Festividad del Corpus en Vitoria La mayor ovación para el Amor de los amores

La mayor ovación para el Amor de los amores
La mayor ovación para el Amor de los amores VLG

Elizlade: "solo desde el amor que recibimos de Cristo real y presente en  la Eucaristía seremos capaces de hacer un mundo mejor y una sociedad diferente”

fue el regreso el que suscitó miradas más sorprendidas al escuchar el incesante aplauso sin, para muchos, tener muy claro quién o qué era el destinatario de esa prolongada ovación

Como el resto de las diócesis, Vitoria vivió ayer domingo su festividad del Corpus. Misa solemne en la Catedral Nueva y procesión hasta la Plaza Nueva, como espacio central de la ciudad. Allí la bendición y el inicio de una ovación que se mantuvo en todo el recorrido de regreso hasta su llegada al altar mayor de la catedral de María Inmaculada. 

Esta ovación ha sido este año quizá una de las novedades más reseñables. Lo comentaba monseñor Elizalde antes de finalizar el acto y era un sentimiento compartido. Los aplausos surgieron inicialmente de forma espontánea tras la bendición en la Plaza Nueva, inmediatamente los sacerdotes concelebrantes alentaron ese aplauso, y se mantuvo durante unos quince minutos junto a la música procesional de camino de regreso a la Catedral. 

A esta celebración acudieron, como es tradicional, cofradías y hermandades con sus estandartes, la Hospitalidad de Lourdes con sus damas y camilleros uniformados, representantes de la vida consagrada, de movimientos y agrupaciones diocesanas y una pequeña representación de los niños y niñas de la Primera Comunión. 

Monseñor Juan Carlos Elizalde centró su homilía en la importancia de este día  donde se recuerda la presencia real de Jesucristo en la misa y en el Sagrario. “En este  año tan especial por el Sínodo, hemos caminado juntos como Diócesis, percatándonos  de la necesidad de comunidad y de celebración eucarística”. “Todos estamos convocados. No sobra nadie” llegó a decir en uno de los momentos de su homilía. 

Recordó las muchas  reuniones durante la fase diocesana del Sínodo que se cerró el pasado 14 de mayo, el  Obispo de Vitoria ha puesto en valor que “cientos de personas hemos compartido  nuestra fe en el Señor a través de los hermanos y también acudiendo a la Eucaristía  donde nadie es excluido del encuentro comunitario con Jesús”. 

En este sentido ha subrayado “la importancia de la Eucaristía en la vida de todo  cristiano y la necesidad de tener al Señor dentro de nosotros”. La Eucaristía, ha dicho,  “nos hace ser buenos. Si el Señor no está en el centro de nuestra vida, prevalecerán las  ideologías y los enfrentamientos y si lo reducimos a una mera asamblea haremos de  ello algo banal. Recibir a Jesús y adorarle es reconocerle en los hermanos, en los más  necesitados e incluso en los enemigos”, algo que a su juicio “es contracultural pero  necesario, mirando a la guerra de Ucrania o a los más de 30 conflictos armados en todo  el mundo”. 

Para el Obispo de Vitoria, "solo desde el amor que recibimos de Cristo real y presente en  la Eucaristía seremos capaces de hacer un mundo mejor y una sociedad diferente”.  “Desde la Eucaristía nos concebimos abiertos, amables, generosos, solidarios y  caritativos pues nos vamos convirtiendo en lo que recibimos”. En esta línea dijo que “recibir al Señor nos hará parecernos más a Él, a su Amor y a su modo de ver y de  actuar en nuestro mundo”. Por ello ha pedido que “acudamos a la Eucaristía como  fuente, impulso y fortaleza para nuestra vida en este momento de la Historia”. 

Posteriormente se llevó a cabo la procesión que recorre los escasos 300 metros que separan a la Catedral de la Plaza Nueva, acompañados de una pequeña banda de música con los temas eucarísticos de toda la vida. Ante la mirada curiosa de paseantes y ciudadanos que disfrutaban de las terrazas de la ciudad se hizo el camino hasta la Plaza. Pero fue el regreso el que suscitó miradas más sorprendidas al escuchar el incesante aplauso sin, para muchos, tener muy claro quién o qué era el destinatario de esa prolongada ovación. 

IMG-20220601-WA0010

Non solum sed etiam

A veces siento que a mi me pasa lo que a muchas mujeres en su casa, que ven lo que otros no ven, esa pelusa, esa tela de araña, esa balda polvorienta que nadie más se percata de ello. Bien, pues en esta celebración, en la jornada que la Iglesia pone en valor a su dimensión caritativa, pocos minutos después de haber escuchado al obispo decir aquello de que todos estamos convocados, de que no sobra nadie, … fui testigo de algo que, junto con los aplausos, ha quedado para mi como la cara y la cruz de esta jornada del Corpus Christi 2022.

20220619_132156

Una joven se colocó en la entrada lateral de la catedral en el espacio protegido por las puertas correderas que evitan las corrientes de aire, y en el día de ayer imagino que buscando la sombra. Buscó un rincón de ese espacio y con su cartón donde se leía su condición de madre de tres hijos y sus penurias económicas puso su puesto de mendicidad. Durante la homilía hubo momentos en los que las palabras del obispo llamaron su atención. Pero tras la homilía, alguien del servicio de custodia de la catedral le invitó amablemente a seguir con su mendicidad al otro lado de la cristalera, en la calle, donde daba la solana. 

Sí, ya sé que quien lo hizo seguramente cumplía criterios que le han sido dados. Sí ya sé que seguramente esa mujer forma parte de alguna cuadrilla de “profesionales de la mendicidad” que llegan en furgonetas desde Miranda u otras localidades cercanas. Ya sé que es posible que nada de lo que rezaba su cartel sea cierto, que ni tenga tres hijos ni necesite comprar leche y pañales. 

¡Pero Dios! El día del Corpus, el Día del Amor de los amores, el Día de Cáritas, ….  el Día en el que todos estamos invitados, en el que no sobra nadie … me dolió ser testigo de un gesto que nada tenía que ver con lo que se estaba viviendo y celebrando, me resultó una de las muchas incoherencias en las que caemos los cristianos con frecuencia. Fue la mancha que quizá nadie vió y solo le ofende a quien la ve.

Publicidad_2022_MAYO

BANASTERO BARRICA 2020 NEGRO Testigo de Grandes momentos

Etiquetas

Volver arriba