El Obispo de Vitoria aboga por la prudencia en la acogida de refugiados

El obispado de Vitoria ha emitido la siguiente nota que copio literalmente y en su integridad.


Nota del Obispo de Vitoria con motivo de la próxima acogida de refugiados en el territorio de Álava

En las últimas semanas estamos siendo testigos de la catástrofe humanitaria y, también, de la ola de solidaridad que ha generado el movimiento de refugiados de diferentes países que buscan salvar sus vidas, y encontrar en Europa un lugar donde rehacer su futuro sin amenazas ni violencias, con paz, libertad, justicia y dignidad.

La diócesis de Vitoria se siente llamada a expresar, en estas circunstancias, su sentido humanitario y su coherencia evangélica ante tantas personas que, huyendo de la guerra y de las miserias que conlleva, desean ser acogidas y ayudadas entre nosotros. Nos animan también las recientes palabras del Papa Francisco: "Ante la tragedia de decenas de miles de refugiados que huyen de la muerte por la guerra y el hambre, y están en camino hacia una esperanza de vida, el Evangelio nos llama a ser «prójimos» de los más pequeños y abandonados. A darles una esperanza concreta. No vale decir sólo: «¡Ánimo, paciencia!...». La esperanza cristiana es combativa, con la tenacidad de quien va hacia una meta segura" (Ángelus, 6.09.2015).

En nuestra diócesis, Cáritas es el organismo responsable de acoger y canalizar los ofrecimientos y la solidaridad que están surgiendo en la comunidad diocesana, en contacto con el plan que coordina la administración pública, y está trabajando junto a otras organizaciones sociales con experiencia en la acogida, la integración y la convivencia.

No olvidamos que la complejidad de las situaciones que presentan estas personas refugiadas, exige respuestas y soluciones que no se deben improvisar, y que se han de realizar con responsabilidad y visión de futuro. Están en juego la dignidad e integridad de personas que están viviendo situaciones extremas. Por encima de todo, hemos de proporcionarles una acogida acorde a su dignidad personal y sus necesidades concretas.

Es urgente atender adecuadamente esta emergencia. Al mismo tiempo, urge reflexionar y tomar activa conciencia de las causas que están generando esta y otras situaciones similares, no por menos conocidas menos sangrantes y merecedoras de nuestra atención y solidaridad. Junto a la ayuda concreta para esta emergencia, es necesario un constante e intenso compromiso por generar relaciones y estructuras personales y sociales acordes con la dignidad y los derechos humanos de todas y cada una de las personas. Así lo exigen nuestro sentido humanitario y nuestra coherencia con el Evangelio.

Hacemos nuestras, ahora, estas palabras del Papa Francisco: "¡Qué hermosas son las ciudades que superan la desconfianza enfermiza e integran a los diferentes, y que hacen de esa integración un nuevo factor de desarrollo, (…) Están llenas de espacios que conectan, relacionan y favorecen el reconocimiento del otro!" (Evangelii gaudium 209).

Que nuestras actitudes favorezcan esta cultura del reconocimiento fraterno, la única capaz de construir un mundo más justo y mejor para todos.

Vitoria-Gasteiz, 14 de septiembre, 2015








Non solum sed etiam



La presente nota me deja un sabor agridulce, una sensación de que le faltan párrafos que concreten algo de esa respuesta que, gestionada por Cáritas Diocesana, va a dar la Diócesis de Vitoria.

Me quedo sin saber si se va a responder a la llamada del Papa Francisco. Me quedo sin saber si la cantidad de pisos vacíos de nuestras parroquias, que nuestros curas no usan porque “para vivir solos” no tiene sentido – y tienen razón –, van a ponerse a disposición de estas familias. Me falta saber si las unidades pastorales asumirán acogidas concretas de familias. Me quedo con las ganas de saber si nuestros colegios concertados asumirán la educación de los niños que vengan de esas familias. Me quedo a la espera de saber si se ha presupuestado ya un dinero para esta tarea, o si se harán colectas en las misas para responder y, como bien dice nuestro obispo de Roma, “darles una esperanza concreta. No vale decir sólo: ¡Ánimo, paciencia!”.

Aplaudo que la voz de nuestro obispo salga y se haga pública sobre este tema. Pero "obras son amores y no buenas razones". Y al público en general, o al menos a la comunidad cristiana en particular, sí le interesa saber cómo se piensa concretar la respuesta diocesana que se sumará a la respuesta civil que las instituciones públicas ya han dado.

Si la prudencia a la que se hace referencia es la causa de la falta de datos concretos, esperaremos a esa segunda nota en la que veamos los buenos deseos traducidos en obras concretas de nuestra diócesis de Vitoria. No alarguemos nosotros la demora que la burocracia y la política ya les están imponiendo a estas familias.
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