Manteniendo unida a la comunidad, el valor de una buena imagen. Rubén Martínez, sacerdote: “Quería tener un gesto que hacer llegar a las familias”

Rubén Martínez, sacerdote: “Quería tener un gesto que hacer llegar a las familias”
Rubén Martínez, sacerdote: “Quería tener un gesto que hacer llegar a las familias” Ruben

Rubén ha sido felicitado por varias personas de la Diócesis.

Todo surgió porque alguien le mandó una foto en la que un cura en Italia lo había hecho, y a él, a Rubén, le pareció una buena idea para esa misa familiar que tocaba hacer el Domingo de Ramos.

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“En el fondo vi otro motivo para poder llamar a todas las familias, preguntarles cómo estaban, interesarme por ellas. Si te soy sincero no sé que fue antes si la idea o el deseo de llamarles.” Así lo reconocía Rubén Martínez Burón, sacerdote del equipo que atiende las parroquias de la Zona Sur de Vitoria-Gasteiz. 

Así que se puso manos a la obra y descubrió cómo la idea tenía buena acogida. Le empezaron a llover fotos al whatssap y las fue imprimiendo. “Allí las tengo colocadas, que después de llenar los bancos empecé a ponerlas en la pared”. “Quería tener un gesto que hacer llegar a las familias en el Domingo de Ramos, y la idea de las fotos me pareció buena” reconoce con sencillez el sacerdote. 

Alguien le dijo que se lo comentase al obispo, y al poco de hacerlo monseñor Elizalde le mandó la suya. “Y allí está en el altar. Es la primera vez que concelebro con el obispo y presido yo” dice entre risas. 

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Esta iniciativa, al parecer se inició en Italia y ha sido replicada por varios sacerdotes. Es una de las muchas maneras que el celo pastoral se las arregla para seguir viviendo la fe en comunidad respetando la orden de permanecer en casa. 

En la imagen se pueden ver las bancadas de la capilla de San Cristóbal, la iglesia donde celebró Rubén “acompañado” de la imagen de sus feligreses, que aprovecharon a hacerse fotos familiares y alusivas a la fiesta de Ramos.

Rubén ha sido felicitado por varias personas de la Diócesis. Está pensando en mantener las fotos mientras dure la situación hasta que las personas que aparecen en ellas puedan volver físicamente a ocupar los bancos de la Iglesia. 

Non solum sed etiam

Es gratificante ver cómo la Iglesia se las ingenia para estar donde tiene que estar, más aún si el protagonista es un joven sacerdote a quien le conocí cuando él iba a la catequesis y a los campamentos de la parroquia. 

Está claro que el amor es creativo y atrevido. Estamos conociendo iniciativas entrañables, comunidades religiosas que desde su casa, desde su terraza,  llegan al corazón del vecindario, incluido el que por edad no tiene ni la vista ni los recursos para seguir la misa por whatssap; seminaristas que cada día alegran unos minutos musicales tras los aplausos; religiosas que combinan la oración y el trabajo haciendo dulces o mascarillas para los sanitarios; comunidades de clausura que nos recuerdan que ha llegado la hora de adorar en espíritu y en verdad. 

Cuando el estado de alarma cese y comience el lento y duro regreso a la actividad aflorarán realidades que ya barruntamos. Entonces la Iglesia volverá a retratarse, a ser creativa desde el amor y la acogida, desde la Misericordia. Pero también entonces seguirán saliendo voces que voceen viejos mantras sobre el poder y las riquezas de la Iglesia. Espero que entonces, los ecos de todas las Buenas Obras de la Iglesia, resuenen con fuerza hasta acallar a los desinformadores que manejan el a,b,c de la mala praxis informativa. 

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