Nuevamente el obispado tiene que salir a desmentir las informaciones que el Diario El Correo ha publicado con los siguientes titulares: 

(La alcaldesa) “Etxebarria tacha de «absolutamente lamentable» que el Obispado vete rodar en algunas iglesias”

“La alcaldesa de Vitoria exige explicaciones a la Diócesis”

“Enfado de las instituciones alavesas con la Diócesis de Vitoria por el veto de rodajes en algunos templos”

Ante estos titulares el obispado se posiciona para “desmentir categóricamente que estamos vetando el rodaje de películas en los templos de la Diócesis. Estamos mostrando nuestra colaboración como nunca antes se había hecho. Ante posibles imposibilidades para rodar en los horarios o días que nos piden por tener usos litúrgicos en los templos, siempre proponemos alternativas.”   

En el caso de Samantecas (película ambientada en el siglo XIX y que cuenta la vida de un famoso asesino vitoriano que fue condenado al garrote vil) “Se nos pidió rodar en San Miguel (una de las cuatro iglesias del casco antiguo de la ciudad) pero era imposible porque querían varios días y no podía ser. Se nos pidió en la nave central de la catedral de Santa María, en unos horarios y fechas que eran imposibles y les propusimos como alternativa una de las capillas de la catedral, así como el pórtico, y en su caso, incluso en la parroquia de San Juan de Salvatierra , dada su majestuosidad similar a la de una catedral.” 

Además desde el obispado se puntualiza que: “tiene que velar también por saber qué usos extralitúrgicos puede tener los templos, como es el rodaje de películas, entre otros o conciertos.” 

Nada más lejos de no colaborar en la promoción de la ciudad: 

“También estamos muy interesados en que la ciudad de Vitoria-Gasteiz y el territorio de Álava sean promocionados, somos los primeros interesados también en que el patrimonio religioso de nuestro territorio sea promocionado, pues es el principal y mayor reclamo turístico cultural de nuestra provincia.” 

Y vuelven a reiterar la idea de velar por lo que se solicite hacer dentro de los templos: “como toda organización, que se interesa por lo que pasa dentro de sus edificios, nos interesa saber qué es lo que se va a grabar ahí, porque no nos gustaría que fuese contenido que ofendiera o se burlase de la fe de la inmensa mayoría de nuestra población, pero esto, no es óbice para proponer alternativas llegados a este caso”.

Otro de los titulares de la discordia era: “El recorte de la inversión foral en obras de la Iglesia enfrenta al Obispado y la Diputación de Álava” Tampoco parece que la sangre ha llegado al río, tanto desde el obispado como fuentes de la Diputación minimizan las diferencias por este asunto. 

Non solum sed etiam

Que yo recuerde las últimas veces que se usó un edificio de la diócesis de Vitoria para una película fueron con “3 de marzo”, donde el edificio que fue parroquia de San Francisco, lugar auténtico de los hechos ocurridos el 3 de marzo de 1976 sirvió de escenario natural para recrear la asamblea de trabajadores y la carga policial que acabó con la vida de cinco obreros. Cierto que el edificio ya estaba desacralizado, pero no había dejado de ser propiedad de la Iglesia. Y “El silencio de la ciudad Blanca” donde se rueda en la iglesia de San Miguel creo recordar, además de en el Museo de Los Faroles, que no es propiedad de la Iglesia sino patrimonio de todos los vitorianos custodiado por la Cofradía de la Virgen Blanca. 

Las iglesias que pueden servir de escenarios naturales para las películas ambientadas en el pasado siguen siendo templos en activo, con su vida pastoral. Y lo mismo que el calendario  deportivo de los grandes estadios seguramente no se modifica para acoger conciertos u otro tipo de espectáculos, sino que se buscan los momentos donde encajarlos, de esa manera el obispado defiende su uso primigenio y principal sin negarse a ofrecer estos edificios como escenarios naturales si la actividad pastoral lo permite. 

La gran diferencia radica en que en el mundo secular muchas personas ven las iglesias como meros edificios, más o menos interesantes arquitectónicamente o artísticamente, con mayor o menor valor patrimonial cultural pero solo edificios. El obispado defiende lo que para una gran mayoría son “la casa de Dios”, y en todo caso la parroquia es para mucha gente “su casa”. Y este concepto es el que muchas personas no lo perciben ni de lejos; y lo que es peor no son capaces de respetar que ese sentimiento lo alberguen las personas que puedan poner pegas para “otros usos”. 

Evidentemente que todas aquellas recreaciones históricas resultan más económicas para la productora si no tiene que construir escenarios. Esto no es América que son capaces de recrear toda la plaza de la Virgen Blanca para rodar unas escenas. Me estoy refiriendo a la película “Y llegó el día de la venganza” (1964) en la que actúan Gregory Peck, Anthony Quinn, y Omar Sharif entre otros.  Los escenarios vitorianos recreados "ficticiamente" en los estudios de cine fueron varios: La Plaza de la Virgen Blanca (incluidos balcones, monumento central y farolas),  La Plaza del Machete, Los Arquillos, y un centro médico que recuerda mucho a los interiores del Hospital Santiago Apóstol de Vitoria-Gasteiz. Algunos de estos lugares resultan de lo más curiosos si nos fijamos con detenimiento, vemos cómo el director artístico decidió fusionar varios escenarios como la Plaza de la Virgen Blanca y la Plaza del Machete. El conjunto ficticio "vitoriano" resultó de lo más creíble, dando la impresión de que efectivamente nos encontramos en la ciudad de Vitoria-Gasteiz.

En todo caso seguro que con buena voluntad por todas las partes se puede encontrar una solución. Porque dicho lo anterior también se puede argumentar que por unas obras en el templo se paraliza la actividad pastoral y no pasa nada. Desde el mundo secular pido que se haga el ejercicio de entender el valor que una Iglesia tiene para la gente de Iglesia, pero a la Iglesia también le pido un ejercicio de ver el valor que ese mismo edificio tiene como escenario natural para rodar unas imágenes. 

Es entendible que se quiera conocer lo más posible el uso que otra entidad ajena a la Iglesia quiera darle porque experiencias hay ya demasiadas de un uso indebido o incluso ofensivo y sacrílego. Pero aclarado el guion, también habrá que entender la historia que se quiere contar y pueda ser discutible si por “exigencias del guion” alguna escena puede ser grabada en un recinto sagrado o la productora tiene que hacer el esfuerzo económico de replicarlo para no ofender a nadie.