Estar unos segundos con Francisco ¿Cómo no creer que Francisco es un hombre de Dios? y si es así, ¿Cómo no respaldarlo?

¿Cómo no creer que Francisco es un hombre de Dios? y si es así, ¿Cómo no respaldarlo?
¿Cómo no creer que Francisco es un hombre de Dios? y si es así, ¿Cómo no respaldarlo?

Que Dios nos lo conserve aún muchos años para que pueda regalar “segundos” de su mirada a muchas más personas, y ellas cambiarán la Iglesia

Recuerdo haber escuchado a alguien relatar la anécdota de Pablo VI en su visita a la India que frente a una gran multitud alguien le dijo: “Santidad no han venido a verle, sino a que usted les vea.”

En diez años de pontificado el Papa Francisco ha sido visto por millones de personas, pero él también ha podido ver a cientos de miles. Suelo fijarme en las fotos y las imágenes que nos muestran al Papa Francisco acercándose a la gente, extendiendo su mano, algunos los más afortunados alcanzan a cruzar dos palabras con él, y algunos han llegado a abrazarse con Francisco. 

Si contabilizamos en tiempo lo que suelen durar estos fugaces encuentros son segundos, pero son los segundos más mágicos para la vida de muchas personas, esos segundos quedan grabados de fijo en la memoria y a veces también en el celular hoy día. A veces quedan atrapados en una instantánea que pasa a ocupar el perfil de nuestras redes sociales. 

Y creo que para muchos lo más importante no es haber visto al Papa, sino que el Papa les haya visto a ellos. Por unos segundos esa persona ha quedado en la retina del Papa, por unos segundos el Papa ha pensado en él o en ella. 

Muchas personas no cambiarían ese momento por ningún premio terrenal. 

Y todo esto …¿por qué? 

Alguno dirá que hay mucho de fetichismo, de minuto de gloria, de privilegio alcanzado y del que presumir de por vida, … es posible que haya algo de eso, no lo voy a negar, pero sinceramente creo que hay mucho más de sintonía y empatía con el vicario de Cristo en la Tierra, con aquel de quien pensamos que está más cerca de Dios que nadie en este mundo. 

Es curioso porque la realidad es que cualquiera puede estar tan cerca de Dios o más que el mismísimo Papa, los sacramentos están para eso por ejemplo, y no son la única vía. 

Pero hay un sentir popular y generalizado de ver al Papa como el hombre de Dios, su vicario más directo. Y claro, haber recibido la mirada del vicario del Rey de reyes, de Dios, ¡humanamente es una pasada!

Confieso que muchos de esos encuentros me han emocionado, ver a gente sencilla, y también a gente famosa, mirar a Francisco con la satisfacción de estar frente a alguien muy, muy especial. 

Yo también creo que Francisco es un hombre de Dios. Creo en su honradez, en su sinceridad, en su testimonio. Así pusiera la Iglesia patas arriba creería en él. No lo va  a hacer, los cambios en la Iglesia, bien lo sabemos, son lentos, meditados, pausados, firmes. Por eso muchos de los cambios que muchos esperamos en la Iglesia no llegarán con Francisco, pero sí estoy seguro que con Francisco se están dando pasos hacia ellos. 

Es muy posible que esos segundos que muchas personas viven frente al Papa Francisco están ayudando a mover este gran trasatlántico que es la Iglesia, y si no al tiempo.  

Que Dios nos lo conserve aún muchos años para que pueda regalar “segundos” de su mirada a muchas más personas, y ellas cambiarán la Iglesia.

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