Mensaje en una botella …para el Papa Francisco (3) Padre Francisco, ¿y  si Dios no es Todopoderoso? o sí, pero …

Padre Francisco, ¿y  si Dios no es Todopoderoso? o sí, pero …
Padre Francisco, ¿y  si Dios no es Todopoderoso? o sí, pero …

Dios creó el mundo y las leyes naturales que lo rigen, sí, y creó al ser humano LIBRE. Por eso Dios necesita del ser humano para cumplir su sueño

El mayor acto de fe no es del Hombre hacia Dios, sino de Dios hacia el Hombre

“Creo en Dios Padre todo Amor, todo Misericordia”

Proclamando que Dios es Todopoderoso lo hemos convertido en el blanco de la ira y el rechazo de quienes han encontrado más fácil culpar a Dios de sus desgracias que al prójimo o a sí mismos

“La creación parece implicar un Dios todopoderoso. Sin embargo, la kénosis divina nos muestra otra forma de poder: la del servicio y donación, la de la humildad de Dios.”

Sigo con mi campaña de lanzarle preguntas a Francisco que solo Dios sabe si le llegarán. 

No sé si es el demonio que me confunde, o esa “obsesión” que me persigue desde siempre de cuestionar todo lo establecido, o esa máxima de búsqueda de la verdad que siempre me ha gustado pero, … el caso es que desde hace días, a raíz de un artículo que leí, en el que venía una expresión muchas veces oída, se ha instalado en mi cabeza la idea de que “Dios no es Todopoderoso como venimos confesando desde hace siglos en el Credo”.

Tuve la oportunidad de compartir con Sor Lucía Caram este tema y esto es lo  que me comentó en la conversación:  “A mi me gusta decir que Dios es todo amor y misericordia. En las situaciones límites la gente se pregunta “¿Dónde está Dios?”. En Ucrania estoy viviendo muchas situaciones que pueden darnos luz. Por ejemplo, la de una mujer que cada día va a la tumba de su hijo para pedirle a Dios que siga cuidando de su hijo, es decir  ella no se pone en el centro del dolor, de la injusticia, lo primero sigue siendo su hijo. Otro caso es el de un médico. Me relató que él había atendido a un muchacho en quirófano para sacarle del corazón una bala expansiva. Él no es creyente. Al salir del quirófano se encontró con una imagen en la que aparece un médico operando y Jesús a su lado. Me confesó que nunca antes había visto ese cuadro. Este médico me confesó que él sintió durante esa delicadísima operación que “Alguien” había dirigido sus manos durante la intervención. Notó una presencia que le ayudó. Dios se manifiesta en medio de la oscuridad, del sinsentido, …

Es cierto que en estas situaciones mucha gente se desespera y pierde la fe, pero también mucha otra cuando toca fondo , cuando todo ha fallado, levanta los ojos. Soy más creyente desde que estoy tocando el dolor de la gente. Voy a Ucrania por egoísmo (sonríe) para alimentar mi fe.”

Yo le conté el origen de mi reflexión: 

Una superviviente de los horrores de la Guerra Civil española decía aquello de que “si Dios existiese no habría permitido que yo viviese todas aquellas calamidades”.  Esa omnipotencia que hemos adjudicado a Dios ha vuelto a las personas contra Él. Y, quizá con razón, si sostenemos esa omnipotencia. 

Con el 75 Aniversario de la liberación de Auschwitz también he recordado cómo muchas de las víctimas, supervivientes de aquel horror, dejaron de creer en el Dios de los judíos, en el Dios de los cristianos, en Dios, porque, siendo Todopoderoso había permitido aquello.

Hoy seguimos asistiendo a masacres y genocidios en África, en Asia, Oriente Medio, en Europa, la violencia en el ser humano sigue desatada desde el ámbito doméstico hasta las grandes masacres. Y Dios Todopoderoso, ¿no puede hacer nada?

¿Cómo un Dios Padre Todopoderoso puede permitir tantos males en la Tierra para sus hijos? Solo se me ocurre una respuesta: No puede. Dios no es Todopoderoso. Dios creó el mundo y las leyes naturales que lo rigen, sí, y creó al ser humano LIBRE. Por eso Dios necesita del ser humano para cumplir su sueño, lo mismo que un padre necesita de la voluntad del hijo para que éste haga lo correcto, con las herramientas que en la educación ha intentado darle. Con los Diez Mandamientos.  

Dios No es Todopoderoso, pero ello no contradice que “para Dios nada es imposible”. ¿Por qué? pues quizá porque el mayor atributo de Dios es su fe ilimitada, infinita, en el ser humano, hombre y mujer. El mayor acto de fe no es del Hombre hacia Dios, sino de Dios hacia el Hombre. 

Según esta visión, no sería Dios quien falla al Hombre, sino el Hombre quien le falla a Dios y al resto de la humanidad cuando su libertad la usa no para ajustar sus actos al Plan Perfecto de Dios sino en contra de ese Plan Divino. Un Plan que se sustenta en todos aquellos valores que se nos han transmitido a través de la Buena Noticia.

Para Dios NADA es imposible, pero, no porque Él lo provoque, sino porque su fé en nosotros es infinita y abierta siempre a la posibilidad de que su Voluntad se haga en nosotros, porque su confianza ciega espera el “FIAT” que todo lo hace posible. 

Si esta reflexión se ajustase a la verdad, habría que reconocer que hemos establecido como dogma de fe, una “mentira”: que Dios es Todopoderoso. Y esa afirmación ha provocado que muchas personas se hayan rebelado contra Dios, le culpen de las desgracias propias y ajenas, de los desastres naturales y de las peores páginas de la Historia de la Humanidad.

Dios No es Todopoderoso, y lo sabe. Por eso precisó del “Hágase en mí tu voluntad” de una  niña de Nazaret; por eso necesitó la aceptación de Jesús de Nazaret del amargo cáliz de su Pasión; por eso necesitó del “aquí estoy Señor, porque me has llamado” de Samuel; … así es cada día con cada uno de nosotros. Cierto que nada somos sin Dios, como predican los ejercicios de san Ignacio, pero también Dios, nada puede en nosotros, sin nosotros. 

Dios no es todopoderoso como lo proclama y repite el Credo de los Apóstoles. Quizá habría que sustituir esta expresión, por muy digno que sea el respeto a la tradición, pero ¡no será más veraz decir “Creo en Dios Padre todo Amor, todo Misericordia”! 

Leyendo los números 268 y siguientes, del Catecismo de la Iglesia Católica, creo, con todo respeto claro, que se hace una incorrecta interpretación (y discúlpeme el atrevimiento, ya sé que ese texto no se aprobó en un rato libre!) de la condición de Creador del Universo de Dios. La armonía del Universo, el comportamiento de lo material y lo espiritual que hemos ido descubriendo y alcanzando a entender en algunos casos no le convierten a Dios en Todopoderoso. Y menos en todo aquello que afecte al comportamiento y la voluntad del ser humano, creado libre, no olvidemos este detalle. 

Esta idea ha estado siempre presente en mí, y recuerdo, y traigo al recuerdo en este momento un párrafo que leímos en la declaración previa al bautismo de nuestros cuatro hijos. Decíamos: “queremos educar a nuestros hijos en la fe de los hijos de Dios, una fe que nos hace libres hasta para negarle”. ¡Hasta ese extremo llega la libertad del hombre, hasta poder negar a Dios! negar su existencia y negarLE el acceso a tu vida. Por eso Dios NO lo puede todo, NO es Todopoderoso. 

En el nº 272 se aborda “El misterio de la aparente impotencia de Dios”, y dice:  “La fe en Dios Padre Todopoderoso puede ser puesta a prueba por la experiencia del mal y el sufrimiento. A veces Dios puede parecer ausente e incapaz de impedir el mal. Ahora bien, Dios Padre ha revelado su omnipotencia de la manera más misteriosa en el anonadamiento voluntario y en la Resurrección de su Hijo, por los cuales ha vencido al mal. Así, Cristo crucificado es “poder de Dios y sabiduría de Dios". Porque la necedad divina es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad divina , más fuerte que la fuerza de los hombres.” En la Resurrección y en la exaltación de Cristo es donde el Padre “desplegó el vigor de su fuerza” y manifestó “la soberana grandeza de su poder para con nosotros, los creyentes”.”

Vale, aceptando el juego de palabras de San Pablo, pero nada de ello habría sido posible sin la aceptación del Plan de Dios por parte de Jesucristo HOMBRE. Y Jesucristo HOMBRE no habría sido posible sin el “HÁGASE EN MÍ TU PALABRA” de María, una joven mujer judía. Por lo tanto ni tan poderoso es Dios ni tan misteriosa su impotencia.

Siguiendo con el catecismo. Nº 275. Con Job, el justo, confesamos “Sé que eres Todopoderoso: lo que piensas, lo puedes realizar”. Pero quizá falta la coletilla de “si aceptamos que en  nosotros se cumpla tu Santa Voluntad”.

Nº 276. La Iglesia dirige con frecuencia su oración al “Dios Todopoderoso y eterno” creyendo firmemente que “nada es imposible para Dios”. Sí, pero quizá la explicación no esté en la omnipotencia de Dios, sino en la infinita fe de Dios en el hombre. 

Nº 277 “Dios manifiesta su omnipotencia convirtiéndonos de nuestros pecados y restableciéndonos en su amistad por la gracia.” Dios siempre perdona, pero la gracia de sentir el perdón de Dios solo alcanza a quien la pide y la acepta, por lo tanto no es una decisión unilateral y todopoderosa, precisa de un diálogo entre Dios y el hombre. 

nº 278 “De no ser por nuestra fe en que el amor de Dios es Todopoderoso, ¿cómo creer que el Padre nos ha podido crear, el Hijo rescatar, el Espíritu Santo santificar?”  

A ver, esto, me refiero a mi reflexión que ahora expongo,  es una elucubración a la altura del tema del sexo de los ángeles, pero … ¿quién puede afirmar que, aunque Dios nos haya “pensado desde el principio de los tiempos”, nacer, llegar a este mundo, no precise de un “fiat” previo que hoy desconocemos?

Que Cristo nos haya rescatado a toda la humanidad con su Sacrificio en la Cruz, cierto que fue un acto de voluntad unilateral de la Trinidad, pero que no olvidemos precisó de la aceptación de Dios-Hombre; pero la Salvación también requiere una aceptación individual de cada uno de nosotros. Y lo del Espíritu Santo, … de momento ahí me rindo, es posible que de las manifestaciones de Dios, esta sea la que circule con más libertad y se cuele en nuestras vidas a su antojo. Pero también precisa de un acto de fe personal para poder descubrirlo disfrazado de triunfo o de fracaso, de salud o de enfermedad, de casualidad o de diosidad. 

Y todo esto ha venido a cuestionar que proclamar que Dios es Todopoderoso no es verdad, y que ha perjudicado, sobre todo, a Dios. Que proclamando que Dios es Todopoderoso lo hemos convertido en el blanco de la ira y el rechazo de quienes han encontrado más fácil culpar a Dios de sus desgracias que al prójimo o a sí mismos. 

Quizá, en un acto de justicia reparadora, deberíamos “eliminar” de nuestro Credo ese calificativo que no le ha hecho nada bien a Dios. Y reflexionar sobre el otro aspecto de la Infinita fe que Dios tiene en el hombre que le lleva a que Nada es imposible para Él. 

He querido buscar opiniones respecto de esta cuestión en la red y lo que me encuentro es circunloquios para mantener de cualquier manera el principio consignado en el dogma. Es un ejercicio honesto pero en el que no cabe la opción de ¿“y si no es todopoderoso”?  Se parte de la afirmación como principio inamovible. 

San Agustín, en su sermón 214 habla de la omnipotencia de Dios que se manifiesta en la creación de todo desde la nada. Pero también admite que hay cosas que Dios no puede hacer, y recurre al argumento de la no contradicción. Dios no puede contradecirse a sí mismo, y si Dios es Amor, Dios no puede odiar; si Dios es justicia no puede ser injusto, ...Recojo solo un trozo del párrafo 4º  de este Sermón: “el Dios todopoderoso no puede ni morir, ni cambiar, ni ser engañado, ni ser desdichado, ni vencido. ¡Lejos del Todopoderoso poder esas cosas y otras semejantes! En consecuencia, la verdad no sólo manifiesta que él es todopoderoso, por no poder tales cosas, sino que también fuerza a admitir que no lo es quien tales cosas puede. Así pues, todo lo que Dios es, lo es porque quiere; porque lo quiere es eterno, inmutable, veraz, dichoso e invencible. Si puede ser lo que no quiere, no es todopoderoso; ahora bien, es todopoderoso; luego puede lo que quiere. Y, en consecuencia, lo que él no quiere no puede existir, pues se llama todopoderoso precisamente porque puede todo cuanto quiere. De ello habla también el salmo: Hizo cuanto quiso en el cielo y en la tierra.”   

Como ejercicio de retórica está muy bien, pero, desde mi humilde y atrevida visión, se queda corto, incompleto. Dios no solo No es Todopoderoso porque no pueda contradecirse, porque no puede ni morir, ni cambiar, ni ser engañado, ni ser desdichado, ni vencido… Dios es “No Todopoderoso” porque la Historia de la Salvación la escribe día a día con el hombre, ese al que creó libre y que en la libertad prescinde de Dios y de ahí se desprenden consecuencias sobre las que Dios NO PUEDE ACTUAR, ni es responsable de ellas: guerras, violencias de todo tipo, abusos, … A Dios solo le queda esperar pacientemente a que nosotros, iluminados por su Palabra, revertamos un día todo el mal por bien. En esa infinita paciencia y fe en el hombre es donde Dios también demuestra su grandeza, sin necesidad de ser Todopoderoso, y menos desde parámetros humanos que es también desde donde entendemos ese Omnipoder. 

 De este tema me preocupan las personas que se han alejado de la Iglesia, y sobre todo las que se han alejado de Dios haciéndole responsable por inoperante. ¡ ¿Dónde estabas Dios cuando …? ¿Por qué si eres Todopoderosos permitiste …?  preguntas lógicas desde la perspectiva de que Dios lo puede todo. 

Santo Tomás también se esfuerza en respaldar la omnipotencia de Dios, y dice en su comentario al Credo de los Apóstoles: “El que todo lo creó de la nada es el Señor de todo lo existente, todo le obedece, basta que Él lo desee para que las criaturas cumplan su Voluntad. Toda la materia le está sometida, "La hoja del árbol no cae sin la voluntad del Señor".  Pero es que no todo le obedece, ni todas las criaturas cumplen su voluntad. Sí, a renglón seguido distingue “a los seres angélicos y el hombre, Dios los dotó del libre albedrío o capacidad de decisión, para que lo amaran y obedecieran libremente.” Pero no todos lo aman y obedecen por mor de esa libertad concedida. 

He encontrado un trabajo de Olga Consuelo Vélez Caro que puede  aportar nuevas visiones sobre este tema.  “Creo en Dios Padre Todopoderoso en el amor, el servicio y la donación”.

Destaco algunos párrafos y añado mi interpretación 

“Afirmar un Dios humilde, kenótico, sin poder, es privarlo de sus atributos filosóficos de omnipotencia u omnisciencia y quedarnos con un Dios débil y frágil, demasiado humano, encarnado”

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¿Y no es así como Dios quiso ser visto al encarnarse? ¿Acaso no hemos alabado la grandeza de ese gesto de Dios? Los contrasentidos de la lógica humana encuentran su explicación en la lógica de Dios: ser fuerte en la debilidad. “no es incompatible pensar en un Dios omnipotente en su paciencia sufriente, es decir, en su amor. Esa paciencia de Dios es su poder y de esa manera es que sostiene el mundo con sus dificultades, contradicciones, conflictos, desarrollos.”

“La creación parece implicar un Dios todopoderoso. Sin embargo, la kénosis divina nos muestra otra forma de poder: la del servicio y donación, la de la humildad de Dios.”

Sé que cualquier alteración de fundamentos doctrinales heredados del pasado puede ser calificado de herejía. Pero, no puedo menos que compartir esta reflexión nacida, seguramente de la ignorancia teológica (lógico, no acabé la carrera, dejé el Seminario en 3º de Teología); también de mi descaro y atrevimiento; pero también desde la más profunda honradez de quien un día se cruzó con el lema “La verdad os hará libres” y consciente de las consecuencias que suele llevar la mentira o las medias verdades, en esto quiere poner sobre la mesa la duda: ¿Y si Dios realmente no lo puede todo? ¿Y si Dios no es Todopoderoso?

Haciendo el curso Alpha me he cruzado con la fase de San Anselmo de Canterbury, la que en la Wikipedia describe de esta manera: Credo ut intelligam (también como Credo ut intellegam) significa en latín "Creo para que pueda entender" y es una máxima de Anselmo de Canterbury (Proslogion, 1) que se basa en un dicho de Agustín de Hipona (crede ut intelligas, "cree para entender") para relacionar la fe con la razón. En los escritos de Anselmo, se coloca en yuxtaposición a su inverso, "intellego ut credam" ("entiendo para creer"), cuando dice "Neque enim quaero intelligere ut credam, sed credo ut intelligam" ("no busco entender para poder creer, sino que creo para poder entender"). A menudo se asocia con la otra frase famosa de Anselmo "fides quaerens intellectum" ("la fe busca la comprensión"). Agustín entendió que el dicho significa que debemos creer en algo para saber algo acerca de Dios.

Dios nos otorgó la capacidad de pensar, reflexionar, para entender, por eso creo que es lógico y legítimo que algunos busquemos primero entender para poder algunas cosas creer, aunque también nos rindamos a solo creer con la esperanza de acabar entendiendo. 

Y una joven del curso Alpha me rebatió la tesis de que Dios “no es todopoderoso” dándole la vuelta a mi argumento: Es Todopoderoso porque puede elegir no serlo concediéndonos la libertad que condiciona la acción de Dios en nosotros. 

Y bien pensado tiene su lógica, aunque no por ello el término de “Todopoderoso” deje de provocar que se dirijan a Dios los dedos acusadores de muchas personas haciéndole responsable de los males de este mundo. 

Por lo tanto, contradiciendo mi tesis y mi demanda, el texto del Credo sería correcto, pero también la excusa para hacerle a Dios responsable de cuanto sucede de negativo a la humanidad. 

¿Qué hacemos entonces? ¿Dejamos el Credo como está? ¿Explicamos mejor las cosas para que al “pobre” Dios no le carguemos la responsabilidad de nuestros propios errores?

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