Un divertimento literario de Txenti García También Ella (Primera entrega)

También Ella  (Primera entrega)
También Ella (Primera entrega) VLG

Una visión de Dios en femenino es una corriente que cada día va cogiendo más fuerza, pero nadie la propone como algo excluyente de la visión dominante en los últimos …dos mil años aproximadamente.  Esta ficción va un poco en la línea de los rostros de “Mi Cristo roto” del P. Cúe. De lo femenino en la Iglesia como parte de un todo que sin Ella la realidad es incompleta. De un evangelio encarnado en Jesús de Nazaret, pero también en María, su madre, en María de  Magdala, en las hermanas de Lázaro, … También Ella es una propuesta de reconocimiento de “ellas” como Hija muy amada del Padre.

Residencia sacerdotal de Santo Tomás. 

¿Nombre?

Eva María

¿Edad?

33 años.

¿Sabes por qué estás aquí?

¡Porque soy Hija de Dios!

Sí, todos somos hijos de Dios, pero no vamos alterando la historia ni creando Iglesias.

Yo tampoco. Solo soy Hija de la Verdad. 

¡No, perdona, de tu verdad! que no es lo mismo. Mira, has llegado muy lejos y estás poniendo tu vida en peligro. Realmente te hemos traído para protegerte y que no te acaben linchando un día. Tienes a mucha gente muy cabreada con tus tonterías.

Son más los que me estaban esperando. Quiero ver al Papa.

¡Sí hombre! ¿pero tú quién te crees?  Piensas que el Santo Padre no tiene otra cosa que perder el tiempo contigo. ¡Es el Vicario de Cristo!

Lo sé, es mi otra imagen en la Tierra. 

¡Encerradla en su cuarto!

Eva María fue entregada en la casa cuna de Bilbao el 28 de diciembre de 1989, tenía pocos días de vida, dos o tres a lo sumo. La dejaron en un canasto donde solo figuraba un papel con un nombre “Eva María”. Fue una de las enfermeras, Deikunde, quien al salir de su turno de trabajo se la encontró junto al seto del jardín de la entrada. Toda nerviosa metió el capazo y se quedó cuidando a la bebé toda la noche. 

Al día siguiente el médico certificó la fecha de nacimiento situándolo en la noche del 24 de diciembre. En el juzgado procedieron a inscribir su nacimiento. Respetaron su nombre, Eva María, y de una lista el juez escogió los dos apellidos Etxegoyen y Hormaza. 

Deikunde, la enfermera del centro que recogió a la niña, llamó a Laura, su amiga, sabía que querían adoptar un bebé. 

Laura y su marido, Enrique, se interesaron desde el primer momento por la adopción de Eva María. Llevaban años esperando y enseguida les concedieron la custodia. Dos años más tarde consiguieron la adopción.

Laura y Enrique eran una pareja muy religiosa y educaron a Eva María en su fe cristiana. Los primeros estudios los realizaría en Artzain Eskola, la escuela pública del barrio. Después fue al instituto y luego decidió hacer magisterio. 

Enrique, su padre, era nieto de emigrantes sevillanos y siempre tuvo gran devoción por la Divina Pastora, una advocación muy andaluza. Por eso le llamaba con cariño “mi pequeña pastora”. 

Laura y Enrique procuraron trasladar a su hija la fe heredada de sus padres.

Eva María siempre mantuvo un vínculo con la parroquia, con el coro, con los grupos de Tiempo Libre. Cuando gozó de una cierta independencia le gustaba retirarse a pasear por el monte o a pasar un fin de semana en un monasterio. 

Sus padres siempre pensaron que la niña se metería monja, pero nunca mostró tal inclinación. 

Acabados los estudios de magisterio decidió hacer la carrera de Teología. Eso descuadró mucho a su familia y amigos. Todo lo desapercibida que Eva María había pasado hasta entonces dejó de serlo en la facultad de teología. Allí empezó a ganarse sus amistades y sus enemistades. Allí empezó la historia pública de Ella.

Residencia sacerdotal Santo Tomás. Despacho del P. Umberto.

No sé aún por qué andamos perdiendo el tiempo con esta mujer. 

P. Umberto, ¡nos lo han pedido desde la Santa Sede!

¡No Samuel, No!, desde la Santa Sede no, desde Roma sí. Las oficinas centrales están más cerca del aeropuerto de Fiumicino que de la cúpula de San Pedro. 

En todo caso el revuelo que llevan haciendo en las redes sociales desde hace meses no nos está haciendo nada bien. 

Nada bien ¿a quién Samuel, a quién?

¡P. Umberto! ¡a la Iglesia, por Dios, a la Iglesia!

Y toda esa multitud que le sigue… ¿no son Iglesia a caso? … A veces Samuel tengo la sensación de que yo soy el joven y tú el viejo en este despacho. 

Lo que nos han pedido es que vayamos acabando con el ruido que está haciendo. 

¿Estás seguro de que es “ruido” lo que está haciendo?

¡Pero, P. Umberto! ¡no puede pretender mostrarse como la encarnación de Cristo hoy! ¡eso es una blasfemia!

Eso es lo que tengo que averiguar Samuel. Ahí está la clave. Si es o no una blasfemia que Dios se encarne en una mujer.

Eva María fue haciéndose popular entre sus compañeros y compañeras de la facultad de Teología. De hecho de ahí surgió el grupo de Teología femenina para el siglo XXI. Al principio fueron unas reuniones en el bar de Miguel, pero el bar se quedó pequeño. El convento de Santa Teresa fue el primero que aceptó que esos encuentros se hiciesen en sus dependencias. Tenían un salón de actos que hacía unos años había dejado de tener uso para las monjas y allí se hicieron las primeras jornadas de Teología femenina para el siglo XXI. Las tesis de Eva María iban ganando adeptos. Y entre sus detractores se creaban fáciles fisuras, nada de lo que decía era contrario al Evangelio ni a la doctrina de la Iglesia, pero levantaba ampollas. Ni siquiera reclamó nunca nada específico para la mujer en la Iglesia, el problema surgía de su modo de hablar, era como si la Palabra de Dios tomase un giro diferente al ponerse en boca de una mujer. Muchos empezaron a ver reflejada en Eva María una Iglesia Nueva.

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