Gora Andra Mari Zuria! Efeso-ko baita ere! La Virgen de Éfeso se hace presente en el preludio de las Fiestas de la Blanca en Vitoria-Gasteiz

La Virgen de Éfeso se hace presente en el preludio de las Fiestas de la Blanca en Vitoria-Gasteiz
La Virgen de Éfeso se hace presente en el preludio de las Fiestas de la Blanca en Vitoria-Gasteiz

La Novena de la Patrona se cierra con la visita de la imagen peregrina 

Elizalde centra la homilía de la mañana especialmente en las madres, los jóvenes y los abuelos

Por la tarde, en las Vísperas Solemnes: Monseñor Elizalde ha denunciado la creciente violencia juvenil,el acoso escolar, las agresiones ideológicas, los preocupantes datos sobre el suicidio y los planteamientos políticos que confrontan a los ciudadanos.

Ha pedido a los más jóvenes “pensar más allá de una noche o un verano” para contener los contagios e invita al conjunto de la sociedad a “ser responsables y prudentes para evitar más restricciones a nuestra libertad”.

Ante las nuevas pobrezas que nos amenazan, el Obispo de Vitoria ha apelado a las empresas que generan grandes beneficios a que “piensen en personas, en proyectos de vida y no solo en números” y que “reinviertan en la sociedad” más aún con “tantas personas pasando necesidad”.

Durante algo menos de 24 horas ha permanecido en Vitoria-Gasteiz la imagen peregrina de la Virgen Inmaculada de Éfeso, dentro de su recorrido por las diversas diócesis españolas. 

Video resumen de los actos del día 3

A las seis de la tarde era recibida en las escalinatas de San Miguel por miembros de la Junta de la Cofradía de la Virgen Blanca, con el abad, Ricardo Sáez de Heredia al frente, y el párroco de San Miguel, Juan Carlos Aguillo. Un pasillo de honor flanqueado por los faroles de los misterios luminosos, sacados del Museo ex profeso para la ocasión, acompañaron el ascenso hasta la balconada, donde, junto a la imagen de la hornacina que preside la Plaza que lleva el nombre de la Patrona de la Ciudad, fue recibida con el Aurresku de honor y el canto de la Salve. La Coral Manuel Iradier se sumó a este acto que continuó en el interior de la basílica con el rezo del Santo Rosario y la Eucaristía, coincidiendo con el final de la novena previa a las fiestas patronales. 

Al anochecer la imagen fue portada por miembros de la Hospitalidad de Lourdes hasta la Catedral Nueva de María Inmaculada. Allí permaneció abierta al culto hasta la medianoche. 

Al día siguiente, y tras el rezo de Laudes y una eucaristía matutina los fieles pudieron venerar la imagen acompañados de reflexiones y cantos marianos. A las 12:30 comenzó la eucaristía presidida por Monseñor Elizalde con la que se cerraba la visita y ponía rumbo a su nuevo destino, Ávila. 

La Virgen de Éfeso es conocida en todo el mundo por ser esta una imagen de Santa María en su advocación de la  Inmaculada Concepción un tanto especial, ya que es la que preside el altar mayor de la  iglesia en donde estuvo la casa en la que vivió unos años la madre de Jesús, en la zona  más al oeste de Turquía, junto al mar Egeo. Este lugar se convirtió con los años en centro  de peregrinación de millones de personas.  

Ante la actual situación sanitaria a nivel global, que ha impedido seguir con este  peregrinaje, la imagen de la Virgen ha sido la que se ha trasladado en avión hasta  España, donde comenzó el pasado mes de mayo su viaje por diferentes regiones,  comenzando en el Pilar de Zaragoza y recorriendo los principales santuarios marianos  como Guadalupe en Cáceres, El Rocío en Huelva o Covadonga en Asturias. Además hará  una parada en la Catedral de Santiago Apóstol por este año Xacobeo, finalizando su viaje  el 12 de octubre en el Cerro de los Ángeles ante el histórico monumento al Sagrado  Corazón. 

En la mañana del día 4 con el rezo de Laudes dirigido por parte de los seminaristas de la diócesis ha dado inicio el segundo día de presencia de la imagen de Éfeso en Vitoria-Gasteiz. A las 12:30 se iniciaba la eucaristía presidida por el obispo.

La homilía íntegra la ofrecemos en el siguiente vídeo 

A las seis de la tarde se volvía a vivir un extraño ambiente en las calles de Vitoria-Gasteiz. La Plaza de la Virgen Blanca estaba custodiada por las fuerzas del orden, y en las terrazas de la parte Vieja muchos grupos hicieron la cuenta atrás y elevaron un Gora Celedón mientras hacían estallar un tubo de confetis. La fiesta reducida a la mínima expresión.  A las siete y media, y con el aforo regulado daban comienzo las Solemnes Vísperas.

La celebración ha comenzado con los acordes del himno a  la patrona de la ciudad por parte del coro de la Catedral de María Inmaculada y ha  contado con la presencia en los primeros bancos de las principales autoridades  municipales, forales y del Gobierno central encabezadas por el alcalde, Gorka Urtaran, el  Diputado General, Ramiro Gonzalez, el presidente de las Juntas Generales, Pedro Elosegi  y el subdelegado del Gobierno, Carlos Zapatero, así como la directiva de la Cofradía de la  Virgen Blanca con su presidente Ricardo Sáez de Heredia al frente y con un aforo que no  ha superado las 160 personas dentro del histórico templo. La eucaristía la han  concelebrado el párroco de San Miguel, D. Juan Carlos Aguillo, y el vicario parroquial, D.  Juan Manuel Ochoa de Aspuru, encargados de dar la bienvenida a todos los asistentes  junto con el Obispo, quien ha recordado que “este año la Virgen Blanca la celebramos sin  multitudes, sin faroles ni ofrendas de blusas y neskas pero centrándonos en lo  fundamental y motivo de la fiesta, la Virgen Blanca, María, la madre de Jesús”. 

Su homilía se ha centrado en poner a María como ejemplo de mujer alegre y confiada en  el futuro, como adolescente, incluso como pobre y teniendo que huir de la persecución.  “A nadie jamás se le hizo una propuesta tan grande como a Ella”, ha comenzado el  Obispo rememorando que la Virgen María “en su juventud, decide valiente y generosa,  confiar en el plan de Dios desde la alegría, pese a todas las dificultades, porque Dios  siempre está con nosotros y para Él nada hay imposible”. Ha seguido narrando el pasaje  del Evangelio donde María, al conocer el plan de Dios, necesitó del consejo de su  pariente Isabel, una mujer anciana, vinculando así “las dos edades descartadas en la  sociedad: juventud y vejez”. 

En este sentido, Monseñor Elizalde ha dicho que “entiende las ganas de los jóvenes por  salir y disfrutar” pero les ha invitado a “pensar más allá de una noche o de un verano”  recordándoles a estos que “si la salud de ellos fuese la más vulnerable, sus abuelos,  nuestros mayores, no escatimarían esfuerzos en tomar decisiones encaminadas a frenar  la propagación del virus con pequeños sacrificios como es el uso de la mascarilla,  mantener la distancia o posponer esos macro-encuentros para más adelante”. Así, ha  insistido en pedir para los mayores, los más ancianos, “respeto de toda la sociedad y  más aún que el respeto, nuestro agradecimiento y cariño”. El Obispo ha traído a la  palestra las restricciones fijadas por las instituciones públicas, deseando que “no las  tuviesen que imponer, algo que sería sinónimo de que somos responsables y maduros  antes situaciones complicadas” y ha recordado que “hasta que no lleguemos a una  situación normal sanitariamente hablando y con una inmunidad global real, debemos  estar atentos y ser prudentes”. 

Juan Carlos Elizalde ha advertido que “estamos inmersos en una nueva pobreza que  amenaza nuestra dignidad” por lo que ha felicitado a empresas y trabajadores por llegar  a acuerdos para “evitar despidos y situaciones que llevarían a la exclusión a muchas  familias de nuestro territorio”. En esta linea, ha solicitado que aquellas firmas que  generan grandes beneficios, “piensen en personas, en proyectos de vida y no solo en  números” animando a que “reinviertan en las personas y en la sociedad en donde  desempeñan su actividad” y que “no se quede en pocas manos, menos aún cuando hay  tantas personas pasando necesidad”. Ha puesto como ejemplo las palabras de Jesús  quien nos mostró la centralidad de la persona, sin distinción ni condición. Asimismo  alertó de que “son muchas las personas desempleadas, las familias que dependen de  ERTEs que pronto acabarán” y que en medio de esto, “con mucha incertidumbre, no se  puede concebir más castigos que vayan en contra del ahorro y la tranquilidad de las  familias como por ejemplo es la subida histórica de los precios de la luz”. Ahondando en  este punto, ha llamado a las administraciones públicas a “combatir la pobreza energética  que se ceba con tantas personas, nacionales y extranjeros”, agradeciendo la “labor  silenciosa y paciente de organismos de la Iglesia como Cáritas, Berakah y muchas  parroquias en favor de la inclusión y contra el empobrecimiento de familias enteras”. 

En su reflexión, el Obispo de Vitoria ha recordado cómo Santa María afrontó la violencia,  la persecución y el exilio. “Hoy vemos cómo están a la orden del día agresiones de  jóvenes entre jóvenes y contra las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, agresiones a otras  personas por su ideología, cargos públicos que buscan confrontación y decisiones  políticas que envenenan la convivencia y buscan divisiones donde no las había”, sin  olvidarse de “la violencia dentro de los domicilios, especialmente contra mujeres y contra  los hijos” y ha recordado que “al inicio de la pandemia nos prometimos como sociedad  salir mejores y no esta siendo así”. Ante esto, el prelado se ha preguntad qué hacer para  frenar esto respondiendo que en Jesús está el camino. “El bullying, que causa un  profundo dolor, es un mal que debemos erradicar de escuelas y centros de trabajo. No 

tenemos derecho a arruinar la vida de nadie. El acoso escolar produce serios problemas,  algunos incluso acabando con la propia vida del joven. Son muchos, jóvenes y adultos,  que deciden poner fin a su existencia. No lo hagáis. La vida merece ser vivida. Ante la  oscuridad, Cristo es la Luz” ha dicho con fuerza para después llamar a “todos,  instituciones públicas, empresas, colegios, familia e Iglesia unidos y necesarios para  ayudar a quien ha de saber que hay un plan de Dios para él y hay un nuevo comienzo”.  Con los últimos datos sobre el suicidio donde diez personas se quitan la vida cada día en  nuestro país, incrementados por esta crisis sanitaria, Monseñor Elizalde ha pedido que  “nos volquemos en este problema de primer orden, apostando por la vida, desde el  primer instante de su concepción hasta el final natural, paliando el dolor, cuidando  también al cuidador y velando siempre por la dignidad de todos”.  

También en este punto ha querido detenerse para recordar a los millones de personas,  cristianos en su inmensa mayoría, que son perseguidos y asesinados por su fe, quienes  “dan testimonio de la Verdad”, recordando que aquí, en nuestra tierra, “también aquí hay  quien pretende eliminar la presencia milenaria de nuestra fe” poniendo como ejemplo la  situación de la Cruz de Olárizu, el derribo de las cruces de varias cimas del Valle de  Ayala, el vandalismo contra templos o los ataques infundados directos contra la Iglesia.  “No es nada nuevo, pero quiero alertar de la creciente intolerancia hacia la fe en Cristo en  nuestra sociedad”. Al hilo de esto, ha advertido de lo nocivo que es una formación  escolar que elude y deja en papel mojado el hecho religioso, “como parece querer esta  nueva ley educativa en esta linea securarizadora”. El Obispo ha reclamado su relevancia  y ha tachado la eliminación de la libre elección de la asignatura de Religión dentro del  curriculum educativo como “un ataque contra la propia cultura, contra la comprensión del  mundo y contra la libertad”, recordando que “ponemos el grito en el cielo cuando se  pisotean derechos, pero no cuando esos derechos están relacionados con lo  trascendente, con la fe de una gran mayoría de personas y contra el conocimiento de  Jesús y todo lo que le rodea”. 

La celebración ha finalizado frente a la Capilla de la Virgen Blanca, ubicada frente a la  entrada lateral del templo, cantando la Salve y animando a visitar a la Madre de todos los  vitorianos en estos días atípicos pero llenos de significado.

Non solum sed etiam

¿Casualidades de la vida? o “diosidencias”. El caso es que la visita a Vitoria-Gasteiz de esta imagen ha querido coincidir con las vísperas de unas fiestas patronales, que como las del resto de lugares, han sido suspendidas en lo “festivomultitudinario”, pero el espíritu inspirador de las fiestas ha permanecido, y, como en este caso, además se ha visto enriquecido.  Estas Fiestas Patronales de la Virgen Blanca de Vitoria son las más marianas de las últimas décadas. Casi me atrevería a decir que como nunca la Virgen María ha tenido más protagonismo que Celedón, quien por cierto, para quienes no lo sepan, sus creadores lo imaginaron como el aldeano de Zalduondo que venía a las fiestas de la capital a honrar a la patrona, y no como el motivo de la fiesta. 

Además, y respondiendo al deseo expresado por el obispo en su carta a la ciudadanía, esta visita ha puesto su mirada en una oración de intercesión por el fin de la pandemia y el recuerdo a los fallecidos en la misma: 

“A Ella, a Nuestra Madre del cielo, a la Virgen Blanca, le pedimos su intercesión para el final de esta pandemia y para que salgamos de ella conscientes de nuestra vulnerabilidad y de la fragilidad de un mundo que necesita más que nunca fraternidad, esperanza, misericordia, unidad y compasión.”

https://diocesisvitoria.org/2021/07/virgen-blanca-2021/

Este año las Fiestas de la Blanca serán comedidas en lo lúdico y celebrativo, pero el espíritu de los devotos a la patrona permanecerá intacto, siguiendo por Radio Vitoria en esta noche del 4 de agosto su tradicional Rosario de la Aurora, para el que no saldrán carrozas y faroles a las calles pero en muchas casas, quizá, una vela recordará esa luz que ilumina la ciudad en las vísperas de Nuestra Señora la Virgen Blanca de Vitoria-Gasteiz. 

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