En estos momentos miles de jóvenes dirigen sus pasos hacia Lisboa, la que será la capital de la cristiandad jóven por unos días. Pero por el camino muchos han querido hacer parada en lugares emblemáticos, no solo en Portugal, sino también en Francia, como es el caso del santuario mariano de Lourdes que este fin de
semana ha acogido a peregrinos llegados de infinidad de lugares, franceses, italianos, ingleses, polacos, ucranianos estaban unos 500 encabezados por el obispo de Dones, el salesiano grecocatólico Maximiliano; pero también se pudieron ver banderas de países africanos y de América, tanto del Norte como de Latinoamérica.
En la procesión de las antorchas en la noche del domingo perfectamente podrían estar en la explanada más de diez mil personas. Junto a la entrada de la basílica inferior el logo de la JMJ presidía todos los actos.
Con motivo de la presencia de tanta juventud de camino a Lisboa el santuario programó una adaptación del musical Bernadette que se escenificó en las escaleras de la explanada.
La gruta no dejó de recibir peregrinos que celebraban la eucaristía y que pasaban con fervor palpando la roca de la que mana el manantial que convenientemente canalizado hoy llena garrafas, botellas y recipientes con la imagen de “La Señora”.
Este fin de semana se pudieron ver pocos carros con enfermos, lo que abundaban eran los jóvenes con el macuto o la mochila al hombro. Scouts, Focolares, Neocatecumenales y de las más diversas asociaciones de fieles se dieron cita en este santuario mariano en el que se localizan las apariciones en el siglo XIX.
Todos los grupos fueron pasando por las diversas estancias, los templos superpuestos, la gruta, las fuentes del agua, el rito del fuego junto a la estancia de las velas que consumen deseos, agradecimientos y promesas. Y el Vía Crucis que con profunda devoción fueron recorriendo por las empinadas cuestas de la montaña anexa al santuario.
El lunes todavía quedaban peregrinos realizando las últimas compras, visitando los últimos lugares y preparando su marcha para cruzar la frontera con España y tomar rumbo a Portugal con escalas en áreas de servicio y zonas de descanso de las carreteras españolas.
Desde Babahoyo hasta Lisboa pasando por Vitoria y Lourdes.
El pasado de los misioneros vascos fue el enlace a través del que se gestó este desvío de la peregrinación de los ecuatorianos a los que acompañamos en esta fase de su peregrinar.
El pasado año Juan Carlos Pinedo sacerdote alavés que estuvo de misionero en Ecuador realizó un viaje de recuerdos en sus bodas de oro sacerdotales, y en esa visita se fraguó la peregrinación a la JMJ pasando por Vitoria-Gasteiz.
El pasado viernes llegaban a Madrid en vuelo directo desde Quito y tras pasar un par de días en la capital española se fueron hasta la capital de Euskadi donde les esperaba ya una excursión relámpago organizada para visitar el santuario de Lourdes.
Estos peregrinos proceden de la Diócesis de Babahoyo en la Provincia de Los Ríos, y concretamente de las parroquias de Ntra Sra. del Carmen de Macache; Ntra Sra. de Fátima de Babahoyo; San Lorenzo de Vinces y San Francisco de Asís de Valencia (Ecuador). Al frente de la expedición compuesta por 15 peregrinos
estaban los sacerdotes Daniel Moran párroco de Ntra Sra de Fátima, y Julián Delgado, párroco de Ntra Sra del Carmen. Este hombre con 17 años de sacerdocio, se mostró muy activo en las redes sociales, subiendo historias a su canal de Facebook y emitiendo directos para sus parroquianos, a quienes ya los tiene acostumbrados a seguir muchas de las grandes celebraciones también por las redes sociales.
Para completar el autobús Pinedo echó mano de las personas vinculadas a Berakah, un proyecto social y solidario de la parroquia de Santa María de Vitoria.
Tras el viaje desde Madrid a Vitoria-Gasteiz allí cambiaron de autobús para aprovechar el tiempo y tomaron rumbo a Francia con una primera parada en el Santuario de la Patrona de Álava, Ntra Sra de Estíbaliz que celebra este año su jubileo. Allí las peregrinas de la eucaristía les recibieron como acostumbran en este año Santo y posteriormente pasaron la puerta santa.
Solo hubo tiempo para unas fotos de grupo y se subieron al autobús para seguir ruta.
Llegados a Lourdes y con tiempo para alojarse el primer acto que les esperaba era la procesión de antorchas. Tras ella pudieron disfrutar del musical y celebrar una primera eucaristía en comunión con otros grupos. Ya casi en la hora de cierre de las dependencias del santuario les dio tiempo para realizar el rito del agua y del fuego y depositar unas velas.
Al día siguiente eran los protagonistas de la misa en la gruta a las ocho y media de la mañana, a la que se sumaron un grupo de polacos y mexicanos. Pinedo, que presidía la misa fue dando la palabra a otros sacerdotes de otras nacionalidades presentes lo que logró ese clima católico/universal. En sus palabras no olvidó ni la guerra de ucrania ni las guerras de África, se recordaron a enfermos y difuntos, y en la música destacó el Coro Betong que lo componen mujeres procedentes de Guinea Ecuatorial y que cantan en Fang con esos ritmos africanos que encandilaron a todos los asistentes.
El último acto en grupo fue el Vía Crucis antes de pensar en el regreso a Vitoria-Gasteiz, donde a altas horas de la madrugada cogerían otro autobús hasta la T4 para volar a Lisboa.
