aporta una visión actualizada de los recursos médicos y sociales que permiten acompañar al enfermo y las familias en los últimos momentos de la vida. Es un documento que deja clara la apuesta por la medicina paliativa frente a la eutanasia como solución final. 

“Un resumen de lo que se pretende decir con este documento es: lo que hay que hacer es suprimir el dolor, el sufrimiento, la soledad, la angustia del enfermo, no suprimir al enfermo. Se pueden hacer muchas cosas con el enfermo y la la familia. es muy importante atender a todas las necesidades físicas, emocionales, psicológicas, espirituales, sociales, familiares del enfermo y de la propia familia, eso son los cuidados paliativos.” 

A esto se suma la amplia experiencia que la Iglesia tiene en ese acompañamiento, por eso “esta propuesta. La vida siempre es un bien. Eliminarla siempre es un mal. Por lo tanto cuidemos la vida, también en la etapa última de nuestra existencia. Y hay mucho por hacer para vivirla con paz y sosiego. la eutanasia no es la solución.”

La entrevista se hizo en el marco de la festividad de la Inmaculada, el 8 de diciembre es la Jornada del Día del Seminario en las Diócesis Vascas. Por otro lado monseñor Iceta es el coordinador del tema de Misiones Diocesanas Vascas. Por ese motivo le pedimos para cerrar la entrevista una llamada vocacional y misionera: 

“Recupero las palabras del Papa a los jóvenes. “no te preguntes quién soy yo, pregúntate para Quién soy yo.” y tu eres para Dios y para los demás. La única frase de Jesús que se recoge fuera de los evangelios, que aparece en los Hechos de los Apóstoles es aquella que dice que hay más alegría en dar que en recibir. Si fuésemos conscientes de esto, brota la alegría.” 

Non solum sed etiam.

Coincidir con D. Mario es un placer, y tarea nada fácil por su apretada agenda. Además de recordarme físicamente a quien fuera mi párroco de niño, D. Javier Illanas, en la parroquia de los Desamparados de Vitoria, monseñor Iceta se mostró cercano y afable desde la primera vez que hablé con él a raíz de su nombramiento como auxiliar de Bilbao. Su perfil euskaldún, aunque viniese de Córdoba, le facilitó la entrada, además de hacerla de la mano de un tal Blázquez. Hoy cuenta con un auxiliar, Joseba Segura, sin duda un hombre con olor a oveja o alpaca. Un hombre que ha practicado y coordinado la Cáritas de la Iglesia. El tándem Iceta-Segura, asegura a la comunidad cristiana en Vizcaya una línea de continuidad con el Papa Francisco, con la Iglesia para los pobres, hospital de campaña, en salida. 

Felicidades por los 70 años a la diócesis de Bilbao. Y, por otro lado, quizá la nueva ejecutiva de la CEE y la reciente llegada de un nuevo nuncio permita poner sobre la mesa una vieja demanda de las diócesis vascas, formar parte de la misma demarcación eclesiástica con cabecera en Pamplona. ¿Será posible? Se lo preguntaremos la próxima vez.

Volver arriba