Hace muchos meses me “topé” con un montón de viejas postales de Navidad que habían quedado almacenadas y relegadas por la inmediatez del correo electrónico, el whatsapp, y la tradicional foto familiar de Navidad. 

Pero este año encontrarme con esas tarjetas navideñas me llevó a proponerme recuperarlas en esta Navidad. Y así lo he hecho. 

Este año varias de mis amistades, de las que conservo su dirección postal, que ese ha sido uno de los descubrimientos, ¡ya no sabemos donde viven nuestros amigos! Pues unos cuantos han recibido mi felicitación navideña por vía postal. 

Por cierto que otro descubrimiento, una carta normal de peso, 70cts, y lo del sello pegatina tiene su cosa también. 

Curiosamente en el último número de la revista Misión viene un reportaje sobre el tema de recuperar las llamadas telefónicas, a los más veteranos nos recuerda el spot que se hizo famoso del “Hola soy Edu, Feliz Navidad”. El artículo invita a recuperar la llamada telefónica como gesto navideño de proximidad. Ofrece el dato de que el uso diario de mensajería ya duplica al número de llamadas. 

Yo sigo defendiendo la tesis de que más de tres whatsapp piden llamada.  

No sé si este artículo lo tendría que patrocinar Correos y las compañías telefónicas, pero es igual, lo importante es la invitación a recuperar esas viejas tradiciones que nos acercaban unos a otros. 

Insisto, aún estamos a tiempo de escribir una tarjeta postal, o un trozo de cartulina con un bonito dibujo y enviárselo a tus seres queridos. Volver a llenar el árbol o la cómoda con las tarjetas recibidas, esperar con ilusión cada mañana de estos días abrir el buzón y encontrar ese sobre con unas letras de cariño y buenos deseos en su interior.

Pues sí, esta Navidad invito a escribir postales, a llamar por teléfono y a decir a cuantos te cruces por las escaleras, el portal, las calles de tu pueblo o ciudad, ¡Feliz Navidad!!!!